Análisis de Far Cry Primal (PS4, PC, Xbox One)
Ahora que Ubisoft ha levantado el pie del acelerador con Assassin's Creed y se va a tomar un tiempo extra de desarrollo para ofrecernos la nueva entrega de la saga, parece que quieren hacer lo contrario con la serie Far Cry, y ofrecernos nuevos capítulos con más asiduidad, aunque sea a través de spin-off o importantes cambios de ambientación, como del que os vamos a hablar hoy.
Tras el gran éxito que supuso Far Cry 3 (2012), llegaron Far Cry 3: Blood Dragon (2013), Far Cry 4 (2014) y ahora Far Cry Primal, una periodicidad de lanzamientos que evidencian que esta saga de juegos de acción en mundo abierto prácticamente también se ha convertido en una "casi" anual. Esta nueva entrega ofrece un radical cambio de ambientación y nos lleva hasta la Edad de Piedra, más de 10.000 años atrás en el tiempo, la que es su mayor baza para resultar atractivo y no parecer, al menos en un primer vistazo, un Far Cry más.
Y decimos esto porque aunque deja de lado los vehículos y las armas de fuego y los cambia por lanzas, garrotes y arcos, la fórmula sigue siendo la misma, y si habéis jugado a alguna de las entregas anteriores todo os resultará muy familiar: el sigilo, el sistema de habilidades, la manera de mejorar el inventario, la caza, las misiones secundarias, el capturar puestos para desbloquear puntos de viaje rápido y un larguísimo etcétera. Para lo bueno y para lo malo es puro Far Cry.
Para lo bueno porque es un juego de acción muy entretenido, cuya jugabilidad funciona a la perfección, con un montón de cosas por hacer, y con una ambientación fantástica, con unos escenarios que es un placer explorar. Y para lo malo porque la fórmula ya mostró ciertos síntomas de agotamiento en Far Cry 4, un juego que era muy continuista, y aquí el cambio de ambientación no es capaz de camuflar que no deja de ser más de lo mismo, y cada vez le cuesta más sorprendernos.
Dependiendo de cuánto te guste lo que propone la saga, las aventuras de acción en mundo abierto en general, y sobre todo si te resulta atractiva su ambientación, Far Cry Primal es un juego muy recomendable, bien hecho y entretenido de principio a fin. Sus carencias por desgracia no por previsibles dejan de ser menos molestas, como el priorizar en los contenidos la cantidad por encima de la calidad, con un diseño de misiones que no sorprende, una serie de lugares comunes propios de la saga que necesitan ser revisados, y una historia y unos personajes que no enganchan, y que son puro trámite.
El señor de las bestias
En este Far Cry encarnamos a Takkar, un cazador que es el único superviviente de una desafortunada partida de caza, viéndose obligado a sobrevivir en solitario y formar su propia tribu, en la salvaje tierra de Oros, el bello escenario donde se desarrolla la aventura. Hay personajes aliados, tenemos los típicos villanos, alguna que otra personalidad extravagante o cómica, pero la historia nunca deja de ser anecdótica y poco relevante. Si en anteriores juegos de la saga la interesante premisa argumental nunca se llegaba a explotar del todo y la historia acababa decepcionando, imaginaros aquí que ni la premisa tiene suficiente fuerza. También entendemos que no era fácil resolver la papeleta teniendo en cuenta la ambientación.
Lo bueno que tiene esto es que al no existir un argumento que empuje los acontecimientos de la aventura, tenemos una gran libertad para afrontar los objetivos y las misiones en el orden que queramos, siendo el jugador el que construye su propia historia. Hay una serie de tramas argumentales protagonizadas por varios personajes que son los que nos proporcionan nuevas habilidades y mejoras, y este será nuestro principal objetivo a lo largo de todo el juego, ser cada vez más fuertes, más hábiles y tener mejores armas, para así hacer crecer la aldea y derrotar a las tribus enemigas.
La parte más salvaje de anteriores Far Cry, como son los animales y los detallados entornos naturales, aquí son el eje central de la aventura, y nos veremos obligados desde el comienzo del juego a cazar y recolectar plantas y minerales, para así poder construir el equipo, las armas y la munición, como flechas, porras y lanzas (vais a pasar muchas horas obteniendo recursos, así que os recomendamos desactivar en las opciones la animación de recoger). Es en nuestra relación con la naturaleza donde encontramos una de las mayores novedades de esta entrega: poder domar animales.
Una vez hayamos desbloqueado este poder, basta lanzar un cebo, esperar a que un animal venga a comerlo, acercarte despacio y dejar un botón pulsado para domarlo, teniendo ya siempre disponible esa clase de animal para el resto del juego. Perros salvajes, lobos, tigres, jaguares, osos y hasta tejones, cada uno con sus propias características de fuerza, velocidad y sigilo, además de alguna habilidad especial, como marcar enemigos o traernos objetos.
Podemos darles sencillas órdenes como que se dirijan a una posición o ataquen a un enemigo en concreto, y más adelante incluso podremos desbloquear la posibilidad de montarnos sobre ellos, como en el caso de los osos y los tigres de dientes de sable, y así poder movernos de manera más rápida por los amplios escenarios, o incluso utilizarlos como un arma de guerra en el caso de los mamuts, de manera similar a lo que ocurría con los elefantes en Far Cry 4.
Casi cualquier mecánica o posibilidad existente en anteriores Far Cry han intentado replicarla en Primal, lo que a veces queda bien y otras tanto forzado, como si se tratara de un mod de anteriores entregas en vez de un juego con personalidad propia. Decimos estos porque por ejemplo quizás hubiera sido una buena idea prescindir de las eliminaciones encadenadas con cuchillos, algo que aquí han replicado tal cual con el lanzamiento de fragmentos de roca, o el gancho de escalada, que bien podrían haber omitido y que simplemente tuviéramos que escalar con nuestras propias manos, a través de una nueva mecánica. Han querido ser tan Far Cry que quizás se han pasado un poco.
En el caso de los valiosos prismáticos o cámara de fotos de los anteriores juegos, que sirven para observar los campamentos antes de asaltarlos y para marcar a los enemigos, aquí tenemos un búho con el que podemos volar por el escenario, marcar a los objetivos,e incluso lanzar bombas desde el cielo, algo que rompe la coherencia interna y la búsqueda de cierto realismo a la hora de recrear esta época tan fascinante. No necesitábamos tantas posibilidades para no echar de menos elementos de las anteriores entregas, y quizás no le hubiera sentado mal ser un poco más "primitivo" a la hora de ofrecer mecánicas jugables, y tener una personalidad propia.
Uno de los temores que podría haber sobre este Far Cry, el no contar con armas de fuego, sorprendentemente se ha resuelto de manera perfecta, y los diferentes tipos de arcos, garrotes y lanzas cumplen muy bien su función. Se controlan bien, son divertidos y además estos dos últimos se pueden utilizar tanto a corta como a larga distancia, lanzándolos. Una seña de identidad de la saga que se mantiene con acierto es poder afrontar las situaciones con acción directa o con sigilo, e incluso los animales que nos acompañan se adaptan a situación, caminando agachados si nosotros también lo hacemos.
Si en anteriores Far Cry los animales daban mucho juego, y provocaban situaciones imprevisibles, imaginaos aquí, con un mundo plagado de fauna, donde en cualquier momento un tigre o un oso se te puede echar encima, y solo te puedes defender con un arco o un garrote. En ningún momento pretende ser un juego de supervivencia como tantos otros que se han puesto de moda en los últimos tiempos, pero sí tiene detalles relacionados, como tener que estar buscando recursos constantemente y creando objetos.
Tiene detalles que nos han gustado mucho, como que al caer la noche cambien un poco las reglas, con más depredadores pululando por los escenarios y la necesidad de encender fuego para poder ver bien en la oscuridad, o que haya zonas heladas al norte del mapa, apareciendo un medidor de frío que tenemos que vigilar y combatir, ya sea calentándonos en hogueras o creando mejor ropa. Es una aventura de acción con muy buenas ideas, pero ninguna de ellas se han atrevido a llevarlas hacia el extremo, para no dejar nunca de ser un juego accesible y para todos los públicos.
Como os podéis imaginar siendo un juego de mundo abierto de Ubisoft tenemos toneladas de contenidos, en forma de misiones principales y secundarias, con rescates, cacerías, asaltos de campamentos, cuevas que tenemos que explorar, todo tipo coleccionables, un montón de habilidades y mejoras para desbloquear, y en definitiva un juego que si vas más o menos al grano te puede durar unas 15 o 20 horas, pero que si quieres exprimir se te va a ir a casi las 40.
No sabemos si es porque llevamos una buena racha de juegos de mundo abierto en los últimos dos años, porque llevamos demasiados Far Cry encima, porque no han sabido explotar del todo la fórmula y es más continuista de lo que su aspecto parece indicar, o porque el argumento es prácticamente inexistente, pero tenemos que admitir que pasada la decena de horas se nos ha empezado a hacer un poco repetitivo, aunque siempre entretenido.
Como comentábamos al principio del texto, una vez más han apostado por la cantidad de contenido que por ofrecer unas misiones principales muy cuidadas y sorprendentes, y llegado a un punto no hemos sido capaces de diferenciar lo principal de lo secundario. Como se ha puesto de moda en el género, la aventura te pone barreras para que no puedas continuar la historia principal, y antes tienes que haber desbloqueado determinadas habilidades u obtener cierto equipamiento para poder seguir progresando. Básicamente es un juego de ser cada vez lo más fuerte, hacer crecer a tu aldea, y derrotar a las tribus rivales; no esperéis en este camino grandes giros o sorpresas.
La belleza de Oros
Far Cry Primal se ve muy bien y se mueve mejor, a 30fps totalmente estables, sin titubeos por más caótica que sea la situación. El motor gráfico es el mismo de Far Cry 4, que a su vez era una evolución del utilizado en Far Cry 3, por lo que no esperéis ninguna mejora visual de consideración, y en pleno 2016 ya se ha quedado un tanto anticuado, con unas texturas muy pobres, y unos efectos gráficos demasiado modestos y una iluminación poco sofisticada.
Lo que técnicamente no convence lo compensa en el apartado artístico, algo en lo que nunca fallan los juegos de Ubisoft, y el mundo de Oros es francamente impresionante, en su tamaño y nivel de detalle, ofreciendo estampas de mucha belleza. Queremos destacar las buenas animaciones de los animales, mucho más cuidadas que en anteriores Far Cry, y la interacción del fuego con el entorno, algo que ya estaba, pero que aquí por el contexto histórico cobra una mayor relevancia.
Un detalle que no nos ha terminado de convencer es que la necesaria visión del cazador, que sirve para ver resaltados a los enemigos, los animales, los recursos, etcétera, y que utilizamos continuamente a lo largo del juego, estropea el bonito apartado gráfico tiñendo de gris la pantalla durante más tiempo de la cuenta. Deberían buscar una solución no tan radical para resaltar los elementos clave en pantalla, ya que es una pena ensuciar semejante trabajo gráfico.
El sonido también está a la altura, con unos efectos muy inmersivos y que sirven para intuir la presencia de algún depredador en los alrededores, y nos ha parecido muy valiente la decisión de que los personajes hablen un idioma primitivo, el wenja, lo que sin duda potencia la ambientación. La música ambienta de manera correcta sin llamar demasiado la atención, salvo en algún momento puntual como un enfrentamiento contra un jefe final en el que suena un tema vocal, que nos ha gustado mucho.
Otra vez un gran juego
Ya sea en sus entregas principales numéricas o en los spin-off, Far Cry no falla y nos vuelve a ofrecer un gran juego de acción en mundo abierto, muy divertido y con mucha calidad en todos sus apartados. Quizás hubiera sido una buena oportunidad para ofrecer un juego con una mayor personalidad y no un Far Cry más con un cambio de ambientación, pero suponemos que esas novedades llegarán con la quinta entrega. Primal, pese a ser tan distinto en apariencia respecto a los anteriores episodios, en el fondo se siente muy parecido, y a la fórmula se le empiezan a ver demasiado las costuras, y necesita cambios de consideración si no quieres repetir los errores de la saga Assassin's Creed. En cualquier caso si te atrae su ambientación y el cuerpo te pide un gran juego de acción en mundo abierto muy entretenido y con muchas cosas para hacer, sin duda es una opción más que recomendable.
Hemos realizado este análisis en su versión de PlayStation 4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Ubisoft.