Análisis de Destiny (PS4, PS3, Xbox 360, Xbox One)
¿Qué es Destiny? Esa es una pregunta que muchos nos llevamos haciendo antes incluso de que se anunciara el juego, cuando en 2010 se lanzó Halo: Reach, con el que Bungie cerraba una etapa de casi una década trabajando en su exitosa saga, dando también por terminada una fructífera relación con Microsoft. Todo para crear un proyecto completamente nuevo, esta vez amparados por la poderosa Activision, con la que firmaron un ambicioso contrato que tendrá vinculadas a ambas compañías durante toda una década.
Tras tres años de tensa espera para sus seguidores, por fin Bungie anunció su nuevo proyecto a principios de 2013, Destiny, y aunque tuvimos la suerte de poder visitar sus oficinas y traernos una idea más o menos aproximada de en qué consistía el juego, tuvieron que pasar muchos meses para tener una idea más certera, ya que la comunicación y las explicaciones por parte del estudio y Activision no siempre fueron las más claras. Finalmente lo que terminó por despejar cualquier género de duda fue tener la oportunidad de probarlo hace un par de meses gracias a las versiones alfa y beta, que fueron un exitazo y dispararon las reservas.
Que si un MMO de acción en primera persona, que si un Borderlands con una skin de Halo, siempre que aparece algo nuevo hay una necesidad imperiosa de ponerle etiquetas, y cada cual elige las suyas.
Y si algo es Destiny es un juego diferente, que se siente fresco, y aunque toma prestadas un montón de ideas de diversos títulos y géneros, y por tanto, no se puede decir que sea un juego muy original, coge esas ideas y las hace suyas, y estamos seguros que dentro de unos años, hablaremos de juegos "tipo Destiny".
Porque lo que primero que hay que dejar claro es que lo nuevo de Bungie es acción en primera persona, pura y dura, y quien busque aquí rol, aventura o una elaborada historia, que se vaya olvidando y busque en otra parte, porque lo que vas a hacer en Destiny, básicamente, es estar disparando durante horas, casi sin descanso. Pero claro, pocos dentro de esta industria, por no decir ninguno, entienden tan bien el género de la acción en primera persona como Bungie, y sus diez años haciendo Halo se notan en cada poro de Detiny.
Un juego de acción que se sostiene gracias a unos tiroteos soberbios, con un control impecable, un gran diseño de escenarios y armas –que no son muchas, pero están perfectamente diferenciadas-, y enemigos variados en cuanto a patrones de ataque, con una inteligencia artificial por encima de la media del género. Que si bien no alcanza los mejores momentos de la saga Halo, para tratarse de un shooter en mundo abierto, cooperativo y de batallas multitudinarias, los enemigos se comportan con mucho sentido dentro de su rol, dejando detalles muy buenos tanto a la hora de atacar como de defenderse.
Hemos disfrutado cada minuto disparando en Destiny, y tiene mucho mérito, ya que prácticamente no haces otra cosa en el juego. Todas las misiones consisten en llegar a una zona y barrerla de enemigos, o resistir sucesivas oleadas, y no hay elementos de aventura y los de rol, son anecdóticos, muy sutiles, con un sistema de habilidades e inventario simple y accesible, para todos los públicos. Finalmente bebe mucho de los MMO, más de lo que podía parecer en un principio, compartiendo estructura, desarrollo y planteamiento con los mejores exponentes del género, y se trata de un juego en el que siempre estás conectado, disfrutando de la experiencia junto a otros jugadores, y por tanto para jugar necesitas conexión permanente a internet, de manera obligatoria. Esto hace que en tus misiones, ya sea solo o junto a un par de amigos, te cruces con otros jugadores que están haciendo sus cosas, lo que le da mucha vidilla, teniendo la sensación de estar en un mundo persistente, en el que nunca estás solo.
Destiny se puede jugar al completo entre tres jugadores, y de hacerlo así, a jugarlo solo, hay bastante diferencia, como hemos comprobado. No solo porque de manera individual es más difícil y te vas a ver desbordado en múltiples ocasiones por la cantidad de enemigos, sino porque junto a unos amigos es mucho más divertido, y las habilidades de los guardianes se complementan entre sí de manera perfecta. Los escenarios, los jefes, se notan diseñados con esto en mente, y aunque también se disfruta de manera individual –la primera vez nos lo hemos pasado de esta manera-, es en cooperativo cuando la diversión se dispara.
También tiene modos competitivos, no muchos ni demasiado originales, los clásicos combates por equipo, capturar zonas, etcétera, pero Bungie sabe impregnar el multijugador competitivo con su personalidad, y te gustará más o menos, pero no es una copia de Call of Duty o Battlefield. Se está menospreciando esta modalidad de Destiny, y puede que más de uno se lleve una sorpresa agradable, ya que además está perfectamente integrado en el juego, tanto el equipamiento como la experiencia se comparten entre todos los modos de juego, y si queremos conseguir algunas de las mejores armas y armaduras del juego, tendremos que echarnos unas cuantas partidas en él.
Guardianes de la galaxia
El mundo creado para la ocasión para cualquier amante de la ciencia ficción es apasionante, tanto visualmente como por su interesante premisa, muy estimulante y misteriosa, que te invita a querer saber más. En un futuro muy lejano, una enorme esfera llama el Viajero llegó al Sistema Solar, cambiándolo para siempre, haciendo habitables planetas como Marte y Venus, y suministrando una tecnología a la humanidad que la permitió explorar y colonizar el universo, en la llamada Edad de Oro.
Pero este gran aliado trajo consigo un gran enemigo, la Oscuridad, que estuvo a punto de extinguir al ser humano, que sobrevivió por los pelos, gracias a que el Viajero protegió la Tierra con todas sus fuerzas. Tras esto surgieron los guardianes, los últimos protectores de la Tierra, y nos tendremos que meter en la piel de unos de ellos para combatir a diversas amenazas alienígenas e intentar expulsar a la Oscuridad para siempre de nuestro Sistema Solar.
Como veis una premisa argumental bastante interesante y bien elaborada, acompañada por un soberbio diseño artístico, inspirado en múltiples obras de la ciencia ficción. El problema es cuando al final descubres que esta historia apenas se desarrolla, y la sensación que te queda es de que has jugado una especie de prólogo de lo que está por venir, en un final en el que te llegan incluso a decir que esto no ha hecho más que comenzar. Que un juego no tenga una historia elaborada no nos parece intrínsecamente malo, la verdad, para que nos cuenten una historia mala, o defectuosamente narrada, casi que preferimos que se la ahorren.
El problema es cuando en un juego como en Destiny, en el que se nota que han trabajado mucho en crear un universo atractivo y coherente, se desaprovecha la ocasión de contar una buena historia, teniendo tan buenos mimbres para ello. Tampoco pedíamos un Mass Effect, pero sí algo un poquito más elaborado, y deja una sensación extraña, con personajes que llegan a aparecer en una o dos cinemáticas para nunca más volver. ¿Estáis pensando en DLC? Bueno, luego hablaremos de esto, pero sí, Destiny parece que va a estar repleto de ellos. En cualquier caso ya se sabe que estamos ante una saga con una planificación para los próximos diez años, por lo que es seguro que en siguientes capítulos se seguirá construyendo una historia que en su primer episodio, se ha quedado en prácticamente nada.
Lo primero que tenemos que hacer en Destiny es crear a nuestro guardián, con un editor muy sencillo y sin demasiadas posibilidades, y unas elecciones de color para el pelo un tanto discutibles, algo que no es un gran problema, ya que solo vemos a los personajes sin casco cuando paseamos por La torre. Primero tenemos que seleccionar la clase, a elegir entre titán, el personaje tanque, el cazador, experto en disparos de precisión, y el hechicero, capaz de usar algo así como magia, y luego además la raza, entre humano, insomne y exo. Cada clase una cuenta con su propio árbol de habilidades y un par de poderes especiales, por ejemplo el Cazador puede lanzar un cuchillo e invocar una letal pistola flamígera, el Titán dar un enorme golpe contra el suelo y el Hechicero lanzar un proyectil que desintegra a los enemigos, y al llegar a nivel 15 desbloqueamos una subclase, que podemos equipar y evolucionar cuando queramos.
Una vez hemos creado a nuestro personaje la aventura comienza, y el primer planeta que visitamos es la Tierra, para después pisar la Luna, Venus y Marte, con una anecdótica parada entre medias en un extraño lugar. Cuatro planetas con diferentes tipos de misiones, que van desde las de la Historia principal hasta las de Asalto, enormes mazmorras en las que al final nos enfrentamos a un jefe, y Patrulla, el modo libre por así decirlo, en el que nos dan libertad absoluta para explorar los planetas.
En las 19 misiones de la historia tenemos que ir cumpliendo una serie de objetivos de manera lineal, y no se han calentado mucho la cabeza, ya que básicamente consisten o bien en limpiar zonas de enemigos, o aguantar sucesivas oleadas. No se puede decir que sean muy originales o creativas, y se las podría tachar incluso de repetitivas, porque son prácticamente iguales desde el principio hasta el final. Entonces, ¿se hacen aburridas? En nuestra opinión no, para nada, los frenéticos y geniales tiroteos dejan poco lugar para el aburrimiento, aguantando bien el peso de una historia que se puede acabar en unas 15 horas. Una acción perfectamente llevada que además transcurre en unos escenarios que nos dejan en más de una ocasión con la boca abierta por su belleza, mientras suena una fantástica banda sonora, que nos ha encantado.
Está claro que en Bungie no han querido hacer otra cosa que un juego de disparos, pero por ejemplo los vehículos, unas motos voladoras que se usan para desplazarnos por los escenarios, con un par de modelos avanzados con los que también podemos disparar, se desaprovechan totalmente, y podrían haber protagonizado más de alguna escena de acción diferente, que se saliera de lo habitual. Casi nos han gustado más las misiones de Asalto, unas complicadas mazmorras que tenemos que recorrer hasta llegar al jefe final, y que a diferencia de la historia, cuentan con un sistema de matchmaking, por lo que siempre jugaremos acompañados de otros jugadores. Unas misiones especialmente duras en las que nos tenemos que enfrentar a unos jefes finales tan espectaculares como duros de pelar.
Y por últimos tenemos el modo Patrulla, en el que podemos explorar libremente cada planeta e ir cumpliendo una serie de pequeñas misiones que activamos en unas balizas. Acabar con determinado número de enemigos, recoger cierto número de objetos, ir hasta una localización y escanearla, no son demasiado ingeniosas y complejas, y recuerdan y mucho a las típicas quests de cualquier MMO. Al final se vuelven tediosas y rutinarias, y nos piden cosas un poco molestas como ir a un punto muy lejano del mapa para simplemente escanear la zona y nada más, porque no lo hemos dicho, pero los planetas son bastante grandes, más de lo que puede parecer en un principio.
Sí es más interesante cuando en mitad de una misión de la historia o en el modo Patrulla aparece alguno de los eventos aleatorios, consistentes en acabar con un gran enemigo o una interminable oleada, juntándose todos los jugadores que estén en los alrededores para cumplir la misión, trabajando en equipo. También hay cofres ocultos y zonas secretas infectadas de peligrosos enemigos, además de algunos materiales que podemos recolectar, con lo que en cierta manera se incita a explorar los planetas, quizá un poco más despoblados de lo que nos esperábamos.
Porque además de los cuatro planetas principales, tenemos La torre, una especie de lobby en el que nos movemos con una cámara en tercera persona, y en el que se pueden llegar a reunir hasta 16 jugadores haciendo sus cosas, la favorita, marcarse unos bailes. Aquí adquirimos nuevas armas –fúsiles automáticos, escopeta, fusiles de francotirador, lanzacohetes y ametralladoras, no se puede decir que haya mucha variedad de armas, pero sí están muy bien diferencias- y equipo –cascos, guanteletes, armaduras de pecho y armaduras de pierna-.
Las armas y armaduras cuentan con unas estadísticas muy sencillas, de un rápido vistazo sabremos qué es lo que más nos conviene equiparnos, y en algunos casos podemos adquirir mejoras, para potenciarlas. De hecho es un juego en el que se sube de nivel relativamente rápido –el nivel máximo es 29, aunque al llegar al 20 hacen falta algo más que puntos de experiencia para seguir subiendo-, y lo que marca las diferencias en estos niveles tan elevados es el equipamiento.
En La torre además de todo lo relacionado con las compras y mejoras, podemos aceptar contratos, una serie de objetivos muy variados como derrotar a un número de enemigos de determinada manera, realizar ciertos ataques, y un larguísimo etcétera, que nos premian con suculentas recompensas, como los puntos de reputación, necesarios para adquirir el equipamiento leyenda. Y además de los cuatro planetas y La Torre, tenemos El crisol, que alberga los modos competitivos, hasta para 12 jugadores.
Control, el clásico modo de capturar zonas, Enfrentamiento, combate a muerte por equipos, Disputa, un todos contra todos para seis jugadores, y Escaramuza, un modo de juego que enfrenta a dos equipos de tres jugadores, en el que es posible resucitar a tus compañeros de equipo y así anular los puntos del equipo contrario. Más adelante se desbloquea un quinto modo, Disputa, en el que las ventajas de nivel están desactivadas, y competimos por dominar zonas, lo que hace que las bajas puntúen más alto.
El multijugador competitivo al principio es un tanto extraño, ya que utilizas las mismas armas y equipamiento que en el resto del juego, y piensas que está totalmente desequilibrado, cuando realmente no es así, ya que las estadísticas de las armas se equilibran entre los jugadores para este tipo de partidas. Hay vehículos y torretas, las habilidades especiales de los guardianes marcan mucho el devenir de las partidas, y es pronto todavía para saber cómo va a ser acogido entre los jugadores, habrá que ver cómo evoluciona en las próximas semanas. Pero por ejemplo el diseño de la mayoría de los mapas es muy bueno, algo en lo que Bungie demuestra su experiencia en el género, y tiene mucho margen de mejora, con la llegada en un futuro de nuevos modos.
Acabadas todas las misiones de la historia y de tipo asalto, además del competitivo, quedan muchas cosas por hacer en Destiny, y hay que echarle una enorme cantidad de horas para conseguir alcanzar el nivel más alto y obtener el mejor equipamiento, algo necesario para lo que vendrá la semana que viene, el modo Incursión, las clásicas raids de cualquier MMO. La primera de estas mazmorras estará disponible el próximo lunes 15, y según ha prometido Bungie serán misiones para seis jugadores que tardaremos horas en completar. Podremos salir en mitad de una mazmorra y continuar más tarde, manteniéndose el progreso, pero tendremos una semana para completarla. Además, solo podremos jugar con amigos, no habrá matchmaking, ya que al parecer será imprescindible una perfecta comunicación entre los miembros del equipo para poder completarlas.
¿De cuántas horas estamos hablando entonces para completar Destiny? Pues la verdad de momento tantas como quieras, hasta que te canses, ya que hay muchas cosas que hacer en el llamado endgame, y pronto nos tardarán en llegar nuevos contenidos. Muchos de pago por supuesto, como ya sabemos por su pase de temporada, pero esperamos que Bungie y Activision sean inteligentes, y para celebrar el gran éxito que está siendo y este primer capítulo, que pretende asentar una saga, lancen unas cuantas actualizaciones gratuitas, en lo que se refiere por ejemplo a modos de juego.
Técnicamente impecable
Es aquí donde mejor se ve el enorme presupuesto con el que ha contado este proyecto, y si bien mucho vaticinaban un pequeño desastre en los primeros días y que se cayeran los servidores con tantos jugadores a la vez queriendo jugarlo, desde el lunes que comenzamos a jugar a las 14:00, hasta ahora, no hemos tenido ni un solo problema, ni desconexiones ni fallos de servidor –hemos jugado a la versión de PlayStation 4-. Un diez en ese sentido a Bungie y Activision, porque otros juegos online en los últimos años muy importantes, siempre habían tenido problemas en sus primeros días.
Y gráficamente también nos ha gustado mucho, aunque se note que es un juego intergeneracional, que podía haber explotado un poco más el hardware de PlayStation 4 y Xbox One. No hay efectos gráficos que sorprendan por su calidad, las texturas en la mayoría de los casos podrían ser mejores, y teniendo en cuenta que no es un referente técnico en las nuevas consolas, se le podría haber exigido que al menos intentara alcanzar las 60 imágenes por segundo, además de los 1080p de resolución, en lo que sí cumple.
Pero en el lado positivo hay que decir que es un juego tremendamente robusto, sin apenas defectos técnicos, en el que por más elementos que se juntan en pantalla, y a veces creednos que son muchísimos enemigos, la tasa de imágenes por segundo no titubea en ningún momento, siempre a 30fps, lo que hace que la experiencia de juego sea muy agradable. Por criticar algo, los tiempos de carga, a veces un tanto excesivos. También lo hemos probado en PlayStation 3, y la verdad, nos ha sorprendido positivamente. La menor resolución y las peores texturas respecto a la versión para las consolas de nueva generación es más que evidente, pero en cambio se ha apostado de manera inteligente por priorizar un framerate muy estable, y total ausencia de defectos tan molestos como el tearing, por lo que hace que la versión de PS3 y Xbox 360 sea también muy disfrutable.
Pero en lo que destaca Destiny por encima de todo, y lo que siempre nos parece más importante en un videojuego gráficamente hablando, es su apartado artístico, simplemente bestial, un festín para un amante de la ciencia ficción. Es todo un placer explorar los enormes planetas, recreados con todo lujo de detalles y un gusto exquisito, que además podemos visitar en diferentes momentos del día, cambiando por completo su iluminación y color, dejándonos auténticas postales que nos recrean la vista entre tiroteo y tiroteo. El diseño de los enemigos también es muy inspirado, y las animaciones son muy buenas, al igual que las físicas. Se nota que es un juego cuidado y mimado al milímetro, algo que se nota por ejemplo en su excelente e intuitivo diseño de menús, algo que suele pasar desapercibido en cualquier juego, pero que aquí queremos destacar por su elegancia y buen hacer.
Y el sonido también es fantástico, con unos efectos variados y de mucha calidad, un doblaje al castellano muy bueno, que cuenta con la voz del mismo actor que dobla a Tyrion Lannister en Juego de Tronos, y sobre todo, una banda sonora preciosa, majestuosa. El último trabajo de Martin O'Donnell antes de ser despedido de Bungie, una decisión incomprensible para los que adoramos su trabajo, que en Destiny da lo mejor de sí junto a Michael Salvatori, para ofrecer unas composiciones evocadoras, épicas y también frenéticas cuando la ocasión lo requiere, inmejorable.
El arte de disparar
Si afrontas Destiny como un MMO de tiros es muy posible que te decepcione, porque aunque toma prestados muchos elementos de ese tipo de juegos -estructura, sistema de progresión-, ni es masivo, ni tiene tantos contenidos como cualquier fan del género podría esperar. Si tienes claro que es una excelente ensalada de tiros, como con la saga Halo nos tenía acostumbrados Bungie, que amplía horizontes y se vuelve más ambicioso en escala, apostando de lleno por una experiencia cooperativa y divertidísima si la disfrutas junto a unos amigos, no creemos que haya lugar para las decepciones.
Porque en Destiny te vas a hartar a disparar, y es aquí donde Bungie se mueve como pez en el agua, con unas escenas de acción fantásticas. Podía haber tenido una mejor historia, un diseño de misiones más variado, y seguramente esas enormes expectativas generadas a su alrededor, que le han ayudado a convertirlo en un éxito de ventas, también le han perjudicado de cara a muchos jugadores, que se esperaban más, o algo que no es. Habrá que ver cómo evoluciona en las próximas semanas y meses, pero este primer cimiento de una saga con muchas ambiciones de futuro, nos parece muy robusto. Si eres un amante de la acción en primera persona, la verdad, no podríamos entender que no te gustará Destiny, de lo mejor que ha dado el género en los últimos tiempos.