Análisis de Sonic and SEGA All-Stars Racing (PS3, Wii, PC, Xbox 360)
Si hay un personaje que pueda ser considerado como un icono a la velocidad ése es Sonic. La mascota de Sega ha demostrado más de una vez -a veces con resultados un tanto agridulces- que la velocidad es lo suyo, creando un concepto entre plataformas y velocidad que ha cautivado a más de una generación, aunque algunos se empeñen en que su paso a las tres dimensiones ha sido desafortunado por parte de la desarrolladora. Sin embargo, el erizo azul ha protagonizado multitud de obras de diverso calibre, al más puro estilo Mario, con títulos alejados de la serie principal, siguiendo más o menos la tónica de Nintendo con su propia mascota. Ahora ha llegado el momento de dejar las zapatillas durante un momento para meterse de lleno en el mundo de las carreras, con un título notable que nos invitará a repasar la historia de la compañía con multitud de pistas, personajes de otras series y, en definitiva, un recorrido bastante satisfactorio para todos los seguidores de la multinacional.
La obra que ha creado Sega es, irremediablemente, una inspiración del mayor exponente del género: Mario Kart, aunque por suerte para los fans la desarrolladora ha sabido incluir una serie de elementos que hacen de este Sonic & Sega All Stars Racing una obra única, con personalidad propia y con un estilo único que sorprenderá a quienes vivieron la guerra de las videoconsolas -allá en los 8 y 16 bits- en el bando de Sega.
Sonic Kart
El hecho de que Sega se haya metido de lleno en el mundo de las carreras no es nuevo. Sonic ha protagonizado en más de una ocasión videojuegos en los que su único objetivo era llegar el primero a meta, ya sea utilizando sus propias habilidades -en Sonic R- o con vehículos de todo tipo, como ya demostró en Sonic Drift para GameGear.
Sea como fuere, la compañía ha decidido volver al mundo de la conducción con un título que reunirá no sólo a los personajes más entrañables de la saga del erizo azul, sino también a todos los héroes y heroínas que, en algún momento de la historia de la compañía madre, protagonizaron algún videojuego carismático.
La mecánica del videojuego es bien sencilla, a la par que divertida, y nada más introducir el disco en nuestra videoconsola seremos testigos de una secuencia introductoria que nos servirá de premisa para saber lo que nos espera: carreras frenéticas y trampas a tutiplén, con la posibilidad de remontar una carrera que a priori parecía perdida desde el último puesto del a clasificación. El control es muy sencillo, aunque requerirá tiempo perfeccionar el sistema y conocer todas los secretos de los circuitos. Sin embargo, para los jugadores que no hayan tenido el placer de probar algún título de esta envergadura, la desarrolladora ha preparado un breve tutorial en el que controlaremos a Sonic en un circuito sencillo, asentando las bases de una jugabilidad bien llevada. Habrá que tener en cuenta los giros imposibles y utilizar los derrapes como ventaja para poder aumentar la velocidad de nuestro vehículo.
De hecho, es curioso como Sega ha introducido sabiamente el concepto de los derrapes en la obra. Si bien es cierto Nintendo dividió a sus seguidores en Mario Kart entre los que utilizaban los derrapes de manera constante -incluso en rectas- para aprovecharse unas milésimas importantes en el marcador, la desarrolladora que hoy nos ocupa ha propuesto un sistema de derrapes distinto, en el que el jugador no sólo no podrá aprovecharse durante toda la carrera, sino que además serán imprescindibles de perfeccionar para poder ganar un turbo adicional y adelantar al conductor que va por delante -o sacar aún más ventaja en el caso de que lideremos la competición-.
Por otro lado, la versión de PlayStation 3 ha salido a la venta junto con un pack que incluye un volante sencillo y pequeño donde podremos colocar el mando de la videoconsola y jugar con el sensor de movimiento, tal y como hizo Nintendo con su Mario Kart Wii. El control propuesto en esta vertiente es bueno, con una precisión bastante notable, aunque en alguna ocasión nos hemos visto atascados en una pared por hacer un giro brusco o -casi- imposible. La experiencia es buena, aunque los jugadores más críticos optarán por el control clásico.
Cada personaje -o personajes, ya que algunos irán emparejados- dispondrá de un vehículo propio, cada uno con sus propios rasgos típicos dentro del mundo de la conducción tales como aceleración, agarre y demás. La cantidad de situaciones que viviremos dentro de las pistas y lo bien equilibrados que están los vehículos harán que todos los participantes tengan una posibilidad de ganar, aunque las diferencias entre aceleración, por ejemplo, sean importantes entre varios personajes. Los objetos que iremos recogiendo por el escenario serán muy importantes dentro de la carrera, ya que pueden dar lugar a unas remontadas impresionantes y a los formidables piques que en este tipo de videojuegos son más que necesarios para aumentar las horas de juego.
Los items son similares a los vistos en Mario Kart, con típicos misiles para frenar a nuestro contrincante -algunos de ellos son teleridigidos-, conos para hacer derrapar a los que nos pisen los talones, estrellas que nos harán conducir bocabajo -literalmente- e incluso un arco iris que nos impedirá tener una visión amplia del circuito -similar a la mancha de tinta en Mario Kart DS-. Sin embargo, Sega ha incluido el concepto de All Star, y es que cada personaje tendrá un objeto especial único, que hará mucho daño a nuestros competidores. Supongamos que Sonic ha sido víctima de varios objetos seguidos -el videojuego en alguna que otra ocasión no nos dejará respiro, sobre todo si aumentamos la dificultad al nivel superior- y ha quedado en última posición. Si tenemos suerte, conseguiremos la All Star -que no es otra cosa que las siete esmeraldas del caos en este caso-, que nos convertirá en Super Sonic y volaremos a una velocidad vertiginosa. En el caso de Billy, por ejemplo, iremos rodando encima de un huevo gigante aplastando a todo el mundo. Amigo pondrá a bailar a los participantes, y así con todos los personajes.
Homenaje a Sega
Los seguidores de Sega encontrarán que Sonic & Sega All Stars Racing ha sido concebido como un homenaje de proporciones bíblicas a multitud de franquicias de la compañía. Dejando a un lado la importante aparición y puesta en escena de Sonic -que acapara más circuitos y personajes que las demás series-, la desarrolladora ha incluido personajes para todos los gustos. Contaremos con la nada envidiable cifra de 20 corredores -22 en la versión de Xbox 360 al contar con Banjo y Kazooie y la posibilidad de utilizar a nuestro avatar como corredor-. La lista la componen siete corredores de la marca del erizo (Sonic, Tails, Amy, Shadow, Dr. Robotnik, Big the Cat y Knuckes), Aiai de Super Monkey Ball, Ryo Hazuki de Shenmue, Ulala de Space Chanel 5, una simpática pareja de Chu Chus procedentes de Chu Chu Rocket, Alex de Alex Kidd y algunos participantes más que no queremos desvelar para una mayor sorpresa del lector.
Y al igual que ocurre con los corredores, los escenarios están más que inspirados en ubicaciones procedentes de diferentes videojuegos. Contaremos con una representación digna de Tokyo al más puro estilo Jet Set Radio, colinas trepidantes con loops incluidos directamente del destello azul, el pueblo con esencia de carnaval salido del ritmo de Samba de Amigo, y así hasta recorrernos los 24 circuitos propuestos para la ocasión, sin saber a ciencia cierta si la desarrolladora tiene planeado incluir algún tipo de contenido descargable tanto para personajes como para pistas. No sería descabellado que el día de mañana apareciera algún personaje exclusivo de Sony -como Ratchet & Clank, por ejemplo- dándolo todo en las curvas.
La gran mayoría de pistas presentan multitud de obstáculos a sortear, como pueden ser enemigos típicos de la marca u objetos que estarán ubicados en las localizaciones más precisas para impedir una marca perfecta. Además, siempre existirá algún tipo de bifurcación para darle a escoger al jugador -en apenas unas décimas de segundo- si escoger un camino que está repleto de objetos o si de lo contrario optar por el que tiene aceleradores en el asfalto.
Largo y divertido
Sega & Sonic All Stars Racing cuenta con un buen puñado de modos de juego para ofrecer una experiencia de jugador a la altura de los grandes. Si bien es cierto la gran mayoría de modos de juego basan su jugabilidad única y exclusivamente en tener los mejores tiempos en la carrera, existe un modo que nos permitirá desconectar por un instante de tanto velocidad para ofrecernos retos concretos, donde nos pondrán en la piel de un personaje en cuestión para cumplir una serie de objetivos de lo más variados. Por ejemplo, en una pista cerrada -y ridículamente pequeña- tendremos que hacernos con el mayor número de anillos en un lapso de tiempo, o conseguir derrapar un tiempo determinado, eliminar a objetivos a base de misiles, hacer un tiempo perfecto y, uno de los más divertidos, no quedar el último en una carrera con tiempo, puesto que cada diez segundos el último participante es automáticamente descalificado.
Sin embargo, una vez completados los retos (que nos otorgarán una puntuación en función de nuestra eficacia, siendo "AAA" la más elevada) y -para los jugadores más competitivos- desbloqueados los trofeos y logros correspondientes, Sega nos propone diversos modos para un jugador para conocer todos y cada uno de los aspectos de la obra. Contaremos, pues, con el típico Grand Prix, carreras rápidas para esos tiempos muertos que tenga el jugador y carreras a contrarreloj, con fantasma incluido.
A medida que vayamos ganando carreras -en todos y cada uno de los modos propuestos- seremos recompensados con Millas Sega, indispensables para desbloquear todo el contenido que ofrece la obra, como nuevos personajes, pistas y demás elementos que todo buen jugador debería obtener si quiere completar el videojuego al cien por cien.
No obstante, una de las mayores bazas que ofrece este Sega & Sonic All Stars Racing es su vertiente jugador, que nos permitirá correr con hasta cuatro jugadores en su modo local y con ocho jugadores si decidimos llevar nuestras ruedas al modo online. Si bien es cierto los únicos modos disponibles serán los mismos que basan sus objetivos en llegar primero a la meta, los piques pueden llegar a ser impresionantes, siempre que la red acompañe.
Colores en alta definición
El apartado técnico de la obra es notable, sin sorprender a los más experimentados del género de la conducción, y más después de haber visto títulos como Forza Motorsport 3 o Gran Turismo 5, que parece no llegar nunca. Sin embargo, Sega no ha pretendido ofrecer una experiencia real, sino que ha optado por crear un videojuego bello, lleno de colores vivos y con unos personajes a la altura de lo esperado. Y lo ha conseguido con creces.
Los personajes están bien representados, aunque algunos no cuentan con demasiados detalles. No así los vehículos, que contarán con todo lujo de reflejos y demás efectos que hoy en día están muy de moda. El conjunto global de la obra es bueno, y los escenarios son lo suficientemente coloristas y bien representados como para evitar la sensación de monotonía que a veces se vive en este tipo de obras. Algunos elementos, como era de esperar, no cuentan con una resolución demasiado elevada, pero siendo un videojuego en el que la velocidad lo es todo tampoco nos pararemos a otear el paisaje.
Sin embargo, uno de los problemas que más nos han afectado a la hora de disfrutar de la obra ha sido su irregular tasa de imágenes por segundo cuando la acción es demasiado caótica. La obra no escatimará en ofrecer unas molestas ralentizaciones cuando muchos personajes, objetos y variantes aparezcan en pantalla, entorpeciendo concienzudamente una jugabilidad a prueba de balas. Sin duda alguna, debería haberse corregido este aspecto para evitar que el jugador más crítico vea mermado su trabajo en la pista por un problema técnico.
Al contrario ocurre con la música, uno de los aspectos más destacables del proyecto, siendo un conjunto de melodías procedentes de las franquicias puestas en juego con todo el amor de una compañía que siempre ha sido un referente a la hora de componer música para sus obras más queridas. El videojuego, además, cuando con un comentarista que irá comentado -en perfecto castellano- la carrera en todo momento, jactándose de nuestra representación en ésta si no somos demasiado habilidosos a la hora de apretar el acelerador. La idea es buena, y su puesta en escena es más que notable, aunque una vez que hayamos jugando varias horas puede hacerse un poco repetitivo e incluso puede llegar a cansar al jugador. Por suerte, podremos desactivarlo para deleite de nuestros oídos y así escuchar la fantástica banda sonora propuesta para la ocasión.
En definitiva, Sega & Sonic All Stars ha entrado con muy buen pie en la nueva generación. Muchos jugadores pensaron, en el momento del anuncio de la obra, que se trataría de un clon más de Mario Kart, como los ha habido y habrá siempre. Sin embargo, la desarrolladora ha sabido poner ese toque único a la obra, creando una experiencia muy divertida no sólo para los seguidores de la compañía, sino también para todos aquellos quienes hayan vivido la guerra de las videoconsolas al lado de Nintendo, otra plataforma o simplemente esta sea su primera vez en el mundo de los videojuegos.