El clásico renace
Hace ya casi dos décadas (concretamente en 1983) salía en los salones recreativos un título de la por aquella casi desconocida Midway llamado Spy Hunter. El juego, diseñado por el señor George Perez, gran fan de las películas de James Bond, mezclaba conducción y disparos al más puro estilo de las películas de 007, en las que el coche del agente Bond siempre tenía más de una y más de dos sorpresas. Spy Hunter fue un éxito en los arcades, y tuvo conversiones a Atari 2600 y Colecovision. Posteriormente se produjo una segunda entrega, que fue lamentable, y una reedición del clásico en la Midway Arcade Collection, para PSX y PC. Ahora, 18 años después, Midway ha recogido uno de sus clásicos y lo ha adaptado a la nueva generación. Spy Hunter ha vuelto, y parece dispuesto a quedarse.
¿El coche fantástico?
Sin embargo, muchos de los que estarán leyendo este análisis ni siquiera conocerán la recreativa original, puesto que lo mejor será empezar desde el principio, olvidando al juego de los años 80 y centrándonos en este nuevo juego para PS2. Spy Hunter es un juego de acción en el que manejaremos un vehículo con armas tanto defensivas como ofensivas, que tendrá que cumplir una serie de objetivos en cada una de las misiones. El nombre de la criatura es G-6155 Interceptor, que por mencionar una curiosidad, la G es por “George Perez” y el 6155 es su fecha de nacimiento; este vehículo puede convertirse en coche, lancha y moto. Será coche cuando esté sobre tierra, lancha cuando esté sobre el agua, y moto cuando al Interceptor le queda poca energía. ¿Alguien recuerda al Coche Fantástico? Nuestro Interceptor tiene un camión donde podrá introducirse y recuperar energías, armamento y demás. También será capaz de hacer cosas que hacía el deportivo negro de David Hasselhoff (aunque se filmasen a 20 km/h), aunque lamentablemente no tiene a ese señor pequeño dentro del capó que dice chistes, lee mapas y cuando habla enciende una linterna roja..
Cumple todos los objetivos
La historia de Spy Hunter entra dentro de los cánones de los juegos arcade: simple y efectiva. ¿Quién no va a intentar impedir que una organización militar –en este caso llamada Nostra- se adueñe del mundo?. Hay 14 misiones, que cumpliremos de una manera lineal, pero donde está la verdadera duración del juego es en la exigencia de los objetivos. Cada misión tendrá un objetivo primario y varios secundarios; para pasar a la siguiente misión sólo tendremos que cumplir el objetivo primario, que nos otorgará un “punto de acceso”, pero cada uno de los objetivos secundarios nos darán otro punto de acceso al completarlos, y para cada fase se exige un nivel de acceso. ¿A dónde queremos llegar con esto? Si no cumples todos los objetivos secundarios de la pantalla, vete familiarizándote con ella porque tendrás que jugar de nuevo; de lo contrario, y salvo algunas excepciones, no podremos seguir avanzando en el juego.
El Interceptor va mejorando...
Cada vez que superemos una misión recibiremos una mejora, que generalmente consistirá en una nueva arma o en una mejora de las ya adquiridas, excepto en una de las misiones, en las que conseguiremos un Interceptor completamente nuevo (y mejorado). Estas mejoras o actualizaciones del G-6155 serán requeridas en la siguiente misión, por lo que más que mejoras son nuevos elementos jugables. Al principio comenzaremos con una sola arma defensiva y ofensiva (el aceite y la ametralladora), y adquiriremos misiles, pantallas de humo e incluso pulsos electromagnéticos que irán convirtiendo a nuestro polivalente vehículo en una máquina de matar, o más politicamente correcto, en un eficiente eliminador de objetivos tácticos.
Hablando de los objetivos, el primario suele ser siempre la destrucción de un objetivo, y los secundarios varían: Siempre está el de evitar las víctimas civiles, que sólo incumpliremos si nos cargamos a más de tres peatones inocentes que estaban en el momento menos apropiado, en el lugar menos indicado. Además de esto tendremos que atrapar los satcoms, unos iconos que están en lugares de difícil acceso, para lo cual tendremos que tomar una ruta alternativa y utilizar el turbo; también tendremos que poner localizadores vía satélite a ciertos vehículos, que no podremos destruir –de lo contrario el satélite ya no los seguiría-. Los otros objetivos secundarios serán generalmente proteger algo o destruir varios edificios o vehículos. En todas las misiones tendremos un tiempo límite que será muy difícil rebasar, aunque como dice el refrán: para ser conductor de primera, acelera.
Gráficamente bueno
Hoy en día, en PlayStation 2 hay tres clases de juegos a nivel gráfico: Los que realmente demuestran las capacidades de la consola, siendo totalmente espectaculares, los que tienen simplemente buen aspecto y los que denotan un uso incorrecto del hardware. Spy Hunter está en este segundo grupo en el que se encuentran la gran mayoría de los juegos actuales de PS2, y luce unos gráficos más que decentes, con una buena sensación de velocidad, muchos objetos en pantalla y unas buenas texturas. No es la octava maravilla, ni tampoco tendríamos demasiado tiempo a mirarlo detenidamente –considerando la frenética acción del juego-, pero no tiene ningún defecto grave, y sobre este aspecto no hay ninguna queja.
Peter Gunn ataca de nuevo
Spy Hunter mantiene el archiconocido tema de Peter Gunn que ya tenía la versión arcade, pero esta vez a una calidad mucho mayor e incluso con una opción de ecualizador, que siempre se agradece. Luego hay otras versiones de la canción ya citada (una de ellas realizada al estilo Rock por “Saliva”), y en el aspecto musical poco más hay que destacar. Los efectos de sonido son buenos, presentando unos disparos, explosiones y demás FX ciertamente conseguido. Por último, las voces están en inglés.
Arcade de pura cepa
Spy Hunter conserva el sabor arcade del título de los 80, aunque con unas diferencias notables en cuanto a jugabilidad, debidas sobre todo al salto que implica el paso a las tres dimensiones. Sin embargo, al contrario de lo que suele pasar, la adaptación a las tres dimensiones del juego ha sido buena y la jugabilidad es fantástica. El coche es muy fácil de controlar, y el manejo de las armas no dará demasiados problemas. La cámara tiene algún que otro problema de vez en cuando, pero no hay ninguna queja seria en este apartado. La dificultad, empieza siendo baja pero comienza a subir a un ritmo fuerte, y a partir del nivel 5 (hay un total de 14)
Hacen falta más como este
Pese a que la duración del modo para un jugador es un poco menor de la deseada, sin llegar a ser corto, Spy Hunter incluye un modo para dos jugadores en cada circuito con diferentes modalidades de juego, algunas de ellas variopintas pero todas divertidas. Aún así, el modo para un jugador es razonablemente largo tratándose de un juego de estas características, aunque habrá a quien no le guste jugar una y otra vez las misiones para cumplir todos los objetivos y así seguir avanzando.
Concluyendo, Spy Hunter es una excelente recreación del arcade original, con un buen aspecto técnico, una jugabilidad fiel y divertida, y una duración razonable.
No hay ningún juego de este tipo en PS2 (Agent Under Fire, que saldrá pronto, tendrá algunas fases de conducción/disparos), y Spy Hunter es una buena manera de comenzar este subgénero en la consola negra de Sony. Recomendado a los nostálgicos y a los fans de los juegos arcade y de acción.