Análisis de Okami (PS2)
Tomando como base algunas narraciones mitológicas, Okami nos va a plantear un universo muy especial en el que un lobo blanco tendrá que salvarlo de la amenaza de un terrible demonio. Y es que la historia será sólo uno de los múltiples atractivos que este juego de Capcom nos va a ofrecer.

Todo empieza en Kamiki, una pequeña aldea acosada por Orochi, un demonio al que intentan apaciguar con un sacrificio anual que no haga despertar a ese ser monstruoso de ocho cabezas. Pero cuando la hora de entregar su vida le llega a Nami, el amor del joven e impetuoso guerrero Nagi, éste no puede evitar hacer lo único posible para salvarle la vida: luchar contra el demonio. Por suerte, recibe la ayuda de un lobo blanco, con el que consigue finalmente dar muerte a las cabezas de la bestia. El lobo, sin embargo, quedó herido de muerte.
Ésa es la leyenda que, según se cuenta, tuvo lugar hace cien años. Pero ahora, la espada de Nagi que mantenía encerrado al demonio ha sido retirada, liberándolo de nuevo. Por eso, la diosa Amaterasu toma en esta ocasión la forma del lobo blanco de la leyenda, acompañada de Issun, un pequeño charlatán. De esta manera, se inicia la historia de Okami, narrada en todo momento con mucho mimo gracias a la profusión de acertadas secuencias y los abundantes diálogos del juego, pese a que la protagonista no dice mucho por su condición de animal. El problema radicará en que, pese al enorme retraso que el juego ha sufrido con respecto a otros mercados, no ha sido localizado a nuestro idioma, por lo que los textos están en inglés, y no hay que olvidar que estamos ante una aventura en la que lo que se nos dice es muchas veces esencial.
Hay que tener en cuenta que Okami es, en esencia, una aventura de acción como podría serlo el clásico de Nintendo, Zelda, y el lenguaje es indispensable. No utiliza un vocabulario particularmente complejo, eso es cierto, pero en cualquier caso los jugadores que no se sientan cómodos con el inglés tendrán un pequeño obstáculo a superar para poder disfrutar del título en todo su esplendor.
Aunque el principio del juego puede resultar un poco flojo, o cuando menos poco capaz de demostrar cuál es el potencial de la aventura épica que esconde el disco, no tardaremos mucho en percibir cómo la experiencia va mejorando a pasos agigantados en nuestra primera hora de juego según se va construyendo el mundo tan peculiar que ha sido concebido para esta historia. Así, por ejemplo, los personajes tienen personalidades muy bien definidas, aportando los elementos de humor necesarios, como Issun y sus continuas reivindicaciones como artista e inspirador incluso de alguna suerte de Pulgarcito, pero no por ello resultan planos, ya que el guión ha sido elaborado con cuidado y se deja disfrutar tanto como la experiencia estética que han propuesto los creadores del juego, Clover Studio.

Okami se irá mostrando ante el jugador como una aventura en la que, aunque el objetivo de enfrentarse a Orochi se mantendrá siempre en el horizonte, según nos movamos por el amplio mundo del juego iremos descubriendo nuevos retos y gente a la que ayudar para salvarla de las maldiciones que están cayendo sobre ellos. Y es que aunque la aventura va a girar en torno a la búsqueda de trece fragmentos de un objeto muy especial del que hablaremos más adelante, está todo salpicado de muchas misiones a las que dedicar nuestro tiempo.
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