Análisis Vampire: The Masquerade - Bloodlines 2, una genial recreación de Mundo de Tinieblas con luces y sombras (PC, Xbox Series X, PS5)
Siempre es complicado desarrollar la secuela de un juego considerado de culto, décadas más tarde y por un equipo total o parcialmente diferente: Outcast: A New Beginning o Flashback 2 demuestran lo complicado que es este proceso.
Vampire: The Masquerade - Bloodlines 2 no es ese patinazo que muchos podían temer por el tormentoso desarrollo que ha pasado durante la última década, aunque tampoco llega a alcanzar lo especial que era el mito de 2004 que en su debut pasó un poco desapercibido entre el gran público por la alta calidad de otros grandes lanzamientos (y sus propios problemas técnicos), pero que con el tiempo fue ganando fans hasta convertirse en el título más querido de la licencia. A nosotros nos convenció desde un primer momento.
En 2021 Bloodlines 2 pasó de Hardwuit Labs a The Chinese Room, que aprovechó parte del contenido ya creado, rehizo algunos sistemas y potenció los puntos fuertes de su experiencia: los juegos narrativos y la ambientación. Son los responsables de Dear Esther, Amnesia: A Machine for Pigs, Everybody's Gone to the Rapture o Still Wakes the Deep, y ese ADN se encuentra fácil en este Vampire: The Masquerade, que tiene luces y algunas sombras en aquellos apartados donde se nota que el estudio no está especializado en juegos tan densos en lo jugable.
"Las cabezas no han hecho más que empezar a rodar"
Como ya os hemos contado en pasadas impresiones, Bloodlines 2 se ambienta en una Seattle en el año 2024 bajo el universo gótico-punk de Mundo de Tinieblas, que nos cuenta cómo seres sobrenaturales conviven integrados en la sociedad, pero ocultando su naturaleza para pasar inadvertidos. Mientras el mundo de los mortales se desmorona, tenemos guerras de clanes y conspiraciones vampíricas con una Corte debilitada por intentos de golpes de estado y unos extraños asesinatos.
En esta situación despierta Phyre, también llamado Nómada, que abre los ojos tras un letargo de cien años, con sus poderes limitados y una extraña voz en su cabeza: Fabien, un inspector del clan Malkavian. Cómo ha llegado ahí el bueno del inspector es sólo uno de los misterios que vamos a intentar resolver en esta ciudad cubierta por una espesa capa de nieve.
Comencemos por lo más positivo, el desarrollo de la historia. Quizás no tanto lo que se cuenta en ella (exige un conocimiento mínimo de la licencia para disfrutarlo de verdad, aunque no es estrictamente necesario) sino por la manera de interactuar con los personajes. Aquí The Chinese Room ha aprovechado bien la riqueza de este universo (el mimo dedicado en este sentido va a encantar a los fans de Vampire: The Masquerade), y han plagado la trama de personajes bien definidos con sus motivaciones y personalidades que conviene tener en cuenta. No podemos hablar del mismo modo a los distintos rangos dentro de la Corte y las presiones que podemos ejercer a alguien no surten el mismo efecto en otra persona.
Bloodlines 2 nos indica el tipo de sentimiento que provocamos con cada pregunta o respuesta que damos, algo que a posteriori sirve para ir corrigiendo las respuestas según la impresión que buscamos dar en cada momento. De nosotros depende adular, amenazar o mentir para extraer la información que necesitamos, aunque contar siempre lo que quieren oír de nosotros puede tener efectos negativos; en algunos momentos deberemos posicionarnos a favor o en contra de un clan. El estudio se ha esforzado para que nada sea blanco o negro: cada personaje tiene sus razones, y nos darán tiempo a que cojamos cariño a muchos de ellos antes de lanzar las preguntas más difíciles. Por cierto, el guardado es automático, así que nos podemos olvidar de "experimentar" en los diálogos: habrá que apechugar con cada consecuencia.
Por supuesto, Vampire: The Masquerade - Bloodlines 2 no es exclusivamente una aventura narrativa, se define como RPG de acción, y aquí es donde encontramos las costuras del juego. Por una parte, tenemos un pequeño mundo abierto que nos va planteando las misiones principales y otras secundarias; es una zona de juego con muy poca vida, y aunque Phyre dispone de habilidades extraordinarias como una carrera rápida, escalada por edificios y planeo, siempre debemos cumplir con la Mascarada: ocultar al rebaño la existencia del cazador, es decir, de los vampiros. Desvelar nuestra identidad a la vista de los transeúntes provocará no solo que la policía nos intente dar caza, sino también romper la Mascarada, o incluso recibir una inesperada puñalada en el pecho (algo que nos sucedió por activar habilidades de vampiro durante una pelea en un callejón).
Bloodlines 2 dispone de varios clanes que son recomendables según vuestro estilo de juego (aunque nada os impide escoger vuestro favorito. Los Brujah vienen bien para el combate cuerpo a cuerpo, los Banu Haquim son los especialistas en el asesinato en silencioo los Ventrue, orientados a manipular a sus enemigos, además de los Tremere, Toreador y La Sombra.
Por otra parte podemos adquirir nuevas habilidades con el gasto de puntos y, por ejemplo, alimentarnos de las resonancias de sangrede otros humanos para favorecer nuestras habilidades en determinados momentos.
Todo esto va enfocado, lógicamente, a las secciones de acción en las calles, azoteas e interiores. Aquí Bloodlines 2 no comete ningún error grave, pero se revela como una aventura limitada, y es que tenemos un combate en primera persona un poco impreciso, con enemigos que se mueven a gran velocidad, lo que convierte una pelea contra tres o más oponentes en una melé de puñetazos, palos y algún tiroteo. Sí es verdad que hay algo que lo diferencia de un simple brawler, y son las habilidades de Phyre, desde la telequinesis para desarmar, tirar objetos del entorno o lanzar algún tipo de hechizo/maldición que anule la voluntad de los objetivos. Hay toda una lista de técnicas que amplían nuestras posibilidades, sobre todo contra los matones más duros.
En la práctica, esto no funciona tan bien como debería. Bloodlines 2 está encorsetado en su gameplay, así que la mayoría del tiempo lo pasamos realizando los golpes más básicos, bebiendo la sangre de los enemigos debilitados para recargar habilidades y moviéndonos por la zona de combate para mantener distancias en el combate cuerpo a cuerpo. Siempre es divertido empujar a un rival, atraer su pistola o escopeta y devolver el fuego a ese ghoul que tanto nos molesta, pero el diseño de las guaridas no da mucha flexibilidad en la estrategia; como mucho, podrás despachar un par de objetivos con un sigilo básico, pero el combate directo se acaba haciendo obligatorio en demasiadas ocasiones; rara vez se juega con diferentes alturas, y un pasillo o sala con todos los objetivos apiñados no ofrece opciones.
La acción era ineludible en Bloodlines 2, y quizás The Chinese Room no se siente cómoda con las batallas. La pega es que también en aquellas secciones donde Fabien cobra protagonismo y pasamos a unas tareas de detective el progreso con mecánicas un tanto lineales y sin apenas margen de error: además de extraer información para avanzar en unos asesinatos dantescos, debemos conseguir unas pistas de cada ubicación. Pistas que no podemos perder ya que son obligatorias para avanzar en la misión.
Del primer Bloodlines destacamos la variedad en la resolución de situaciones, comparándolo incluso con los simuladores inmersivos de la época (Deus Ex 2 en concreto), que es algo que aquí hemos echado en falta. Por ejemplo, cuando en una misión se nos pide entrar en un edificio, hay que localizar una puerta trasera: no tenemos más alternativas, como sería forzar a un personaje que nos deje pasar o entrar con la fuerza por la puerta principal. Los desafíos, en general, sólo tienen la solución que los desarrolladores han diseñado.
En definitiva, muchas de las sensaciones que habíamos mencionado en pasadas impresiones permanecen en la versión final. Bloodlines 2 nos ofrece un mapa que, más allá de algún coleccionable, simplemente nos hace ir corriendo de un punto a otro, en ocasiones siguiendo un rastro visible con la vista especial. El combate cumple con el mínimo exigido y entretiene si exprimes las habilidades vampíricas, pero esto es algo que sólo se hace necesario contra jefes o en dificultades altas. Este Vampire: The Masquerade no destaca en los apartados de acción, si bien en este caso no debería ser un aspecto decisivo (o no tanto como en otros juegos) porque tiene clara sus prioridades: la construcción de su mundo, sus personajes y el "Juego de Tronos con vampiros" que se cuece en Seattle. Bien en narrativa, regular en gameplay.
Una ambientación bastante conseguida
Los valores de producción de Bloodlines 2 no son los de un AAA, pero The Chinese Room ha demostrado en el pasado que puede conseguir unos gráficos bastante realistas cuando se lo propone, y eso le sienta muy bien a la crudeza del Mundo de Tinieblas. Lucen mejor los interiores, sean edificios en ruinas, discotecas, talleres o bares, que la ciudad, completamente inerte y de "cartón piedra", aunque es algo que acabamos pasando por alto pronto. Mencionar que en momentos puntuales podemos ver remates sangrientos, cuerpos empalados, decapitados y escenas truculentas que nos recuerdan que es un lanzamiento para mayores de 18 años.
Los personajes son bastante resultones, y las animaciones son suficientemente convincentes para que al menos no chirríen, algo que se agradece dada la cantidad de diálogos y su importancia en el juego en las que unas buenas interpretaciones en inglés (textos en español) transmiten las emociones del interlocutor para saber cómo tratar a cada vampiro.
Para este análisis lo hemos jugado con una RX 6700 XT que nos ha permitido jugar con todos los ajustes en Ultra a 1080p y 60 FPS. Funciona en Unreal Engine y no es un juego muy exigente en aspectos técnicos, pero ofrece varias opciones de escalado (AMD FSR 3.1, Nvidia DLSS, generación de fotogramas) y limitación de fps para encontrar el equilibrio deseado según el equipo que tenga cada uno (podéis consultar aquí los requisitos para el juego).
Además también hemos probado Bloodlines 2 en otros tres ordenadores diferentes. En nuestro sobremesa de gama alta con tarjeta gráfica NVIDIA GeForce RTX 5080 junto a procesador Ryzen 5900X, 64 GB de memoria RAM DDR4, almacenamiento SSD y Windows 11 hemos podido jugar a 4K, gráficos al máximo, DLSS en modo calidad y generación de frames múltiples a unos 155 FPS en exteriores con ligeras caídas en las acciones en la ciudad que hemos tenido con todos los equipos.
El segundo equipo de pruebas fue un portátil con una NVIDIA GeForce RTX 4060, procesador i9-14900HX, 32 GB de RAM, almacenamiento SSD y Windows 11. En esta ocasión jugamos a 1080p con gráficos en Alto y DLSS en modo calidad obteniendo 88 FPS de nuevo en mundo abierto.
Por último hemos probado el juego en un PC consolizado ROG Xbox Ally X a 1080p, con la configuración gráfica recomendada del propio juego, FSR equilibrado y generación de frames obteniendo 68 FPS en exteriores a 35 W (conectada a la corriente) y unos 59 FPS con la batería y un consumo de 25 W.
En cuanto a la banda sonora, se incluyen composiciones de Rik Schaffer (responsable del primer Bloodlines) creadas durante el desarrollo en manos de Hardsuit Labs, más Craig Stuart Garfinkle y Eímear Noone, que suelen acompañar sin estridencias. Bloodlines 2 da prioridad al sonido ambiente, en especial cuando entramos en locales nocturnos con su machacona música tecno.
Conclusiones
Vampire: The Masquerade - Bloodlines 2 es exactamente lo que podíamos imaginar de una secuela a cargo de The Chinese Room, para lo bueno y lo no tan bueno. El mundo es interesante desde el punto de vista de sus personajes, los puzles narrativos, la potente ambientación y, si somos aficionados a Mundo de Tinieblas, la adaptación de todo su universo. Sin duda esta desarrolladora era una buena opción para sacar partido de este universo.
Es una lástima que en otros apartados no sea tan buena y simplemente cumplan. Presenta una jugabilidad mucho menos libre de lo que se presupone a un ARPG, con pocas ideas originales en el combate (a excepción de las habilidades vampíricas) y un diseño de misiones que se siente anticuado. ¿Se convertirá en juego de culto dentro de 20 años? Seguramente no, pero hay que alabar el riesgo del estudio británico por tomar un proyecto que hace unos años se tambaleaba y, desde luego, si os gusta Vampiro y Mundo de Tinieblas es un título a tener en cuenta siempre que sepáis sus fortalezas y debilidades.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para PC proporcionado por Plaion.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
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