Hace apenas unos días os trajimos nuestras impresiones de Vampire: The Masquerade - Bloodlines 2, el esperadísimo juego de rol ambientado en el universo de Mundo de Tinieblas que, recientemente, ha dado una alegría a los aficionados al rectificar su política con los DLC para incluir a los clanes Lasombra y Toreador en el juego base.
Tras esta buena noticia, en Vandal hemos tenido la oportunidad de jugar un poco más al título de The Chinese Room, concretamente a los dos capítulos siguientes a los que pudimos probar en la demo de la Gamescom. Esta nueva sesión nos ha permitido adentrarnos más en el juego para confirmar nuestras sensaciones en torno a la narrativa y, de paso, dejarnos un sabor de boca mucho más apetitoso mientras combatimos y destrozamos a nuestros enemigos.
Bloodlines 2 nos sigue apeteciendo mucho por su carga narrativa
Podríamos decir que en esta segunda toma de contacto hemos tenido en torno a un 60 % de trama, narrativa e investigación y el resto han sido situaciones de combate provocadas por el propio hilo argumental que tenían estos dos capítulos.
El camino argumental, los misterios o la aparente complejidad de los personajes (para saber lo realmente profundos que son tendremos que esperar a la versión final) nos han seguido cautivando, así como su ambientación, las distintas opciones de diálogo y los caminos que se abren en función de unas decisiones que parecen tener un peso muy importante durante toda la aventura.
Ya estábamos contentos con este punto en las impresiones anteriores y ahora lo estamos un poco más. De hecho, el final de la demo nos ha dejado con ganas de seguir investigando y sumergiéndonos en esta Seattle dominada por los vampiros en la que nada es lo que parece. Desde luego, The Chinese Room aprovecha bastante bien todas sus virtudes en estos dos capítulos extra que, recordemos, siguen perteneciendo a la introducción del juego (de hecho, nos dio la sensación de que justo al terminar la partida es cuando iba a comenzar el nudo principal de la trama).
Las limitaciones jugables siguen presentes... pero el combate nos ha parecido más satisfactorio
Pasemos ahora a la parte que menos nos había convencido en la demo anterior: algunas limitaciones a nivel jugable. Nos referimos, sobre todo, al diseño de los niveles o de la ciudad, que nos pareció un tanto encorsetado, y a un combate que no terminó de atraparnos entre sus garras.
Las limitaciones en lo jugable siguen ahí y seguimos viendo un juego con unas misiones un tanto encorsetadas. Por ejemplo, mientras seguíamos un rastro tuvimos que pasar obligatoriamente por un punto marcado en el mapa, incluso a pesar de que ya habíamos descubierto la siguiente zona a la que dirigirnos. Hasta que no visitamos ese punto intermedio, no pudimos avanzar, un error de diseño relativamente habitual pero que rompe un poco la inmersión en un RPG.
Este y otros detalles hacen que creamos que esas limitaciones jugables siguen presentes, aunque en esta ocasión el diseño de un edificio que tuvimos que explorar nos pareció algo mejor y al menos nos daba más posibilidades de enfrentarnos a esa situación jugable. No había un gran abanico de posibilidades, pero al menos estaban ahí y quizás a medida que avancemos en la aventura los caminos alternativos y la libertad a la hora de enfrentar ciertas situaciones crezca.
Por otro lado, en esta ocasión nuestro vástago tenía un par de habilidades adicionales, lo que nos permitió contar con más opciones durante el combate: pudimos desatar nuestros poderes para controlar a un grupo de enemigos y hacer que se suicidasen; tomar el control de uno para que atacase a otro mientras observábamos divertidos desde las sombras; o hacer que un ghoul olvidase nuestra posición.
Además, tuvimos nuestro primer gran combate contra un jefe y, aunque seguimos viendo carencias en las mecánicas de acción que no están relacionadas con nuestros poderes, pudimos disfrutar algo más de estos momentos de lucha, combinando puñetazos, patadas, el lanzamiento de objetos o el uso de nuestras habilidades vampíricas en los momentos adecuados.
¿Puede un vampiro tener esperanza?
La nueva demo de Vampire: The Masquerade - Bloodlines 2 nos ha dejado un mejor sabor de boca que la primera. Por un lado, ha confirmado las buenas sensaciones que teníamos en lo narrativo; por otro, ha evidenciado que los puntos débiles que detectamos siguen ahí, aunque quizás en una escala un poco menor que en las misiones iniciales.
No creemos que esos problemas y limitaciones en lo jugable vayan a desaparecer igual que un nuevo vástago tras el Abrazo va a tener que enfrentarse a ciertas cosas que ya no va a poder cambiar, pero puede que con el paso de las horas se vuelvan un poco menos evidentes. O, al menos, lo suficiente para que los aficionados a la saga podamos obviarlas y disfrutar de la ambientación, la narrativa o del peso que parecen tener nuestras decisiones en lo nuevo de The Chinese Room.
Además, esta menor escala de las imperfecciones, sumada a la predisposición que parecen tener Paradox y The Chinese Room a escuchar a la comunidad, nos hace pensar que Bloodlines 2 puede mejorar no solo de aquí a su lanzamiento el 21 de octubre, sino también tras este (aunque somos conscientes de que habrá fallos de diseño que serán más difíciles de corregir). Si bien es cierto que todavía falta probar la versión final, creemos que tiene potencial para convertirse en ese juego de culto ideal para los aficionados al rol y a los vampiros, tal y como ocurrió con la primera entrega.
*Hemos realizado estas impresiones tras probar una nueva demo proporcionada por Plaion.























