Análisis de Vampire: The Masquerade - Bloodlines (PC)
Tras cuatro años de espera, por fin volvemos a disfrutar de una recreación virtual del universo vampírico creado por la compañía americana White Wolf. En el avance que realizamos hace unos meses, explicábamos detalladamente el nacimiento de los primeros vampiros y el cómo se fueron agrupando con el paso de los años. Por tanto, si no leíste el avance, lo mejor que puedes hacer es leerlo antes de continuar con este análisis. Aún así, aquí volveremos a explicar un poco por encima ciertos detalles que serán necesarios para comprender el funcionamiento de Bloodlines. Así pues, lo mejor será que comencemos describiendo el mundo en el que se desarrolla el título de Troika Games; aunque no penséis que es muy distinto al nuestro.
Como dijimos, World of Darkness –Mundo de las Tinieblas- es un mundo igual al nuestro pero mucho más oscuro. Los vampiros han conseguido integrarse en la sociedad sin que los humanos se percaten. La Mascarada, o lo que es lo mismo, la farsa en la que nos vemos involucrados, oculta a los hijos de Caín de los ojos de los mortales.
Estos vampiros, además, se mueven en círculos de poder que los convierten en amos y señores de nuestras vidas. Se podría decir que tienen controlado a su "rebaño". Aunque eso sí, también habrá vampiros que vivirán como si de personas normales se tratara; obviando, claro esta, el proceso alimenticio.
También debe quedar claro que todos los vampiros no serán iguales. En el universo creado por White Wolf existen trece clanes vampíricos distintos. Los vampiros de cada uno de estos clanes poseen diferentes habilidades y en muchas ocasiones, también diferencias físicas. Nuestra aventura comienza cuando somos mordidos por uno de estos seres y nos convertimos en uno más de ellos.
Para el proceso de creación de personaje podemos emplear el método tradicional, esto es, ir subiendo las habilidades que queramos con los puntos asignados. O bien, podremos responder a una serie de preguntas que nos llevarán al clan que más se asemeja a nuestros gustos. Con todo esto, deberíamos tener un vampiro listo para salir a las calles y comenzar a vivir siendo un ser totalmente distinto al que éramos antes de ser mordidos. Pero habrá que tener en cuenta otros dos puntos más: la humanidad y la Mascarada.
Todos los vampiros tienen en su interior una bestia que lucha constantemente por surgir al exterior. Nosotros podemos evitar esto si somos buenos, en la medida de lo posible. Esto es, podemos chuparles la sangre a los peatones, pero será mejor intentar no matarles porque entonces, nuestra humanidad bajará. Cuanto más inhumanos seamos, más pronto caeremos en el estado de frenesí, que nos convertirá en unas bestias sin control que atacarán a todo ser vivo que se ponga por delante.
En cuanto a la Mascarada, como hemos dicho antes, es la facultad que tienen lo vampiros de pasar inadvertidos ante los ojos de los humanos. Si nos ponemos a mostrar nuestra verdadera apariencia ante los humanos, la mascarada irá bajando. Si llegamos a cero, la partida terminará. Por eso, habrá que andarse con cuidado cuando paseemos junto a los mortales.
Todas estas habilidades podrán ir mejorándose conforme vayamos obteniendo experiencia, pero hay que tener claro que aquí conseguiremos estos puntos realizando misiones, no matando a enemigos. Aunque también se podrán mejorar algunas de ellas utilizándolas constantemente; amén de obtener nuevos atributos mediante la lectura de ciertos libros.
Si nos encargan en alguna de las misiones entrar en una zona enemiga, deberemos entrar de forma furtiva, intentando que nadie nos vea. Pero también podemos optar por entrar en plan bestia matando a todo el que se ponga por delante. Si se nos presenta la oportunidad, podemos probar a forzar una cerradura, buscar una entrada secundaria o directamente, intentar convencer al dueño de la casa, mediante técnicas de manipulación, para que nos dé la llave.
Cualquiera de las situaciones con las que nos encontremos las podremos resolver de muchas maneras distintas. En este punto, Vampire – Bloodlines se parece mucho a Deus Ex 2. Nuestro personaje evoluciona según nuestros gustos y por tanto, el desarrolla de la aventura varia con nosotros. Por eso nos encontraremos con cuatro finales distintos en la aventura. Y este puede que sea uno de los puntos fuertes del juego. La aventura varía mucho según como la afrontemos: no es lo mismo ir en plan animal, que ir en plan manipulador. Y decimos esto porque en ocasiones, tendrás que decidir entre matar a alguien o convencerle de que te ayude. Claro, si llegas con un nivel de persuasión bajo, será imposible que llegue a hacerte caso y por tanto, lo más normal es que acabéis pegando hostias. Uno de los dos acabará muerto y seguramente, habréis terminado con la vida de una persona importante que podría estar involucrada en uno de los diversos finales del juego.
De ahí que resaltemos la rejugabilidad de Bloodlines. Se puede terminar rápido asesinando a todo el mundo, pero también se puede optar por una vía más lenta, la de la diplomacia. Y es que los diálogos serán importantísimos a lo largo de la aventura. Se puede hablar con casi todo el mundo, y la mayoría tendrá algo que decir. Puede que sea una tontería, o puede que te estén dando datos importantes sin que te des cuenta. Por eso habrá que prestarles mucha atención.
Podemos ligarnos a una chica para que deje que nos acerquemos. En ese momento, nuestro personaje le muerde con delicadeza el cuello, de tal modo que los viandantes no se percatan de lo que haces. No ocurre lo mismo si optas por pegar bocados a diestro y siniestro en todos los cuellos que encuentres por tu camino. En ese caso, la Mascarada irá descendiendo considerablemente.
Pero retomando el tema de la seducción…. Hemos dicho que siendo un chico podemos ligar con ciertos personajes para obtener información, pero no ocurriría lo mismo si fuéramos chicas. En ese caso, lo más probable es que la mujer con la que hemos intimado siendo varones, nos desprecie. Por tanto, habría que buscar otras soluciones que podrían pasar por seducir a un chico o amenazar de muerte a la mujer que nos odia. Cada uno decide lo que hacer; después hay que asumir las consecuencias. Aunque no negaremos que terminar pegándose puñetazos en un bar es de lo más divertido; y aquí podríamos hablar de los combates en Bloodlines.
Como os podéis imaginar, podremos combatir con dos tipos de armas: las que se engloban en melé –cuchillos, bates,…- o las de alcance –rifles, pistolas,…-. Según vayamos mejorando los atributos y las habilidades, mejoraremos nuestras actitudes en combate. Por tanto, el daño que inflijamos a los enemigos dependerá muy mucho de nuestra destreza con las armas. Cuanto mejor seamos con el manejo de las armas de fuego, más daño le haremos al enemigo. Lo mismo ocurre con las armas blancas, que además, tendrán la ventaja de golpear a varios enemigos a la vez.
Pero no podemos olvidarnos de las disciplinas vampíricas, que son los poderes "mágicos" que podremos realizar a cambio de sangre. Y es que aquí, en vez de gastar el típico maná, utilizaremos nuestra propia sangre para realizar todo tipo de conjuros. Por eso, es importante evitar llegar a niveles críticos en nuestro nivel sanguíneo; un enemigo podría subírsenos a la espalda y dejarnos sin una gotita de sangre. Aunque nosotros también podremos dejarles a ellos sin sangre, consiguiendo que mueran de una manera muy dolorosa.
Cada una de estas zonas posee un nivel de detalles impresionante. Nos encanta ese toque de oscuridad y suciedad que nos acompaña durante toda la aventura. Y es que cuando uno entra en un apartamento en un barrio de pobres, lo que encuentra es un apartamento de pobres: las paredes se caen a trozos, las cocinas están repletas de basura y los colchones de las camas tienen todos los muelles fuera. Lo mismo ocurre cuando entramos a una discoteca y vemos como el humo lo cubre todo mientras que las luces de los focos van iluminándolo todo.
El modelado de los personajes que pululan por la ciudad también es más que notable, aunque existe muy poca variedad en lo que respecta a transeúntes. Esto se podría tolerar si no fuera porque hay veces que ves a tres personas iguales, con las mismas ropas y en el mismo lugar. Sin duda, se nota la falta de tiempo en ese aspecto, y en la falta de optimización en el motor gráfico. Y es que será necesario un equipo bastante potente para moverlo todo con soltura. Y aún así, deberemos soportar constantemente el estar cargando las diversas zonas del juego. Tampoco podemos olvidar las animaciones faciales, que serán muy similares en cuanto a calidad a las vistas en Half Life 2. Y es que los personajes moverán los labios de una manera muy real, manteniéndose siempre sincronizados con las voces.
Pero he aquí el gran error en Vampire – Bloodlines. Se trata de un juego que está en completo inglés. Y no hablamos de un nivel de inglés sencillito que cualquiera con pequeñas nociones podría entender, no, estamos hablando de un nivel de inglés elevado, con montones de expresiones que la gran mayoría no entenderá. Por eso, cualquier que no sea experto en este idioma seguramente se perderá ante tanto diálogo. Lo peor de todo es que Redemption sí salió traducido y doblado al castellano por lo que nos cuesta entender la no traducción del nuevo título de la serie.
Aún así, y dejando de lado este gran problema, debemos decir que el resto del apartado sonoro también mantiene un nivel notable. Las voces, en inglés, son bastante buenas, y como decimos, se han sincronizado a la perfección con el movimiento de los labios de los personajes. También es destacable el acompañamiento musical, con melodías de lo más moviditas que nos irán metiendo poco a poco en el mundo que se nos va presentando.
Los cuatro finales distintos y los siete clanes vampíricos a los que nos podremos unir, aumentan todavía más la rejugabilidad del título. Pero no podemos olvidarnos del multijugador, que en Redemption fue todo un logro y que aquí ni aparece en su modalidad más básica. Se estuvo diciendo constantemente que habría por lo menos un deathmach con el que podríamos competir contra nuestros amigos a base de tiros. Pero al final, no habrá ni eso. También se nota que al motor gráfico le falta algo de optimización y el idioma… bueno, es una razón de peso por la que no comprar el juego –aunque un grupo de aficionados se ha propuesto traducirlo-. Con todo esto, los amantes de los juegos de rol y expertos en inglés no deberían perderse este nuevo Vampire, pero si el inglés no es tu fuerte, ve olvidándote por el momento del juego.