Análisis de The Bureau: XCOM Declassified (PC, Xbox 360, PS3)

El acierto del Battle Focus
Para hablar de la jugabilidad a nivel de estrategia es necesario hablar del Battle Focus, una pantalla que nos ayuda en la gestión de los tres soldados. El tiempo se ralentizará al llegar a determinados espacios y podremos situar a cada uno de los miembros del equipo según su especialidad. Así sus nombres se repartirán en la parte inferior, lugar en el que veremos también sus habilidades, barra de vida y nivel. Esta pantalla nos permitirá ver el campo de batalla con un filtro negativizado, que marcará la presencia de los enemigos.

A primera vista este modo puede parecer ortopédico a la hora de medir lo orgánico del juego. Nada más lejos de la realidad. The Bureau se mueve como pez en el agua en la combinación y el cambio no se hace para nada difícil. Llegar, combinar las tácticas en el Battle Focus y atacar para ver como nos apoyan nuestros compañeros. Contar con ellos y sus habilidades nos sacará de más de un apuro, ya que mientras nosotros dominamos el arte del liderazgo, ellos lo hacen con la ingeniería, la fuerza de choque o el sigilo. Bombas, torretas ametralladoras, incursiones secretas… la lista de posibilidades se hace larguísima durante la partida y seremos nosotros los que la moldearemos a nuestro gusto. La percepción es que el hecho de que el movimiento ralentice pero no se detenga le da un ritmo especial al título, cuya acción no cesa en ningún momento.
Diálogo y evolución
Si antes hablábamos de un juego que requiere cabeza para avanzar, esto no solo es cierto en la batalla, sino también en la gestión y la interacción con otros personajes secundarios. En cuanto a la gestión el peso que teníamos en la evolución de investigaciones disminuye, algo que igual se echa algo de menos en The Bureau, aunque se suple bien con otro de los elementos que asociaremos directamente a la saga Mass Effect, el contacto con otros personajes.
En este sentido las conversaciones nos introducen en un mundo de exploración que no solo veremos en las conversaciones, sino también en nuestros paseos por el escenario entre batalla y batalla, en los que tendremos que recolectar elementos relacionados con la historia, pruebas y otros ítems. En lo referente a los diálogos la capacidad de elección nos hace captar la historia de forma diferente y bien trabajada, y también nos permite ser condescendientes, duros, o hasta impertinentes, con el sujeto que tenemos enfrente. El doblaje se ha realizado, con muy buen gusto, dicho sea de paso, totalmente al castellano, y tanto diálogos como sonidos acompañan bien a la acción. En este sentido, nada que objetar. En el de los diálogos tampoco, no frenan la acción, le dan más sentido al ser rápidos y el hecho de poder seleccionar las frases le da ese toque diferencial que nos gusta.

Gráficamente sesentero
Todo en The Bureau nos trasladan a los años sesenta. La pátina de la que hablamos asemeja a las de las películas de la época y la ambientación, con sus sombreros, chalecos, levitas y armamento de aquel tiempo nos hace trasladarnos directamente hacia allí. No solo ocurre esto en los personajes y entornos, sino también en la interfaz, cuyos vídeos de fondo tienen el ruído visual típico de los rollos de cine antiguos. Asimismo el parque móvil, y cualquier elemento del decorado son reminiscencias que no hacen más que sumergirnos más en la partida.
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