Análisis de SpellForce 2: Shadow Wars (PC)
Las fuerzas de la sombra, tras arrasar una de las ciudades más importantes de los elfos oscuros y asesinar a su líder, han iniciado la conquista del mundo de la Luz aunque los habitantes del mismo todavía no lo sepan. Canción Nocturna, la única testigo de la masacre, intentará poner fin a ese problema avisando a los nobles y reyes humanos para que armen de nuevo a sus ejércitos pero, por caprichos del destino, la joven elfa oscura llegará antes al pueblo de los protagonistas de la aventura que a los grandes palacios de los monarcas.
El problema para ella, y a la vez su bendición, es que el protagonista de la acción y sus dos hermanos pertenecen a la tribu de los shaikan, que son descendientes de los humanos que firmaron un pacto de sangre con los dragones, lo que les permite revivir a los difuntos que posean la sangre de los dragones. Sin embargo, este hecho, unido a la posición neutral que siempre ha mantenido esta tribu en los conflictos, y sobre todo a los acontecimientos pasados, hace que no sean muy bien vistos a los ojos de los humanos. Por lo tanto, nuestro primer objetivo en la aventura será el de proteger nuestras tierras intentando encontrar el apoyo del resto de clanes humanos, sin olvidar, claro está, el objetivo primordial de la aventura: avisar a los líderes humanos para que preparen sus ejércitos para así poder hacer frente a la coalición de elfos oscuros y las sombras.
Con este arranque tan interesante da comienzo Shadow Wars, la continuación de Spellforce: The Order of Dawn, título de estrategia y rol desarrollado por Phenomic que sorprendió a los aficionados a estos dos géneros por el gran trabajo realizado a la hora de combinarlos sin solaparlos mutuamente, y que mejora sustancialmente en esta secuela, sobre todo en materia gráfica.
Así, para empezar, nos encontraremos en el juego con una serie de héroes que acompañarán a nuestro avatar y que poseerán una serie de habilidades de combate especiales que podremos ir mejorando con el paso de los niveles. No obstante, la única unidad sobre la que tendremos el control absoluto será el avatar, puesto que cada vez que suba de nivel seremos nosotros los que optemos por qué vía o rama se decantará, es decir; podemos centrarnos en las habilidades de combate o en las artes mágicas, así como crear una unidad con habilidades de las dos ramas. También, al estilo Diablo, en cada una de estas dos grandes vías habrá una serie de habilidades y ataques especiales que podremos o no mejorar, por lo que la personalización del protagonista en este sentido será bastante buena. Tampoco podemos olvidar que todos los objetos que iremos encontrando por los gigantescos entornos del juego tendrán una serie de requerimientos que tendremos que cumplir para poder equipárselos a los protagonistas de la acción, nunca a las unidades normales ni a los protagonistas secundarios estilo Canción Nocturna. Así, de este modo, podemos equipar a nuestro avatar con una poderosa armadura y a su hermana la hechicera una túnica y un bastón para que pueda lanzar conjuros más poderosos; pero nunca podremos equipar un artilugio mágico a un héroe especializado en el combate con armas, ni un amuleto con poderes sobrenaturales a un hechicero si éste no tiene el nivel de experiencia mínimo exigido. También, todos estos objetos podrán ser vendidos en los mercados de las ciudades que visitaremos, o comprados si lo que nos sobra es el dinero.
El resto de elementos pertenecientes la faceta de juego de rol lo encontraremos en el propio planteamiento jugable de Shadow Wars. En cada una de las misiones, que como decimos se desarrollarán en unos escenarios de enormes proporciones, nos encontraremos con una serie de personajes secundarios con los que podremos entablar conversaciones para así conseguir información acerca de los objetivos que se nos han encomendado, o recibir nuevas misiones, ya sean secundarias (podremos cumplirlas o no) o principales, con las que iremos ganando más objetos especiales y experiencia. También nos encontraremos con una serie de misiones en las que no existirán prácticamente elementos de estrategia, sino que avanzaremos por los escenarios con un reducido grupo de héroes eliminando a todos los enemigos que vayan apareciendo empleando para ello las habilidades especiales de los combatientes.
Sin embargo, como decíamos, la estrategia también jugará un papel primordial en Shadow Wars; y cobrará protagonismo en las misiones en las que tengamos que construir campamentos en los que comprar unidades de combate con las que asaltaremos las posiciones enemigas. Como en la gran mayoría de títulos de estrategia en tiempo real, nos encontraremos con unas unidades recolectoras que se encargarán de recoger los tres tipos de recursos necesarios para edificar y comprar tropas (rocas, plata y lenya, que emplearemos en las unidades mágicas), y serán las encargas de construir y reparar los edificios pertinentes. Además, nuestras edificaciones podrán ser mejoradas, lo que nos permitirá comprar nuevos tipos de unidades de combate, hasta llegar a los impresionantes titanes, que serán las unidades más poderosas en los tres bandos distintos, y que destacarán por su impresionante aspecto.
Los ejércitos en esta secuela de Spellforce no serán excesivamente grandes en número de tropas, teniendo que ir construyendo granjas para aumentar el límite de población, aprovechando ante todo las habilidades de cada una de las unidades que compremos y la de los héroes que las escolten. De este modo, por ejemplo, podemos tener a nuestro avatar especializado en el combate cuerpo a cuerpo agrupado en un batallón de caballeros y paladines; y a la hechicera en la retaguardia con todas las unidades de ataque a distancia (ya sean ballesteros o ballesteros a caballo). Lógicamente, si queremos sobrevivir a las acometidas de los orcos o a las del las fuerzas de la Sombra tendremos que organizar sabiamente a nuestras tropas, puesto que los arqueros no tendrán ninguna posibilidad frente a las tropas de ataque cuerpo a cuerpo enemigas; ni un ejército compuesto únicamente por este tipo de unidades –de combate cuerpo a cuerpo- puede obtener la victoria, puesto que los enemigos pueden situar torres defensivas y arqueros en las montañas desde las que no dejarán de acosarnos con las flechas y los ataques mágicos.
Con todo esto, no resulta difícil imaginarse el desarrollo de los niveles en Shadow Wars. Como explicábamos, en los escenarios se nos encomendarán una serie de objetivos principales que tendremos que cumplir, ya sea empleando para ello a un pequeño grupo de héroes, o usando a todas las tropas de combate que hayamos podido comprar recolectando recursos y construyendo edificios. Los objetivos secundarios nos permitirán mejorar nuestras habilidades, y los portales mágicos nos facilitarán mucho la tarea a la hora de proteger dos puntos principales del escenario separados por varios kilómetros de montañas, bosques y ríos.
Nuestros héroes, que jugarán un papel importantísimo, no solo en la historia del juego, sino en el propio desarrollo de la acción, podrán sanar las heridas de sus compañeros, así como lanzar poderosos hechizos mágicos o asestar golpes mortales con las espadas. Si uno de los héroes muere y cerca se encuentra otro miembro del clan shaikan, podrá ser resucitado con suma facilidad; quedando otra alternativa que será la de pagar por resucitar a los caídos en los altares que podremos construir.
Tampoco podemos dejar de mentar el gran trabajo realizado por parte de Phenomic en lo que se refiere al interfaz del juego. A pesar de encontrarnos con un título en el que se combinan dos géneros, en ningún momento tendremos problemas para movernos por el mapeado, controlar a las decenas de unidades de combate que podremos dirigir, e incluso emplear las habilidades especiales de nuestras unidades. No obstante, en este último punto sí pueden existir ciertos problemas ya que puede resultar algo confuso emplear las habilidades de tres o más héroes en una batalla contra decenas de enemigos. En este sentido los desarrolladores han creado un sencillo menú desplegable que aparecerá justo debajo del retrato de cada uno de los héroes en el que se mostrarán todos ataques y habilidades que podrán emplear en cada momento (estos ataques consumen maná), pero aún así no hubiera estado de más una opción de pausar la acción para poder planificar mejor las batallas, puesto que una vez se ha desatado el combate difícilmente podremos controlar a la perfección a nuestras tropas.
Una vez hayamos completado la campaña principal, con una historia de lo más interesante, y con una gran cantidad de misiones que nos mantendrán decenas de horas pegados al monitor, podremos disfrutar de las clásicas escaramuzas en las que podremos controlar a las fuerzas del clan, los orcos, o a las de la Sombra. También, por supuesto, nos encontraremos con la vertiente online, primero con un modo cooperativo que nos permitirá disfrutar de la aventura principal junto a un amigo; y también combatir contra otros usuarios en las clásicas partidas rápidas de todos contra todos.
Otro punto fuerte en el apartado gráfico lo encontramos en el diseño de las unidades y del entorno por el que nos moveremos. Cada uno de los tres bandos que se enfrentarán a muerte poseerá unos rasgos definitorios que los diferenciarán completamente del resto de facciones. Así, los humanos destacarán por tener unas construcciones de piedra brillantes a la luz del sol, mientras que los orcos crearán auténticas fortalezas de madera; y las fuerzas de la Sombra convivirán con estructuras orgánicas. Destaca en este sentido el proceso de construcción de los edificios, puesto que se crearán andamios entorno al mismo mientras los trabajadores levantan una gran polvareda –bien conseguida, por cierto- a su alrededor, viendo como poco a poco va surgiendo la estructura de la nada.
Los paisajes también serán variados, disfrutando de grandes praderas frondosas, con colores vivos y unas texturas bien detalladas; así como zonas montañosas y nevadas, y auténticos entornos urbanos en los que encontraremos a decenas de aldeanos paseando por las calles. A todo esto, por último, debemos sumarle unos efectos de agua también sorprendentes, puesto que todos los elementos del entorno, incluidos los personajes, se reflejarán en la misma. Por supuesto, será necesario tener un equipo bastante potente para disfrutar del juego en todo su esplendor, aunque los usuarios con equipos medios no deberían tener problemas a la hora de mover el juego con el nivel de detalles a un nivel medio alto. Sin embargo, sí nos encontraremos con una serie de ralentizaciones en los momentos en los que empleemos la vista en tercera persona para controlar a nuestro avatar como si de un juego de aventuras o acción se tratara.
Como suele ser habitual en el género, la acción se nos mostrará a través de una vista cenital, con la posibilidad de acercar o alejar la imagen con el zoom. Sin embargo, en Shadow Wars nos encontramos con la posibilidad de disfrutar de la acción como si encarnáramos únicamente al avatar, resultando demasiado difícil controlar a las tropas que nos acompañen puesto que controlaremos al protagonista con las teclas, mientras que el ratón servirá para ordenar a nuestras huestes que vayan de un lado a otro (lo que resulta difícil con el escaso ángulo de visión con el que nos encontraremos). Por lo tanto, esta vista se convierte en un detalle más incluido en el juego, que nos permitirá disfrutar del espectacular entorno gráfico de primera mano, pero que tendrá pocas repercusiones jugables puesto que resulta demasiado complicado controlar un ejército así en medio de una batalla, por ejemplo.
En el apartado sonoro nos encontramos con unas muy buenas melodías que acompañarán a la perfección a la acción: en los momentos de exploración sonarán piezas musicales más pausadas, sin perder ese toque épico; mientras que en las batallas los coros y los instrumentos de percusión cobrarán un mayor protagonismo. Los efectos sonoros también poseen un buen acabado, encontrándonos con una gran representación de sonidos simulando el golpe del acero contra los cuerpos enemigos; o el de los recolectores picando el mineral. En cuanto al doblaje, es de agradecer que el juego haya sido traducido completamente al castellano. En general las voces en nuestro idioma mantienen un buen nivel, sin destacar por su calidad, pero tampoco sin ser excesivamente malas. Lo importante es que podemos disfrutar de la gran historia que se nos plantea en Shadow Wars sin necesidad de leer textos constantemente.
Por último no podemos dejar de hablar de la inteligencia artificial. En general, los enemigos reaccionarán de una manera lógica a nuestros ataques: siempre intentarán eliminar a nuestros arqueros con toda su infantería mientras que sus hechiceros y arqueros castigan a nuestras tropas de combate cuerpo a cuerpo. Las batallas serán de lo más desafiantes, por lo que no aburrirán por su sencillez, ni irritarán por su dificultad. Del mismo modo, nuestras unidades actuarán de una manera racional, aunque dependerán en exceso de nuestras órdenes. Aún así, como decimos, los combates serán bastante tácticos, por lo que por norma general estaremos siempre "encima" de nuestras tropas intentando situarlas en el mejor lugar en el momento oportuno.