Análisis de Sam & Max: The Devil's Playhouse - Episode 3: They Stole Max's Brain! (PC)
Llevamos ya varios años siendo cómplices de las aventuras de Sam y Max en tres dimensiones, unas aventuras que nos han llenado de diversión, sonrisas y momentos realmente hilarantes, gracias a Telltale Games y a su estupendo lavado de cara que le proporcionó a la franquicia. Y es que pese a que estamos dentro de una generación donde los gráficos punteros y las balas corren por doquier, ha quedado más que demostrado que todavía hay sitio para la diversión en forma de diálogo en los videojuegos: las aventuras gráficas. Después de dos temporadas a sus espaldas, el simpático dúo vuelve a la carga con el tercer capítulo de la tercera temporada de aventuras, que arrancó hace unos meses y que está cosechando muy buenos resultados no sólo en ventas, sino también en crítica.
Antes de comenzar con lo que realmente importa hay que dar un leve toque a los lectores, puesto que al estar delante de un videojuego contiguo -cada mes aparece un nuevo capítulo de la temporada-, es posible que se destripen algunos aspectos de anteriores episodios, así que es recomendable leerlo siempre y cuando hayamos completado las aventuras predecesoras.
Eso sí, no hará falta haber jugado a las demás temporadas para disfrutar de ésta, aunque el contexto se entenderá mucho mejor si hemos seguido la trayectoria mes a mes durante estos últimos años.
Dicho esto, comenzaremos la obra justo en el momento donde se terminó el segundo capítulo, con un Sam desolado por la, a priori, muerte de su compañero, que yace en el suelo sin ningún tipo de signo vital. Decimos a priori porque el alocado Max no ha pasado a mejor vida... todavía, sino que su cerebro ha sido robado para fines muy poco puros. Teniendo en cuenta que el personaje es uno de los pocos elegidos en poder dominar las habilidades de los objetos místicos que están esparcidos por el universo, sólo era una cuestión de tiempo que utilizaran a Max para algo más profundo de lo que estamos acostumbrados.
Nada más empezar la aventura nos daremos cuenta de que algo ha cambiado en el aspecto del protagonista: no sólo parece haberse vuelto más serio de lo normal, sino que además comienza a hacer acciones más propias de su compañero que de su propia personalidad. La evolución del personaje es clara, puesto que la vida de Max está a punto de serle arrebatada ante sus propias manos, por lo que la desarrolladora ha decidido darle un aire mucho más negro y policíaco a este episodio, llegando a cotas de violencia y extorsión -en forma de violencia verbal, todo sea dicho- que sorprenderán a propios y extraños.
De la misma manera que Sam Fisher busca venganza por la muerte de su hija en Splinter Cell: Conviction, nuestro protagonista buscará la forma de conocer quién ha sido el responsable de este peculiar robo que ha dejado al co-protagonista sin un ápice de vida. Y así comienza nuestra aventura, dando lugar a numerosos puzles que nos harán estrujar la sesera durante un buen rato -sobre todo si no tenemos demasiada idea de inglés y/o no hemos jugado a demasiados títulos del género-, personajes completamente hilarantes que aportarán ese toque esencial que tiene cada videojuego de la desarrolladora, y, como no, desenmascarando un hilo argumental que parece haber cogido un buen rumbo para el final de la temporada, puesto que sólo faltan dos capítulos más para el desenlace final de la aventura.
Cabe destacar que la gran novedad de esta temporada es la posibilidad de controlar durante algunos momentos a Max, con esa visión tan característica que hace que todo parezcan elementos que se deben romper por inspiración divina. En esta ocasión, y sin querer desvelar demasiado sobre lo que ocurre con el conejo psicópata en este capítulo, volveremos a utilizar algunos poderes como la teletransportación o la habilidad de ver cosas que los demás no pueden ver a medida que vayamos avanzando por el juego.
En cuanto a materia gráfica el juego ha evolucionado muy poco con respecto a los capítulos anteriores. El hecho de compartir el motor de juego con las demás obras de la compañía es un punto a favor para la desarrolladora, ya que puede centrar toda su atención en el guión y los puzles, sin embargo, el apartado técnico ya comienza a flaquear en cuanto a efectos y detalles. No estamos delante de una obra que merezca unos gráficos realistas o con mucho detalle, puesto que lo importante es su argumento y personajes, no obstante, poco a poco se va desgastando esa chispa que en su día significó el regreso del dúo a los videojuegos... y además en tres dimensiones.
Por suerte se han pulido algunos aspecto de los personajes y se han mejorado algunos detalles para hacer la experiencia de juego un poco más digna. Esperemos que para la siguiente temporada el equipo trabaje en un nuevo apartado técnico, ya sea para presentar la cuarta serie de aventuras de Sam & Max, la segunda de Tales of Monkey Island o una franquicia totalmente nueva. Eso sí, como reclamo para no estancarse, en esta ocasión la gran mayoría de localizaciones son completamente nuevas, acorde con el guión, dejando a un lado las conocidas localizaciones que más de un dolor de cabeza nos trajeron en anteriores capítulos para ofrecernos nuevos entornos dispuestos a ser explorados.
La música, como siempre, está firmada por el mismo compositor que dio vida a los personajes durante las temporadas restantes, Jared Emerson-Johnson, lo que es sinónimo de calidad. Alguna pieza que otra sobrasale de la media, sobre todo en los momentos donde Sam jura a los cuatro vientos encontrar al responsable del robo del cerebro de Max. Las voces, como no, juegan un papel primordial a la hora de caracterizar a los personajes, y gracias al buen hacer de los actores de doblaje nos echaremos unas risas más que merecidas. Eso sí, la obra sigue en completo inglés -tanto en voces como en subtítulos-, por lo que si todavía estamos demasiado anclados al castellano tendremos algunos problemas de comprensión, que, se espera, sean resueltos a la hora de lanzar el pack completo de las aventuras, como ha ocurrido en las últimas dos temporadas.
La jugabilidad no ha sufrido cambios con respecto a los últimos dos capítulos, donde se estrenó el híbrido teclado y ratón para ofrecer una experiencia de juego no sólo apta para los usuarios de PC, sino también para los poseedores de videoconsola. De esta manera, con el teclado controlaremos al personaje principal de la aventura mientras que con el ratón iremos barriendo la pantalla en busca de pistas, personajes con los que interactuar, objetos que recoger, etcétera.
Todavía no está claro cómo terminará la temporada, como lo harán los desarrolladores para entrelazar las diferentes aventuras en un único final donde reunir a los villanos y héroes más conocidos de la franquicia. Queda todavía mucho camino por recorrer, y Telltale Games lo sabe, por lo que esperará al último momento para ofrecernos un final lo suficientemente impactante como para mantenernos a la espera durante otra nueva serie de aventuras. Sin embargo, antes de que todo esto ocurra, faltan dos capítulos más por descubrir -y disfrutar-, por lo que no podemos más que rezar para que estos dos últimos meses sean, cuanto menos, memorables.