Análisis de Rise of the Triad (PC)
Antes de Call of Duty (y de que la gran mayoría de las compañías decidieran que era el modelo a seguir) había una forma muy diferente de hacer juegos de acción en primera persona. Una forma de entender el género totalmente distinta y que por desgracia se ha ido perdiendo con el tiempo. No en vano, son muchos los que opinan que esta clase de títulos han involucionado ante la simplificación de muchos de sus elementos jugables. Por eso, encontrarnos hoy con un título que apuesta al 100% por la jugabilidad de la vieja escuela, resulta incluso refrescante. Este es el caso de Rise of the Triad, un remake de la veterana secuela espiritual de Wolfenstein 3D que nos devuelve a mediados de los años 90 con un título cargado de acción, gore y mucha diversión.
Dispara, salta y esquiva
Tal y como se podría esperar, la historia del juego es totalmente anecdótica y los únicos indicios que tendremos de que existe un guion serán dos vídeos a modo de cómic interactivo: la introducción y el final. Pero al igual que ocurría con juegos como Wolfenstein, Doom, Quake o Duke Nukem 3D, esto es algo que nos importará bastante poco y que nos evitará sufrir molestas pausas para que la historia avance.
Lo primero que hay que destacar es que la aventura la podremos afrontar con cinco personajes distintos. Cada uno de ellos tiene sus ventajas y desventajas (como su velocidad o defensa) y el cambio de uno a otro hace que la experiencia sea ligeramente distinta, algo que ayuda a añadir cierto valor rejugable a la aventura.
Una vez entremos en faena, no tardaremos en darnos cuenta de lo mucho que Rise of the Triad huye de las mecánicas actuales. Aquí no hay ninguna clase de tutorial que nos explique cómo movernos o cómo funciona cada arma, la salud no se regenera automáticamente y tendremos que buscar objetos para curarnos, los saltos y las plataformas son elementos muy importantes, los niveles cuentan con múltiples caminos que tendremos que explorar en busca de llaves e interruptores que nos permitan seguir avanzando y los QTE o cualquier otro elemento que pueda interrumpir la acción directamente no existen.
En lo que respecta al armamento, contaremos de base con un cuchillo que podremos usar para cortar redes cuando nos atrapen en una, dos pistolas y una metralleta con munición infinita, seis tipos distintos de lanzacohetes (solo podremos llevar uno a la vez), un bate de baseball maldito y un cetro que lanza devastadores rayos. No es que sea el más variado y original que hayamos visto nunca, pero cumple bien su función. Lo que sí que nos han gustado mucho han sido los potenciadores de tiempo limitado que podremos encontrar en ciertos niveles, a cada cual más loco y disparatado, como uno que nos convierte en un perro capaz de acabar de un solo mordisco con cualquier enemigo.
En cuanto a su desarrollo, decir que en Rise of the Triad no nos dedicaremos únicamente a disparar como locos a todo lo que se mueva (que también), ya que hay muchas secciones en las que tendremos que centrarnos en esquivar todo tipo de trampas (generalmente bolas de fuego, cuchillas móviles y pinchos), resolver pequeños puzles y en superar secciones con plataformas móviles y rebotadores. Todo esto aporta un toque de variedad, aunque también de frustración, ya que cualquier pequeño fallo nos hará caer a una muerte segura y los controles no son del todo fiables en estos momentos. Por otro lado, también tendremos que enfrentarnos a varios jefes finales, los cuales suelen contar con más de una fase y nos obligarán a buscar la mejor estrategia para acabar con ellos. Son combates duros, generalmente largos y cualquier error o despiste se paga caro.
Algo que merece la pena reseñar es que su dificultad nos hará darnos cuenta de lo oxidados y malacostumbrados que estamos a día de hoy. En Normal el título nos planteará un reto y un desafío muy apetecible y muy por encima de la gran mayoría títulos actuales, que sin ser imposible, sí que nos requerirá ciertas dosis de paciencia para superar las secciones más complicadas. Eso sí, si os atrevéis con sus dos siguientes niveles de dificultad preparaos para sufrir de verdad.
En cuanto a la parte negativa, mencionar que no nos ha gustado nada su sistema de guardado, el cual se basa únicamente en puntos de control. Estos no están demasiado bien situados y hubiésemos preferido un sistema de guardado normal en el que pudiésemos decidir cuándo salvar y cuándo no (tal y como eran los juegos de antes) para evitar frustraciones innecesarias, ya que a veces llegamos a un punto de control sin apenas vida y puede no interesarnos que se guarde nuestro avance en ese punto.
Por otro lado, destacar lo mal que funciona la IA. Si bien es cierto que un juego de este tipo importa poco que nuestros enemigos avancen hacia nosotros de frente y disparando sin parar, hay fallos que empañan la experiencia. Por ejemplo, nos hemos encontrado con que si les atacamos desde cierta distancia, estos no reaccionan y se quedan quietos recibiendo balas hasta morir, mientras que otros nos esquivarán rodando aunque para ello tengan que saltar al vacío.
En total tenemos 20 niveles que superar y repletos de secretos y coleccionables. Superar la aventura principal nos llevará unas siete horas en dificultad normal, aunque si queremos conseguirlo todo y obtener la mejor puntuación, esta cifra se puede disparar (especialmente si nos atrevemos con las dificultades más altas). Si la campaña nos sabe a poco, se ha incluido un modo multijugador (tanto online como en LAN) con tres variantes distintas: Todos contra todos, Duelo por equipos y Capturar la bandera. No va a pasar a la historia y no creemos que vaya a tener mucho futuro a nivel competitivo, pero resulta bastante divertido ante lo frenético de su desarrollo. Eso sí, hace falta algo de tiempo para habituarse a él, ya que lo más probable será que en nuestras primeras partidas nos vuelen en pedazos antes de enterarnos siquiera de donde han venido todos esos cohetes que nos han disparado.
Gráficamente el juego hace uso del Unreal Engine 3 y adolece de sus habituales problemas, como la carga tardía de texturas. Los modelados de los enemigos resultan demasiado simples y sus animaciones son demasiado robóticas. Por otro lado, los escenarios consiguen lucir bien y la ambientación está muy conseguida. También hay que destacar la presencia de varios bugs, algunos de ellos muy molestos y que nos obligarán a reiniciar el punto de control al quedarnos atascados en algún sitio sin poder movernos.
La banda sonora es todo un regalo para los fans, ya que se han remasterizado todas las composiciones del título original (de corte roquero), por lo que ahora tienen mucho más ritmo que nunca. Además, si os puede la nostalgia, podéis seleccionar la banda sonora original para que suene igual que antaño. Los efectos de sonido también cumplen perfectamente su función y el doblaje en inglés está bastante bien llevado. No todos los personajes están al mismo nivel, pero algunos de ellos cuentan con unas interpretaciones bastante buenas.
Conclusiones
Rise of the Triad es un viaje al pasado que no todo el mundo sabrá apreciar, pero que divertirá como nunca a quienes busquen revivir una fórmula de juego que parece olvidada a día de hoy. Tiene sus fallos y quizás se podría haber hecho algo más para traer este clásico a nuestros tiempos, pero estas son cosas que probablemente se encargue de solucionar la comunidad de jugadores, ya que el título cuenta con soporte completo para mods y próximamente se liberarán las herramientas para ello. Un título que por los 14 euros que cuesta, resulta una opción de compra de lo más interesante.