Análisis de Portal (PC, Xbox 360, PS3)
Dentro del magnífico contenido que ofrece Orange Box, con el segundo episodio independiente de Half Life 2, y la esperada nueva entrega del clásico juego de acción multijugador Team Fortress, destaca la inclusión del original juego de puzles Portal que, con una vista subjetiva, nos propondrá superar una serie de desafíos dentro de las instalaciones científicas de los Laboratorios Aperture, competencia directa del complejo Black Mesa visto en el Half Life original. Lo interesante del asunto es que en este caso, para superar todos estos desafíos, únicamente deberemos valernos de la fantástica arma generadora de portales con la que nos premiarán los gerentes de este peculiar laboratorio, lo que convierte a este título de Valve en una de las apuestas más divertidas del año.
Como decimos, en Portal deberemos superar 19 niveles distintos que estarán compuestos por una serie de obstáculos y trampas que deberemos solventar antes de atravesar el ascensor que nos traslade al siguiente nivel.
Pero para hacerlo antes tendremos que tener en cuenta que cada uno de estos niveles se regirá por una serie de desafíos adicionales que nos obligarán a adaptarnos a cada una de las situaciones en las que nos veamos envueltos, ya que por ejemplo podemos avanzar por una zona en la que habrá superficies letales para nuestra heroína, otras en las que tendremos muy poco espacio para generar portales (habrá paredes que no nos lo permitan), escenarios en los que deberemos interactuar con las letales bolas de energía vistas en Half Life 2, e incluso niveles en los que torretas defensivas similares a las vistas en la citada serie de Valve pondrán algo más de emoción al asunto.
Lógicamente, en todos estos casos el arma generadora de portales será nuestra principal herramienta a la hora de solucionar los desafíos, pero también deberemos jugar con el motor de físicas Havok ya sea moviendo distintas cajas para posicionarlas sobre los interruptores que activen determinados mecanismos, o simplemente para permitirnos alcanzar zonas elevadas que de otro modo serían inaccesibles. Pero como decimos, el eje central sobre el que se asentarán las bases jugables de Portal será la ingeniosa arma con la que contaremos desde el principio de la partida, y que deberemos usar para alcanzar zonas inaccesibles abriendo un portal de entrada y otro de salida. Sin embargo, como descubriremos en los niveles más avanzados, al final no será todo tan sencillo como lo pintamos. Sobre todo porque pasaremos de generar únicamente portales de entrada, creándose de forma automática las salidas en puntos determinados del entorno, a controlar estos dos aspectos en niveles en los que todo se mueve y por tanto, nuestra precisión y capacidad de reacción a los imprevistos resultarán fundamentales.
También tendremos que tener en cuenta que dependiendo de nuestra velocidad de entrada saldremos más o menos rápido de uno de estos portales, por lo que en algunos casos podemos situar nuestra salida sobre una zona elevada que en principio no lleva a ninguna parte, y luego ver como dependiendo de nuestra velocidad, tomaremos tal impulso que alcanzaremos zonas volando por todo el entorno. En estos casos nos encontramos además con el añadido de tener que crear portales a toda velocidad ya que por norma, siempre que no nos encontremos en principio en una zona elevada, tendremos que tomar impulso saltando desde el portal de salida hacia el vacío, lo que nos obligará a crear rápidamente otro portal de entrada por el que caeremos a toda velocidad y, como decimos, esto nos permitirá salir volando en dirección a otro punto de la sala. Por supuesto, si contamos con la opción de crear un portal en una zona inferior a la nuestra con la que lograr en caída un buen impulso, no será necesario realizar este tipo de actos, aunque sí deberemos demostrar nuestra precisión en las caídas puesto que una mala jugada puede costarnos la vida, o tener que volver a empezar desde cero el proceso.
A todo esto debemos añadir también los desafíos relacionados con las letales bolas de energía que nos permitirán activar la gran mayoría de mecanismos en el juego, aunque para nuestra desgracia tendremos que aprender a usarlas sin entrar en contacto con ellas (a veces incluso deberemos desviar su energía con las cajas que poblarán el laboratorio). De nuevo en este tipo de situaciones se aplica el principio de crear portales de entrada y salida para guiarlas desde su fuente de origen a los mecanismos receptores que dotarán de energía las puertas que nos cierran el paso, o para activar plataformas móviles que nos permitirán continuar en el nivel.
Sin embargo, de nuevo no todo será tan sencillo como lo pintamos en principio y pasaremos de crear simplemente un portal de entrada y otro de salida en dos sitios concretos (el lugar por el que pasa la bola y la zona a la que deberá dirigirse), a tener que crear varios portales de forma constante guiando a la citada bola de energía por el entorno mientras de paso activamos mecanismos temporales que abrirán puertas por las que pasarán y continuarán su camino. Lógicamente este tipo de situaciones requieren de un mayor nivel de pericia por parte del jugador que sin duda sufrirá de lo lindo para superar alguno de los últimos desafíos del juego.
Por último, también como comentábamos con anterioridad habrá momentos en los que debamos hacer frente a una serie de torretas defensivas que nos dispararán nada más ponernos en su campo de tiro. Para superarlas, entre algunas de las alternativas contamos con la posibilidad de transportarnos detrás de las mismas para cogerlas y tirarlas al suelo, o pasar a hacer uso de las distintas cajas y objetos que poblarán el juego con las que deberemos golpearlas sin descanso usando si queremos los portales a modo de papeleras.
Con todo esto, nos encontraremos como decimos con 19 niveles que irán creciendo exponencialmente de dificultad, aunque el principal defecto del juego lo encontraremos precisamente en este mismo punto. Y es que la gran mayoría de niveles los superaremos fácilmente en menos de una hora, quedando para el final los desafíos más complejos, variados y emocionantes del juego, que nos durarán también poco más de una hora. Además, resulta de lo más decepcionante porque jugablemente estamos ante un grandísimo juego que propone un desafío final francamente bueno y sorprendente en el que viviremos todo tipo de situaciones en las que deberemos hacer uso de todo nuestro ingenio y pericia. Aún así, cabe mencionar que tras completar la aventura, que esconde en su interior más de lo que en principio cabría esperar, se desbloquearán una serie de desafíos adicionales que vendrán a proponernos completar algunos de los niveles ya vistos en el juego principal pero con nuevos obstáculos a superar, como la necesidad de usar un número determinado de portales, dar un número máximo de pasos, o el tiempo límite como principal enemigo.
Por lo tanto, ante esta situación, actualmente la compra de Portal de forma independiente puede resultar algo menos recomendable que hacerlo dentro del paquete Orange Box, ya que en este caso, además de un divertidísimo juego de puzles, nos estaremos llevando a casa uno de los mejores juegos multijugador del momento, y el fantástico segundo episodio de Half Life 2.