Análisis de Hollow Knight (PC, PS4, Xbox One)
Hay juegos independientes que caen en gracia y reciben mejor atención que otros, sin tener en cuenta su calidad. Muchos equipos pequeños no se preocupan demasiado por promocionar sus proyectos y pasan más desapercibidos de lo que deberían; de un día para otro, se ponen a la venta y el público desconoce totalmente su existencia. Este es el caso -más o menos, pues se financió colectivamente- de Hollow Knight, un maravilloso metroidvania ya disponible en PC y próximamente en Switch –fue cancelado en Wii U- con posibilidad de llegar a más plataformas en el futuro.
Esta aventura de acción, plataformas y exploración 2D nos recordará en no pocas ocasiones la gran influencia de FromSoftware con la saga Souls durante los últimos años en multitud de producciones y géneros. Muchos títulos intentan copiar su estilo de lucha, mecánicas o las funciones online. Hollow Knight toma algunos de estos elementos y lo lleva a un mundo de insectos. Una combinación muy curiosa de la película Bichos con arte oscuro y tétrico a lo Tim Burton, protagonizado por un pequeño escarabajo que se internará en catacumbas laberínticas repletas de enemigos, trampas y misterios.
Su jugabilidad se basa en el combate, y gracias a la rápida respuesta de los controles funciona a la perfección, es una delicia atacar y saltar por este mundo. Pese a la mención a la saga de rol, hay que aclarar que es principalmente un título un poco arcade, con personalización mínima de algunos ítems que ofrecen ventajas pero nada excesivamente profundo; no hay experiencia ni subida de niveles, ni un sistema de agotamiento por atacar.
Nuestro protagonista puede liquidar a la mayoría de enemigos con un par de cortes. Con los más básicos ninguno pondrá gran resistencia, la cuestión es que hay variedad de enemigos –más de 130- y todos tienen comportamientos diferentes. Algunos utilizan escudo y no se puede optar por el ataque frontal, otros se lanzan en embestida o saltan, y hay luciérnagas que lanzan un enjambre de crías. No es un juego excesivamente difícil, pero hay que prestar mucha atención al momento preciso para retirarse o cambiar de plataforma. Los jefes son el mejor ejemplo de esto, porque indican bien su próximo movimiento y dan el tiempo suficiente para reaccionar.
Hollow Knight no utiliza una barra de salud, sino un sistema más clásico de corazones –en este caso, pequeñas cabezas-; un daño elimina uno, y comenzamos con pocos. Tiene sus ventajas e inconvenientes, hace nuestra salud muy visible y en todo momento sabemos cuántos toques más podremos recibir. A cambio a veces resulta un tanto injusto que todos los golpes recibidos se traten por igual, independientemente de un escupitajo, un impacto de subjefe o un enemigo minúsculo. En definitiva, presta atención y no ignores ningún peligro.
A medida que golpeamos insectos conseguimos una especie de líquido que se va acumulando. Cuando hay suficiente –no es necesario que esté al completo, pero sí cierto mínimo- se puede intercambiar por puntos de salud. La idea es premiar el combate, porque aunque es muy posible que recibas impactos si te enfrentas a todos los enemigos que se cruzan en tu camino, no tendrás problemas en recuperar la vitalidad.
El pequeño riesgo que encontramos a esta autocuración es que necesitan unos segundos para cargar la habilidad, dejándonos vendidos frente a un enemigo con movimientos rápidos. Además, después encontraremos otras técnicas –como un lanzamiento de magia- que consume la misma reserva de almas, lo que nos llevará a dosificar su uso y utilizar el consumo con estrategia.
De los Dark Souls, ambiente lúgubre aparte, toma un sistema muertes que nos recuerda al de dicha saga. Al morir pierdes tu dinero y si lo quiere recuperar debes volver a ese lugar para enfrentarte a tu espíritu. Es una característica muy popular que mantiene la tensión por recuperar lo que es nuestro, especialmente cuando hay muchos ahorros en juego.
Fuera de la mazmorra podremos adquirir nuevas ventajas pasivas y cambiarlas en cualquier banco que encontremos –una especie de hogueras de un Souls-. Hay una muy útil y asequible en nuestras primeras partidas que sirve para indicar nuestra posición en el mapa. Claro, antes hay que conseguir un plano que nos lo ofrece algún personaje de las catacumbas y dar con él quizás no sea sencillo.
Hasta disponer de esta ayuda es fácil sentirse un poco perdido, y es que la libertad metroidvania presenta un diseño complejo y enrevesado, donde además no siempre puedes progresar hasta que consigues una habilidad especial. Apenas hay pistas sobre el próximo paso que debes dar –aunque de alguna manera el diseño te lleva hacia lo importante-, pero aclaramos que en algunos momentos es necesaria una dosis de paciencia para el camino correcto.
Hollow Knight también destaca por su música, el uso de sonido ambienta y los preciosos gráficos 2D. A decir verdad, al principio estos personajes de cómic casi infantil nos parecía que no encajaban tan bien en unos escenarios tan oscuros y tétricos, pero ayuda mucho a resaltar a las criaturas de su entorno. Además, no ofrece un tono tan dramático como parece en la primera impresión, así que esta animación estilo tradicional en localizaciones recargadas, con una buena cantidad de planos de profundidad, hacen del juego muy espectacular.
Conclusiones
Hollow Knight es un cúmulo de conceptos ya conocidos y no hay problema en admitir que no hay nada demasiado original en él. Pero es tremendamente divertido, todas las ideas que recoge tienen sentido dentro de su mecánica y derrocha estilo con buen gusto. No deberías perdértelo bajo ningún concepto si te gustan Salt and Sanctuary, Guacamelee!, Ori and the Blind Forest y otros metroidvania modernos. Sin duda, una de las primeras sorpresas indies del año.
Hemos realizado este análisis en su versión de PC con un código de descarga que nos ha proporcionado Team Cherry.