Análisis de Blue Estate (PC, PS4, Xbox One)

Seguro que, ya sea en los salones recreativos o en su casa, muchos recuerdan con cariño las horas invertidas jugando a las diferentes entregas de Time Crisis (o el más inocente Point Blank), gracias a esas pistolas de luz que nos permitían disparar a la televisión o a la pantalla de la máquina para acabar con los enemigos u objetivos. Con la llegada de Wii y su particular mando parece que volvió a resurgir ligeramente el género, aunque la mayoría de las veces con juegos anecdóticos.
Ahora, gracias a Blue Estate, tenemos un nuevo exponente de los juegos de disparos sobre raíles, aunque tan, tan fiel a los que mencionábamos anteriormente, que prácticamente sin un periférico como éste no tiene sentido. Eso no quita que sea divertido y hasta recomendable por todas las cosas que os comentamos a continuación.
Un juego casi de otra época
Blue Estate es un juego de acción que se basa en la serie de cómics creada por Viktor Kalvachev, y que destaca por mantener toda la violencia y el humor negro por el que se ha caracterizado su obra. Su esencia jugable, como comentábamos, es la de un juego de disparos sobre raíles para pistola de luz (aunque sin ésta), por lo que no podremos elegir por dónde avanzar ni mover la cámara libremente, sólo mover el puntero por las zonas que el juego decida enfocar.

El resto de la jugabilidad es bastante tradicional, pudiendo disparar, cambiar de arma, coger otras nuevas, recoger munición, cubrirnos en los momentos en los que se no permita, etcétera, etcétera, siempre con el objetivo de no dejar a ningún enemigo vivo. Su jugabilidad es rápida y muy arcade, potenciando el conseguir una buena racha de combos y no morir para tener una buena puntuación al final del nivel, además de introduciendo un sistema clásico de vidas, por lo que si morimos toca empezar.

Al igual que la serie de tebeos en la que se basa, Blue Estate apuesta por una temática adulta, gamberra y desenfadada, y nos cuenta la misma historia de detectives, mafias y antihéroes que Kalvachev crease para sus cómics. Es bien cierto que al final el argumento se convierte en algo un tanto secundario, probablemente por lo breve del juego, que impide desarrollarlo en profundidad, pero al menos puede que despierte vuestra curiosidad por la obra original que puede aportaros más en este aspecto.
En cualquier caso, nos encontraremos con multitud de chistes (algunos más malos, otros más buenos) que conseguirán arrancarnos alguna sonrisa, con momentos algo subidos de tonos y con personajes de lo más variopinto. Tenemos enemigos que atacarán cuerpo a cuerpo, a distancia, jefes finales, que se lanzarán a por nosotros, que aprovecharán las coberturas... ya os podéis imaginar. No hay ninguna sorpresa al respecto, aunque sí es cierto que las batallas contra los jefes pueden resultar algo complicadas, particularmente en los niveles más altos de dificultad.

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