Análisis de Bad Bots (PC)

No han sido pocos los juegos de plataformas y acción de estilo retro que hemos recibido en los últimos años, especialmente en PC, donde gracias a sitios como Steam, y GOG.com, muchos desarrolladores indies se han podido dar a conocer. A pesar de que algunos de ellos son auténticas joyas que nadie debería perderse (a Cave Story nos remitimos), no todos han alcanzado la calidad deseada, y por desgracia, lo nuevo de Point 5 Projects entra dentro de este último saco.

Su historia nos sitúa dentro de una nave espacial donde aparentemente una IA se ha vuelto loca y ha reprogramado a todos los robots para que acaben con la tripulación. Nosotros encarnaremos a Sam McRae, el último superviviente que queda, quien deberá acabar con todos los androides y evitar lo que parece un inminente desastre que podría afectar a la Tierra. El guion es prácticamente inexistente y lo que nos cuentan es algo que hemos visto cientos de veces en cine y videojuegos.

Este tipo de juegos no suelen tener grandes guiones y por norma general solo sirven para contextualizar la acción y poco más, ya que saben compensar sus carencias argumentales con una buena jugabilidad. Sin embargo, este no es el caso y no tardaremos en darnos cuenta de ello. Al contrario de lo que viene siendo habitual, el título nos ha parecido mucho más fiable jugado con teclado y ratón que con mando, aunque ya os avisamos que los controles no son configurables, algo totalmente inexplicable y que nos obliga a jugar con la disposición de teclas dada por defecto.

Uno de los mayores problemas que nos hemos encontrado con sus controles radica en la acción de saltar, la cual se realiza inclinando el stick hacia arriba, lo que no sería demasiado preocupante si no fuera porque el título no siempre registra arriba-derecha o arriba-izquierda como salto, y cuando lo hace tiende a interpretarlo como un salto recto hacia ninguna dirección. Esto ocurre tanto con mando como con teclado, lo que acaba derivando en una imprecisión bastante frustrante en los poquísimos momentos de plataformas con los que nos encontraremos.

El desarrollo del título es bastante simple, ya que únicamente nos limitaremos a avanzar por la nave disparando a todo lo que se mueva y siguiendo el camino. Comentar que aunque el mapeado del juego es similar al de un metroidvania, en el sentido de que todas sus secciones están interconectadas, a la hora de la verdad es bastante pequeño y no hay ningún motivo real para volver atrás y explorar, por lo que simplemente nos limitaremos a seguir el camino marcado, el cual suele ser terriblemente lineal.

Para combatir tendremos un ataque cuerpo a cuerpo con un hacha (que más adelante cambiaremos por un martillo), un rifle de asalto como arma principal y varias armas secundarias, de las cuales solo podremos llevar una a la vez. La mayor diferencia entre el rifle y las secundarias, es que estas últimas tienen mayor potencia de fuego, ya que a nivel jugable no aportan prácticamente nada.

Disparar a robots asesinos puede parecer algo divertido durante los primeros minutos, pero no tardaremos en caer en el aburrimiento debido a la poca profundidad de sus tiroteos, su nula dificultad y su extrema monotonía. Los combates están planteados presuponiendo que recibiremos una gran cantidad de impactos, motivo por el cual los golpes que recibamos apenas nos bajarán la barra de vida.

Esto provoca que no tengamos ninguna necesidad de esquivar los disparos enemigos y podamos ir avanzando mientras disparamos sin preocuparnos de mucho más. Eso sí, intentad que los robots a los que disparéis se vean totalmente en la pantalla, ya que Bad Bots hace uso de esa regla no escrita de muchos juegos (malos en su mayoría) que dice que los rivales no pueden ser dañados si no se muestran totalmente dentro del marco del monitor, aunque ellos a nosotros sí que nos puedan coser a balazos sin ninguna clase de problemas.

Además, apenas existen 6 tipos distintos de enemigos (sin contar los pocos y olvidables jefes finales), que prácticamente se pueden dividir en dos: los que atacan a distancia y los que prefieren el cuerpo a cuerpo, ya que las estrategias a seguir son las mismas, aunque mucho cuidado con estos últimos, que cuando se juntan varios pueden empezar a encadenar ataques sin dejar que nos movamos.

Como podéis imaginar, su desarrollo no puede ser más aburrido y tedioso, lo que acaba provocando que las dos horas que dura su campaña principal nos resulten un auténtico suplicio. Probablemente, lo más positivo que podemos destacar de esta aventura es precisamente eso: lo poco que dura. Tampoco es nada rejugable y los tres desafíos de supervivencia que nos proponen como extras no nos harán mirar el juego con mejores ojos.

A nivel técnico la cosa no mejora, con unos gráficos extremadamente simples y feos aun a pesar de querer ser retros, un apartado artístico muy mejorable, un pobre diseño de personajes y enemigos, una alarmante falta de variedad en los escenarios, unas animaciones totalmente ortopédicas, mal ejecutadas y a las que les faltan cuadros de animación, y lo peor de todo: la presencia constante de tearing, cuyo empeño por partir la pantalla no lo hace apto para ojos sensibles.

Para finalizar, comentar la inexplicable ausencia de banda sonora durante el 90% del juego, ya que esta solo hará acto de presencia en determinadas salas, escenas y jefes finales, la cual tampoco es como para tirar cohetes, por lo que os recomendamos que amenicéis el tedio con vuestras listas de reproducción para hacer más llevadera la experiencia. Así al menos podréis escuchar buena música. Los efectos de sonido son igual de pobres que el resto del juego y en muchas ocasiones se producen situaciones en las que debería de producirse un sonido pero no lo hace.

Conclusiones

Bad Bots es uno de esos juegos a los que intentas buscarle el lado bueno y no lo consigues. Quizás como producto para móviles podría llegar a tener un pase, pero en un mercado donde podemos encontrar tantísimos juegos similares y de muchísima mayor calidad, lo nuevo de Point 5 Projects no tiene cabida, por lo que difícilmente podemos recomendároslo, especialmente cuando por los 10 euros que cuesta podéis disfrutar de otras experiencias que sí merezcan vuestro tiempo y dinero.