Continuación de un juego clásico
Un nuevo remake de un auténtico clásico
A mediados de los 90, la situación de las consolas era mucho más inestable que ahora. Existía una primacía de Super Nintendo sobre las demás, pero éstas ocupaban un trozo considerable del pastel. En este panorama aparecieron las primeras consolas de nueva generación como Playstation o 3DO. Uno de los juegos claves que permitió a Super Nintendo mantenerse sobre el resto de maquinas, incluso con las nuevas consolas aproximándose, fue Donkey Kong Country. Este juego fue en principio una prueba con ordenadores Alias de Rareware, que tuvo éxito en Nintendo of America. Así, se les cedió la licencia de Donkey Kong para realizar un juego de plataformas usando las últimas tecnologías visuales (muy en boga por aquellos tiempos, recordad Rebel Assault o Rise of the Robots: Los dos usaban gráficos prerrenderizados que parecían 3D también).
Donkey Kong Country era un juego divertido, aunque inferior a sus contemporáneos como Super Mario World 2, pero, su apartado gráfico le deparó ventas astronómicas que salvaron a la consola de Nintendo de las acometidas de Sony, Sega y 3DO. Ésta vio una conversión terrible a Game Boy Advance, posiblemente hecha en base a la anterior versión GBC y una de las decepciones más grandes que nos ha dado Nintendo en la consola (aunque en el desarrollo colaboró Rare también). La adaptación no respetaba el gran uso de los 256 colores de Super Nintendo, y daba verdadera lástima en su versión para Advance. Aún así se dejaba jugar, e incluía algunos minijuegos curiosos. El increíble éxito del juego (vendió bastantes copias a pesar de su discutible calidad), propició que haya salido su antigua secuela en SNES: Donkey Kong Country 2. Como consecuencia y cubriendo el espacio que Nintendo ha dejado en las plataformas (No quedan juegos de Mario que relanzar…y Yoshi Story es complicado de realizar en GBA, recordad el monstruo de fuego), Rare ha decidido cubrir el siempre interesante espacio de los plataformas.
Gran secuela
En la opinión de este redactor, DKC2 es superior al primer juego, las razones son una mayor variedad de fases y sobre todo una dificultad mucho más exigente. El original Country sufría por su facilidad y por la falta de objetivos secundarios, la secuela superó sin duda estos obstáculos, y comenzaba una de las grandes lacras de Rare: La sobredosis de objetos. Sí, aunque no son necesarios para avanzar en el juego (sólo sirven para acceder al jefe final), aquí Rare comienza su vertiginoso camino al abismo que sería Donkey Kong 64. De todos modos, los objetos en el juego que analizamos hoy no llegan a molestar y sirven para aportar rejugabilidad. La historia de Donkey Kong 2 es simplemente la captura de nuestro conocido mono por el malvado K.Rool. A Donkey le deberán salvar Diddy y Dixie (una mona con coleta y supuesta "partener" de Diddy) con la ayuda de Cranky, Funky y demás miembros de la familia Kong. Esto llevará a los dos monitos a la Isla de K.Rool, la fortaleza secreta del malvado donde mantiene secuestrado a Donkey Kong. En esta isla veremos entornos muy diferentes a la de Donkey, estando los clásicos barcos piratas y las fases de vagoneta a la orden del día.
En el barco
Como suele ser habitual en Rare, se han añadido varios modos para justificar el Remake que van desde varios minijuegos (Expresso, Funky, etc.) a un nuevo monstruo final (bastante impresionante), pasando por un curioso contrarreloj (que recuerda a los clásicos de Sonic). Aparte, se mantienen los incentivos del original como las monedas héroes (aunque han quitado el cubo de la basura en la pantalla final de este modo… allí donde estaban las famosas zapatillas de Sonic y la pistola de Earthworm Jim, pequeña censura) y el famoso, y casi imposible, mundo perdido final. Esto le da al juego una gran duración, y se convierte de facto en uno de los plataformas más largos de Game Boy Advance.
Espesas junglas y macizos rocosos
La adaptación visual de Donkey Kong Country 2 es bastante superior a la precuela, habiéndose dado cuenta Rare del destrozo que cometió. Aunque los sprites y escenarios continúan teniendo una sensación de "lavado gráfico" (el motor gráfico estaba pensado a otra resolución y con menos colores), esta vez no se han cargado ningún fondo, y así el famoso fondo tridimensional de las bodegas o los clásicos niveles con cambio de luz se mantienen casi intactos. Se han añadido también sprites pequeñitos y optimizado el scroll (que en el anterior juego era horroroso), por lo tanto estamos ante una adaptación de mucha más enjundia y no sólo con el propósito de obtener dinero a costa de una franquicia mítica. La única pega, es que los sprites animados se ven un tanto deformados al adaptarse a la resolución de la consola (caso de Dixie por ejemplo). Gracias a Dios, esto no llega a molestar tanto como en otros juegos y no sucede el increíble caso de Blade Runner PC por ejemplo. El apartado gráfico queda así como uno de los más lucidos de GBA, sólo una mayor optimización de la paleta y los sprites lo habría puesto al nivel de Wario Land 4 o Sword of Mana.
Melodías piratas
Un montón de barriles
Este DKC2 es quizás, junto a la saga Monkey Island y el Pirates! de Sid Meier, el juego con más melodías basadas en Corsarios. Así, en las fases de los galeones se pueden escuchar magníficos temas basados en las andanzas de los piratas del siglo XVII. El resto de BSO es más mediana, aunque el tema de la feria o el del final son memorables. La adaptación musical es muy decente dentro de las limitaciones de la maquina, es cierto que el midi suena bastante peor que en SNES (consecuencia del altavoz), pero al menos no han recortado instrumentos como sí hicieron en la entrega anterior. Los FX han aumentado como consecuencia del mayor tamaño del cartucho y ahora los hay para casi todos los Kong, incluyendo por supuesto a Diddy y Dixie. Una buena conversión, que aunque no llega a la altura del original, resulta una buena aproximación de éste.
Alta curva de dificultad
El juego es todo un reto para cualquier jugador avezado de plataformas. Quizás como revancha de la facilidad del anterior (muy criticada), Rareware realizó un juego muy complicado, más comparado con los clásicos juegos de Nintendo. Donkey Kong 2 es muy difícil, y requiere una gran pericia manejando a los monitos. Las fases de la enredadera, unidas a las de los barriles, alcanzan límites de dificultad nunca vistos en los plataformas publicados por la compañía de Kyoto. Lo curioso es que el remake mantiene toda la dificultad, con lo cual el público infantil es muy posible que jamás llegue a pasarse el juego entero. El control está realmente ajustado, mejorando el scroll del original y sin ninguna ralentización aparente. Éste no llega al nivel de los juegos de EAD, pero es muy superior a la mayoría de juegos de plataformas de la consola. Los protagonistas difieren entre sí siguiendo la tradición del anterior juego de la saga. Así, Diddy es mucho más ágil que Dixie, y el famoso barrido que realiza al pulsar B es más efectivo que los coletazos de esta última. Pero, Dixie es casi imprescindible en las fases de habilidad, ya que el planeo que realiza con su coleta sirve para evitar los siempre difíciles abismos (en algunas fases finales, la monita es prácticamente imprescindible).
En helicóptero
Los niveles están razonablemente diseñados, pero quizás suceda el clásico error de "falta de alineación". Es decir, algunos niveles más difíciles están puestos antes que los fáciles, no siguiendo una curva de dificultad fija. No sucede muy a menudo (está bien diseñado), pero esto lo aleja de obra maestras del diseño como Super Mario World (que sigue esa regla a rajatabla). Al modo principal se añade un contrarreloj, y varios minijuegos, aparte de algunos retos curiosos en el modo historia (como el trivial del mono, auténtico predecesor de la prueba de Grunty en Banjo-Kazooie). Los minijuegos van desde magníficas copias del Excitebike de Nes (el juego de Expreso) a semi-clones de Pacman (el del Kremlin grandote), pasando por el típico juego de habilidad (los vuelos de Funky, quizás el minijuego más complicado). Todos estos modos y opciones dan al juego una duración envidiable y sin duda le convierten en uno de los mejores plataformas de la consola. Aunque no alcanza a los títulos de Nintendo-EAD, es sin duda lo mejor que ha realizado Rareware para GBA junto al olvidado Sabrewulf.
Conclusión
Donkey Kong Country 2 es una decente conversión a la GBA, que respetando el apartado visual (que no llega a calcar tristemente) y sobretodo la jugabilidad (igual al original), es sin duda uno de los títulos más apetecibles para este verano. Aunque Nintendo está abusando ahora mismo de los remakes, el título de Rareware tiene varios elementos que motivan su compra: Los minijuegos y su larga duración. No hay añadidos de fases, pero sí un jefe final nuevo y toda la dificultad del original, lo que unido a los minijuegos hacen que el juego merezca bastante la pena. Aparte, es sin ningún género de dudas el mejor plataformas bidimensional que ha realizado Rare tanto por su duración como variedad, con lo cual no estamos hablando de un título baladí. En fin, esperamos que este juego no ponga fin a la saga en GBA, aunque no estaría mal lanzar un Donkey Kong 4 en lugar de volver a lanzar la mediocre tercera entrega.