Diego Armando Maradona, la mítica estrella de fútbol, un mito atemporal dentro del balompié y un símbolo para Argentina, fallecía a la edad de 60 años. El Pelusa, el querido Cebollita, el 10 de Argentina, nos ha dejado para siempre. Tras él encontramos una retahíla gigantesca de grandes jugadas, hazañas increíbles en el césped y un buen número de turbulentos sucesos con su complicada relación con las drogas y la decadencia ligada a su fama. Considerado un Dios, Maradona jamás se callaba. Por eso, en Vandal Random hemos seleccionado sus frases más míticas.
Las mejores frases de Maradona
Según comentaban sus allegados, podrías sufrir los gambiteos de Maradona dentro y fuera de la cancha. A lo largo de su historia como jugador de fútbol, Diego Armando Maradona ha sido implacable con compañeros, rivales, famosos, periodistas o rivales. Si Diego te enfilaba, te acababa haciendo un auténtico gol dialéctico.
Su rivalidad con River y sus constantes alusiones a su supuesta deidad, un hecho que es ya casi una constante entre sus seguidores, y que incluso ha llegado a hacerse algo real gracias a la fundación de una iglesia alrededor de su figura, han sido muy comunes en su carrera.
Podías intentar vacilarle a Maradona, pero pobre de ti. El jugador ha llegado a dejar en ridículo a sus rivales dentro del campo, sí, pero era un auténtico titán en las declaraciones de prensa y en las ruedas posteriores a los partidos. Con alta estima de sí mismo, Diego era consciente de su genialidad, de sus dotes como futbolista y de su gran calidad.
Era importante reconocerle, que si bien sus actos podían ser despreciables, y que su historial no está libre de mácula, Diego Armando Maradona era capaz de sacarle una sonrisa a cualquiera que tuviera la suerte de verlo jugar. Su frase con respecto a su calidad y sus comparaciones con Pelé fueron un auténtico hito en la prensa, con un revuelo mediático sin precedentes. Además, como han destacado sus más allegados, pese a los excesos de la fama, nunca olvidó de dónde venía ni de sus humildes orígenes.
Poco o nada hay que decir con sus escarceos con las drogas. Maradona luchó contra las adicciones toda su vida, con achaques, buenos y malos años, y rachas que lo llevaron casi a la ruina. Rodeado de un séquito de personas en todo momento, el jugador del Nápoles se ha llegado a quejar de su utilización por parte de los medios y sus, en teoría, amigos.
Uno de sus goles más famosos, la mano de Dios, lo marcó para siempre. Para muchos es la pillería más grande del mundo, el robo más clamoroso, pero Diego Armando Maradona era tan grande que convirtió aquel hecho en una hazaña, un golpe a los ingleses del que, a día de hoy, no se han recuperado.
El argentino podría ser una figura de referencia, pero jamás se consideró él mismo como un ejemplo o alguien al que seguir. Sus salidas de tono, sus comentarios y frases eran a veces soeces y abiertamente incómodas, pero es que así era Diego Armando Maradona. Un jugador capaz de dejarte en ridículo con el balón en los pies, así como con un micro en la boca.
