Después de la notable The Post (Los archivos del Pentágono), posiblemente uno de sus mejores trabajos de los últimos años, teníamos ganas de volver a ver al Steven Spielberg más palomitero, al de las películas de acción, aventuras y ciencia ficción que tanto nos han divertido durante casi 50 años, y que cambiaron el mundo del cine para siempre. Y eso es exactamente lo que ofrece Ready Player One, una película muy divertida y espectacular, cine de entretenimiento más que digno, algo que no es fácil de encontrar hoy en día.
La exitosa y entretenida novela de Ernest Cline -quien también ha participado en el guion de la película - parecía un buen punto de partida para construir un gran film de aventuras, y así ha sido, pero además Spielberg eleva el material de partida con su prodigioso don para narrar con imágenes, con un montón de escenas realizadas por ordenador -técnicamente impecables- que en manos de otro realizador podrían haberse convertido en algo de mal gusto.
Como ya demostró con Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio (2011), Spielberg domina tanto el lenguaje cinematográfico que en cualquier formato es capaz de demostrar su talento, algo muy palpable en esta película que se desarrolla en dos universos tan distintos: la realidad, ambientada un futuro decadente y desesperanzador, y el mundo virtual de Oasis, una vía de escape donde todo es posible, el lugar en el que se desarrolla la mayor parte de la trama, totalmente realizada por ordenador.
La película cuenta con un arranque sencillamente espectacular que culmina en una de las mejores secuencias de acción que hemos visto en los últimos años, y que al igual que ocurría con George Miller en Mad Max: Fury Road, sorprende ver escenas con semejante brío realizadas por directores que superan los 70 años.
En apenas 20 minutos película ya te ha presentado y explicado su mundo, las reglas que lo rigen y los objetivos que van a tener los personajes a lo largo de una historia muy sencilla -quizás demasiado- y sin giros sorprendentes. Esto no es ningún problema, tampoco películas como Tiburón, Indiana Jones o Parque Jurásico tenían historias muy intrincadas, pero en cambio sí estaban respaldadas por grandes personajes, que aquí hemos echado de menos.
Cuando Ready Player One levanta el pie del acelerador y da un respiro al espectador se le ven las costuras al guion, bastante vacío, tanto en la construcción y desarrollo de personajes como en contarnos algo interesante del futuro distópico que plantea. Un escenario más factible de lo habitual en el género, no cuesta mucho imaginarse a una sociedad escapando desesperadamente de la realidad a través de un dispositivo informático, lo que se podría haber aprovechado mucho mejor y además de ser una buena película de aventuras también haberlo sido de ciencia ficción, terreno en el que no da la talla.
Por suerte no hay mucho tiempo para percatarse de estas carencias, ya que la película tiene un gran ritmo y es entretenidísima a pesar de sus 140 minutos de metraje, lo que tiene mucho mérito, aunque quitándole unos 15 o 20 minutos, o habiéndoselos dedicados a algo más interesante, hubiera quedado mucho más redonda en mi opinión.
Uno de los temores que había sobre la película, que se convirtiera en una ensalada de referencias a la cultura pop sin mucho sentido, es uno de los elementos que mejor se ha resuelto. Las apariciones y guiños de personajes de videojuegos y películas nunca se sienten forzados y consiguen sacarte más de una sonrisa, algo en lo que seguro el guionista Zak Penn (El Último Gran Héroe, Men in Black, Los Vengadores), un experto en estos menesteres, ha tenido mucho que ver.
Al ser una película producida por Warner hay ciertas limitaciones en este aspecto, y evidentemente barren para casa con sus marcas, pero también hay cabida para incluir personajes de Capcom, Microsoft, Blizzard y otras sorpresas.
Sin duda las referencias que mejor funcionan son las ochenteras, porque no son solo simples guiños, sino que tienen una valiosa función narrativa. Fruto de esto nace una de las mejores escenas de la película, que espero que nadie os estropee.
Entretenimiento con mayúsculas
A pesar de sus carencias y para mí estar un peldaño -o peldaño y medio- por debajo de los mejores films de su director, Ready Player One es un espectáculo de primera, de esas películas que merece la pena ver en el cine gracias a sus apabullantes imágenes y sonido, y si le teníais ganas ya sea por ser fans de la novela o porque os apetecía ver otra gran cinta de aventuras de Steven Spielberg, estoy seguro que no os va a decepcionar.
Hemos visto Ready Player One gracias a un preestreno al que fuimos invitados por Warner Bros. La película se estrena el 28 de marzo en España.