5 cosas que cambiarán el juego en PS5 y Xbox Series X

Las nuevas consolas de Sony y Microsoft serán mucho más que un salto gráfico: prometen modificar los mundos que exploramos y cómo nos relacionamos con los juegos.
5 cosas que cambiarán el juego en PS5 y Xbox Series X
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Tanto Sony como Microsoft han puesto las cartas sobre la mesa en lo referente a las especificaciones técnicas de PlayStation 5 y Xbox Series X. Ya conocemos cómo serán esas prometedoras unidades de almacenamiento sólido que nos harán dejar de lado las esperas; conocemos la potencia bruta de cada una de las máquinas, que permitirá crear mundos inverosímiles y personajes prácticamente reales; y sabemos los detalles principales de sus mandos, muy distintos en su propuesta y ambición.

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Aún quedan meses por delante de nueva información sobre la máquina en sí, los nuevos servicios que traerán consigo, y por supuesto, los juegos en los que nos sumiremos a finales de 2020.

Pero de todo lo que se sabe hasta la fecha, hay cinco puntos principales que dejan ver un salto mayor, en casi todos los sentidos, en esta nueva generación que en el paso de Xbox 360/PS3 a Xbox One/PS4.

5 cosas que cambiarán el juego en PS5 y Xbox Series X

1. El SSD: adiós a los tiempos de carga (y otras ventajas)

Una de las novedades en las que más ahínco han hecho tanto Sony como Microsoft está en su almacenamiento SSD. Uno de los resultados de cambiar los discos duros tradicionales por los sólidos va a ser que los tiempos de carga dejen de existir o sean mínimos: en una demostración del SSD el año pasado, se usó Spider-Man de PS4 para mostrar que los tiempos de carga que duraban 15 segundos ahora duraban 0,8. Vamos a pasar de que las consolas puedan extraer datos almacenados a 100 MB/s a 5,5 GB/s (en el caso de PS5) o 2,4 GB/s (en el caso de Xbox Seres X); casi el doble en ambos sistemas si esos datos están comprimidos.

Pero esto va a ir mucho más allá de los tiempos de carga. Los desarrolladores pueden hacer mundos más detallados, personajes más realistas, juegos donde los entornos se sucedan a toda velocidad porque se puede acceder a los assets más rápido. Si bien es cierto que el uso de los SSD es bastante popular en el PC Gaming, su uso no está estandarizado entre los jugadores de ordenador, por lo que los juegos exclusivos para esta plataforma no los aprovechaban. Además, gran parte de los títulos AAA son multiplataforma, y se diseñan teniendo en cuenta las limitaciones de unas consolas que tienen ya siete años.

En una entrevista publicada el pasado enero, Phil Spencer, jefe de la marca Xbox, afirmaba que "gracias a su velocidad, los desarrolladores pueden usar ahora el SSD prácticamente como RAM virtual", ya que el tiempo de acceso está cerca de ser tan rápido como el de las RAM de las consolas actuales (mayor, eso sí, que el de las nuevas consolas). Así, los desarrolladores podrán almacenar gran cantidad de texturas, personajes, entornos, elementos del escenario, etc., en un lugar al que pueden acceder casi instantáneamente.

Esto no solo afectará al juego en sí, sino también a lo que ocupan los títulos. Es predecible que, por una parte, los archivos de los juegos ocupen más al tener texturas en 4K u 8K y modelados con más polígonos, pero, por otra parte, se ahorrarán muchísimos datos duplicados: volviendo a Spider-Man, hay algunos datos en ese juego que están duplicados 400 veces para acceder rápidamente a ellos. Esas situaciones ahora se evitarán.

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El SSD también ofrecerá nuevos métodos de ampliar el almacenamiento interno de la consola. A ambas máquinas se podrá conectar un HDD externo por USB para instalar juegos de anteriores plataformas. En el caso de Xbox Series X, que tiene 1 TB de capacidad, se podrán insertar en su parte trasera una especie de Memory Card de 1 TB que han fabricado junto a Seagate. En el caso de PS5, que tiene 825 GB de capacidad, en su interior tiene un puerto NVMe para otro SSD, pero la tecnología que usa aún no está a la venta para el público general y Sony no ha comunicado si habrá otro tipo de ampliación de memoria.

Mas potencia y más velocidad = mejores gráficos

Es previsible que con cada salto generacional de consolas la principal mejora sea gráfica, y aunque en esta ocasión hay otras novedades, las capacidades visuales (y también sonoras) de PS5 y Xbox Series X serán mayores que en sus predecesoras. Aunque todavía no hay muchos ejemplos con los que podamos representar las cifras, la diferencia numérica puede dar una idea del cambio que producirá el aumento de potencia.

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PlayStation 4 tiene un procesador AMD Jaguar x86-64 de 8 núcleos que funcionan a 1,6 GHz, mientras que PS5 tiene un AMD Zen 2 de 8 núcleos que funciona a 3,5 GHz (con frecuencia variable, es decir, según la carga a la que se sometan irán a velocidad de reloj mayor o menor). En cuanto a la gráfica, PS4 tiene una GPU de 1,84 TFLOPs a 800 MHz con 18 unidades de computación, mientras que la de PS5 es de 10,28 TFLOPs y 2,23 GHz (también con frecuencia variable) con 32 unidades de computación.

En el caso de Xbox One, monta un procesador AMD Jaguar x86-64 de 8 núcleos a 1,75 GHz, mientras que Xbox Series X tiene un AMD Zen 2 de 8 núcleos a 3,8 GHz (3,66 GHz w/ SMT). En la gráfica, la actual consola tiene una AMD Radeon de 1,31 TFLOPs a 853 MHz con 12 unidades de computación; su sucesora tiene una AMD RDNA 2 con 12 TFLOPs a 1,825 GHz y 52 unidades de computación.

Además de en una mayor rapidez en la ejecución de procesos y movimiento de gráficos, habrá que esperar para ver cómo ese incremento exponencial en las cifras (y todo ello sin hablar de las mejoras de su arquitectura interna, es decir, en cómo se comunican unos componentes con otros) se refleja en los videojuegos, aunque tenemos dos ejemplos: el tráiler de Hellblade 2, realizado con el motor gráfico del título para Xbox Series X, y Godfall, un título de lanzamiento para PS5.

Lo que sí tenemos son promesas. Microsoft asegura que el objetivo es alcanzar los 4K y 60 fotogramas por segundo en Xbox Series X, pero en ciertos casos la resolución podrá subir hasta los 8K y la fluidez hasta los 120 fotogramas por segundo; será compatible con VRR (tecnología solo disponible con HDMI 2.1), es decir, los monitores o televisores adaptarán su frecuencia de actualización a los fps del juego. Sony ha prometido compatibilidad con 8K, televisores de 120 hz y uso de VRR, pero no ha fijado una resolución/fluidez objetivo.

Tomando el mando: mejoras e innovación

El mando de Xbox Series X, por fuera, es muy similar al alabado pad de Xbox One, pero sí cambian algunas cosas: en el centro habrá un botón para hacer y compartir capturas de pantalla y vídeos; los agarres, joysticks y gatillos tendrán un acabado rugoso para facilitar el agarre y que las manos suden menos; y se ha disminuido levemente su tamaño para que los jugadores con manos más pequeñas, como niños, tengan menos complicaciones para llegar a todos los botones. También mejora a nivel interno con un sistema de comunicación inalámbrica diseñado por Microsoft para reducir la latencia (el tiempo que tarda el sistema en ejecutar las órdenes que damos al pulsar botones) tanto digital como analógica al mínimo.

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El pad de PS5 no lo hemos visto, aunque un prototipo visto por Wired era similar al Dualshock 4. Este mando es mucho más innovador que el de la consola de Microsoft gracias a dos funciones: los gatillos adaptables y la vibración háptica. Los primeros ofrecerán una tensión o dureza distinta al disparar una escopeta o una ametralladora, e incrementará al tensar la cuerda de un arco, por dar un par de ejemplos. La vibración háptica, el periodista del citado medio la describía como algo casi mágico, capaz de hacer sentir el deslizamiento del avatar en una superficie congelada, la pesadez del movimiento en el agua o la distinta textura del terreno al conducir, en Gran Turismo Sport, con una rueda en el piano y otra en el asfalto. Dicho prototipo tenía un hueco en el centro que puede ser el rumoreado asistente de voz de Sony, aunque esto no está confirmado. También tendrá un altavoz mejorado.

En el caso del que, suponemos, se llamará DualShock 5, la batería está ampliada. El mando de Xbox Series X deja de lado las pilas y se pasa también a la batería. Ambos se cargarán a través de un USB-C.

Los nuevos menús: haciendo la vida más fácil

La interfaz que usará Xbox Series X, al menos en los vídeos mostrados por Microsoft (puede tratarse de una versión preliminar que cambie más adelante) es la misma usada por Xbox One desde febrero de 2020, pero añade una función imposible si no se contara con un SSD: Quick Resume. Esto permitirá tener en reposo a la vez hasta cinco juegos de la nueva consola, o incluso más si se trata de títulos retrocompatibles. Al volver a los juegos continuamos justo donde nos habíamos quedado, aunque sea en mitad de un salto en un plataformas o en una curva ajustada en un título de carreras. Además, incluso tras apagar la consola o después de aplicar una actualización del sistema, los juegos continuarán guardados en el SSD.

No hemos visto los menús de PS5, pero sí sabemos varias funciones novedosas de ellos. Una de las más interesantes es que permitirá instalar los juegos por partes, es decir, en un título que tenga campaña y modo multijugador, podremos instalar ambos o solo uno de ellos. La otra mejora tiene que ver con la información que muestra la interfaz: nos detallará claramente no solo a qué título están jugando nuestros amigos, sino también a qué modo y en qué mapa, por ejemplo, y podremos unirnos a la partida directamente. Esto también se aplica a los juegos single player: se mostrarán las misiones que tenemos accesibles y las recompensas que obtendremos al completarlas sin ni siquiera arrancar el juego, que se abrirá rápidamente gracias al SSD.

La retrocompatibilidad. ¿Adiós a las remasterizaciones?

Cuando PlayStation 4 y Xbox One llegaron a las tiendas en noviembre de 2013 ninguna de las dos consolas permitía ejecutar videojuegos de máquinas anteriores, lo que provocó que se relanzaran decenas de videojuegos con gráficos mejorados (en ocasiones con simples aumentos de resolución y/o fluidez) hasta hace bien poco. Ahora, Xbox One tiene en su catálogo cientos de juegos de Xbox 360 compatibles, y varias decenas de títulos de la primera Xbox. En el caso de PS4, no hay retrocompatibilidad, pero sí que se pueden jugar títulos de PS3 a través del streaming con PlayStation Now y algunos de PS2 instalándolos desde el mismo servicio.

PlayStation 5 será retrocompatible en su lanzamiento con aproximadamente 100 juegos de PS4: Sony tiene que ir testeando uno a uno cada uno de los títulos, pero el objetivo es que el catálogo de más de 4000 videojuegos de su actual consola se pueda jugar, con mejoras gráficas y/o de fluidez, en la nueva consola, tan solo introduciendo el disco o descargándolo de la PlayStation Store.

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El caso de Xbox Series X va más allá. Además de ser retrocompatible con cualquier juego que funcione en Xbox One (incluso los de Xbox 360 y Xbox), les aplicará HDR automático a través de un algoritmo y algunos de ellos tendrán mejoras adaptándose a resolución 4K (es el caso de Gears of War Ultimate Edition). Pero lo más importante es el Smart Delivery: los juegos first party de Microsoft que salgan a partir de Halo Infinite (y algunos anteriores, como Gears of War 5) se convertirán en títulos de Xbox Series X gratis si los teníamos comprados en Xbox One. Lo mismo ocurrirá con las editoras third party que decidan usar el sistema: de momento solo está confirmado Cyberpunk 2077.

Con estas funcionalidades de ambas consolas, todo apunta a que con este salto generacional los consumidores se librarán de remasterizaciones de pago.

Fran G. Matas
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