En 2017 la gran compañía tecnológica Apple se enfrentó a uno de los escándalos más sonados de toda su historia tras descubrirse que los de Cupertino ralentizaban a propósito los modelos más viejos de los teléfonos iPhone para, según la marca, "preservar la batería" de estos dispositivos, algo que no sentó nada bien a los consumidores y que hizo sospechar a muchos de una práctica de obsolescencia programada.
Por ese caso Apple recibió multitud de demandas en España, Francia, Italia y Europa, viéndose obligada a lanzar una actualización de iOS para eliminar esta ralentización provocada a propósito por la compañía a través de software.
Sin embargo, la decisión de empeorar de forma artificial el rendimiento de sus teléfonos solo se llevó a cabo en países de Europa o en Estados Unidos mientras que en otros lugares como China se sigue aplicando esta reducción del rendimiento de la CPU en iPhone viejos con baterías antiguas.
Esto ha provocado una situación tan curiosa como la siguiente, y es que un estudio realizado en China ha comprobado que los iPhone "viejos" de este país funcionan más rápido y de forma más fluida si sus usuarios los cambian de región a una en la que no esté permitido realizar esta práctica como por ejemplo Francia.
Por ejemplo, utilizando un iPhone 7 el resultado de una prueba de rendimiento con GeekBench es de 286.632 puntos con un rendimiento de CPU de 78719 puntos mientras que tras cambiar la región a Francia el rendimiento mejora hasta los 298.321 puntos totales y 85.477 puntos en el rendimiento del procesador.
En España la OCU demandó a Apple
En España, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) fue una de las primeras en demandar a Apple pidiendo una compensación de entre entre 99 y 189 euros por teléfono afectado a cada usuario y en Europa la organización Euroconsumers presentó a finales del año pasado una demanda colectiva por este mismo motivo.