China lo vuelve a hacer. El país asiático, que lleva meses trabajando en sus ingenios navales, ha dado un paso más en su línea de avances tecnológicos marítimos. Tras meses de especulación, la ciencia ficción se ha encarnado en un enorme trimarán negro que podría ser, sencillamente, un banco de pruebas.
Un laboratorio flotante o semisumergible destinado a ensayar tecnologías de futuro para la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN), especialmente en el ámbito de las plataformas híbridas capaces de operar tanto en superficie como bajo el agua. No sería, desde luego, una anomalía: como os hemos explicado en Vandal, la marina china lleva años construyendo buques a medida para tareas de investigación, evaluación, entrenamiento y desarrollo experimental.
Más de 60 metros de sigilo: el buque experimental chino que nadie logra clasificar
La realidad es que, a día de hoy, seguimos sin saber con certeza cuál es la función de esta enigmática nave, ni cómo están configurados sus sistemas internos, ni siquiera si cuenta con tripulación humana. Las imágenes que han comenzado a circular recientemente en redes sociales como X (Twitter), sin embargo, aportan algo de luz a un proyecto que hasta hace poco solo conocíamos por fotografías satelitales en las que el buque aparecía cubierto por lonas en el astillero de Huangpu, en Guangzhou.
El perfil visible confirma muchas de las sospechas iniciales: un diseño claramente híbrido, con rasgos propios tanto de un buque de superficie como de un submarino. Su eslora, en torno a los 64 metros, y su silueta estilizada apuntan a la eficiencia hidrodinámica, aunque no parece que la velocidad pura haya sido la prioridad absoluta del diseño. Desde este ángulo, además, los elementos “submarinos” resultan aún más evidentes: una vela similar a la de un sumergible, equipada con lo que podría ser un snorkel o un mástil de sensores, y marcas de calado visibles tanto en la vela como en el casco.
The future of naval warfare?
— Zhao DaShuai 东北进修🇨🇳 (@zhao_dashuai) November 2, 2025
China’s proposed trimaran unmanned, semisubmersible arsenal ship.
These ships would be perfect to sneak up at an enemy port and unleash a swarm of missiles and drones as the opening salvo of war. pic.twitter.com/TbY8xju8GM
Uno de los detalles más sugerentes es la posible presencia de un sistema de propulsión tipo pump-jet en la popa, una solución habitual en submarinos modernos por su menor firma acústica y su capacidad para operar a mayor velocidad sin cavitación. De confirmarse, reforzaría la hipótesis de que el sigilo es una de las claves del proyecto.
A partir de aquí, las teorías se multiplican. Desde hace años se especula con la idea de un “arsenal ship” chino: una plataforma difícil de detectar, potencialmente no tripulada, capaz de emerger brevemente para lanzar misiles y desaparecer de nuevo bajo las olas. No obstante, por ahora no hay evidencias claras de sistemas VLS en cubierta.
Otra opción es que actúe como nave nodriza para drones, ya sean aéreos -probablemente de despegue vertical o lanzados desde rieles- o incluso submarinos. Tampoco se descarta un uso en operaciones especiales, transportando fuerzas en entornos litorales complejos.
Y, sin embargo, la explicación más plausible sigue siendo la menos llamativa: un prototipo experimental. Un paso más en la estrategia china de explorar conceptos operativos antes de convertirlos, si procede, en capacidades plenamente operativas. Por ahora, el misterio permanece, pero cada nueva imagen reduce el margen para la especulación gratuita. Y eso, en el análisis militar serio, siempre es una buena noticia.















