La posibilidad de que un asteroide destruya la civilización, como se muestra en la película Armageddon, es extremadamente baja, ocurriendo quizás una vez cada pocos millones de años según estimaciones de la NASA. Sin embargo, la agencia espacial permanece en constante vigilancia de estos cuerpos celestes. Recientemente, se descubrió un asteroide que pasó relativamente cerca de la Tierra, destacando la importancia de estos monitoreos continuos.
El 16 de junio, el centro ATLAS en Sudáfrica detectó un nuevo asteroide, denominado 2024 MK, del tamaño de un estadio de fútbol. Este asteroide pasó a unos 290.000 km de la Tierra, y fue seguido de cerca por The Virtual Telescope Project. Algunos observadores afortunados lograron verlo a simple vista o con telescopios pequeños, lo que subraya lo cerca que estuvo en términos astronómicos.
Su tamaño era preocupante
A pesar de no representar una amenaza directa, el tamaño del 2024 MK era preocupante. Con un diámetro estimado entre 150 y 240 metros, su impacto habría liberado una energía mucho mayor que la del superbólido de Cheliábinsk en 2013, que tenía solo 18 metros de diámetro pero generó una explosión equivalente a 30 bombas de Hiroshima. Un impacto del 2024 MK podría haber tenido efectos devastadores, aunque no globales.
Durante los mismos días, otro asteroide, el 2011 UL21, también se acercó a la Tierra. Con un tamaño similar al monte Everest, este asteroide pasó a una distancia segura de 6,5 millones de kilómetros. Aunque considerablemente más grande que el 2024 MK, su trayectoria no representaba un peligro inmediato para nuestro planeta, lo que alivió cualquier preocupación de colisión.
Las probabilidades de una catástrofe son bajas
A pesar de estas cercanías, las probabilidades de un evento cataclísmico siguen siendo bajas. Estudios recientes sugieren que no habrá impactos significativos en los próximos 1.000 años. Sin embargo, la NASA continúa monitoreando un gran número de asteroides potencialmente peligrosos que, aunque más pequeños, podrían destruir ciudades enteras si colisionaran. Actualmente, el 60% de estos asteroides aún no ha sido detectado, lo que resalta la necesidad de continuar y mejorar los esfuerzos de vigilancia espacial.