Compartir un décimo de Lotería de Navidad por WhatsApp se ha convertido en algo casi tan habitual como comprarlo, pero ese gesto tan cotidiano puede convertirse en un problema serio si el número resulta premiado y no está todo bien atado.
La propia Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recuerda que los mensajes de mensajería instantánea pueden servir como prueba… siempre que estén bien redactados y no se limiten a una simple foto borrosa del boleto.
El error más frecuente es pensar que basta con enviar la imagen del décimo al grupo de amigos o familia y dar el tema por zanjado. En realidad, esa foto por sí sola puede ser discutida: es relativamente sencillo alegar que se ha manipulado o que no deja claro quién participa y en qué porcentaje. Si hay conflicto, la otra parte puede impugnar esa prueba y obligar a demostrar su autenticidad, algo que puede complicarse si no hay más respaldo documental.
De la simple foto al acuerdo bien escrito
Para minimizar riesgos, la recomendación es que la foto del décimo vaya siempre acompañada de un mensaje de texto explícito en el que consten los datos clave: quién guarda físicamente el boleto (nombre y DNI del depositario), quiénes participan y qué porcentaje le corresponde a cada uno. Un ejemplo sencillo: “Yo, Marta López (DNI XXX), guardo este décimo 12.345, serie X, fracción X, compartido al 50 % con Ana Pérez (DNI XXX)”. Cuanto más claro quede por escrito, menos margen habrá para malentendidos si el Gordo cae en el grupo.
El riesgo no es solo “humano”, también digital. La campaña de Navidad es temporada alta para los ciberdelincuentes, que aprovechan el tirón del sorteo para lanzar webs falsas, apps que imitan a administraciones oficiales y mensajes que suplantan a Loterías y Apuestas del Estado. La OCU insiste en que, si se compra por internet, debe hacerse únicamente a través de la web oficial o de administraciones autorizadas, comprobando bien la dirección y desconfiando de enlaces recibidos por SMS, correos o WhatsApp.
Compras online, resguardos y cobro de premios
Cuando el décimo se adquiere online de forma legal, el usuario recibe un justificante electrónico que tiene el mismo valor que el papel: ese resguardo es lo que acredita la propiedad del número, mientras el boleto físico queda guardado en la caja fuerte de la administración. Si el premio es inferior a 2.000 euros, el importe se ingresa automáticamente en la cuenta asociada a la compra y, de nuevo, será responsabilidad del comprador repartir después el dinero según lo pactado con los demás participantes.
En caso de premios superiores a 2.000 euros, el cobro ya no puede hacerse online: hay que acudir a una entidad bancaria colaboradora con Loterías y Apuestas del Estado y acreditar la identidad. Si el décimo era compartido, es fundamental que todos los que figuran como copropietarios puedan demostrarlo (con los mensajes de WhatsApp, correos o documentos en los que conste claramente el reparto).
