En un avance revolucionario que podría cambiar el panorama del bienestar y la medicina deportiva, científicos de la Universidad de Washington han develado el desarrollo de una píldora que promete imitar los beneficios de un entrenamiento físico en el gimnasio. Este descubrimiento, presentado en la reunión de primavera de la Sociedad Química Americana (ACS), ofrece esperanza no solo para aquellos que buscan mantenerse en forma sin el tiempo o la capacidad para ejercitarse regularmente, sino también para pacientes que sufren de atrofia muscular, insuficiencia cardíaca, obesidad, y declive en la función renal asociados con la edad o enfermedades crónicas.
El equipo de investigación, liderado por el profesor asociado Bahaa Elgendy, ha desarrollado un compuesto, denominado SLU-PP-332, que activa las tres formas de proteínas especializadas conocidas como receptores relacionados con el estrógeno (ERR), que normalmente se estimulan durante el ejercicio físico. Este logro es significativo porque replica el impacto metabólico, el rendimiento y el crecimiento de las células musculares que normalmente se observan con la actividad física. Además, experimentos en ratones han demostrado que este compuesto aumenta un tipo de fibra muscular resistente a la fatiga, mejorando la resistencia de los animales.
Protegen de afecciones como la insuficiencia cardíaca o el Alzheimer
Para optimizar estos descubrimientos y desarrollar variantes que puedan ser patentadas, el equipo diseñó nuevas moléculas que fortalecen la interacción con los ERR y provocan una respuesta más fuerte que la del SLU-PP-332 original. Estas moléculas que se presentan en tres formas: ERR, ERR y ERR, han demostrado, en comparaciones de potencia basadas en la expresión génica de células del músculo cardíaco de rata, una capacidad superior para simular los efectos del ejercicio, apuntando a una prometedora aplicación futura en humanos.
La investigación preliminar sugiere que el compuesto SLU-PP-332, y sus variantes más potentes, podrían ofrecer una nueva estrategia para combatir condiciones relacionadas con el estilo de vida y el envejecimiento como la obesidad, la insuficiencia cardíaca o el deterioro de la función renal que sucede con la edad, además de trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer.
