Al revés de lo que ocurre en la película No mires arriba (Don't Look Up), la NASA ha enfatizado la importancia de mantener la calma respecto a la aproximación del asteroide Apophis aunque el que le hayan bautizado con semejante nombre no es nada tranquilizador. Los titulares sobre la llegada del apocalipsis son muy jugosos, pero para eso ya está la Ciencia, para poner los pies en la Tierra.
Por eso, a pesar de las preocupaciones iniciales sobre un posible impacto cuando se observó este asteroide por primera vez en 2004, estudios recientes y observaciones detalladas han disminuido significativamente cualquier temor de colisión. La agencia espacial insiste en que, aunque el paso del asteroide será notablemente cercano, no representa una amenaza alarmante para la Tierra.
Esta postura tranquilizadora se basa en un análisis exhaustivo de la trayectoria de Apophis y en el conocimiento acumulado sobre su comportamiento y características. La NASA continúa monitoreando el asteroide y otros objetos cercanos a la Tierra, asegurando una vigilancia constante y una respuesta oportuna ante cualquier cambio potencial en sus rutas.
A lo largo de los años, la NASA y varios expertos han emitido numerosas advertencias sobre asteroides y otros objetos que se acercan a nuestro planeta en distintos grados. Uno de los más destacados es Apophis, un asteroide que se compara en tamaño con el famoso rascacielos Empire State Building. Aunque no representa una amenaza inminente, repetimos, y se espera que su aproximación más cercana ocurra alrededor de 2029, su gran envergadura y proximidad han generado considerable atención.Una nave espacial camino del asteroide
Con un tamaño estimado de 340 metros, un impacto de este cuerpo celeste podría tener consecuencias graves. No obstante, este antiguo fragmento del sistema solar temprano se ha convertido en un punto focal de interés científico. La misión OSIRIS-REx, que recolectó material del asteroide Bennu en 2020, está programada para emprender una misión extendida hacia Apophis, convirtiéndose en OSIRIS-APEX (OSIRIS-Apophis Explorer).
Este asteroide ofrece una oportunidad única para estudiar las características de estos objetos y entender mejor su composición y comportamiento en el espacio. Además, los datos recolectados también serán fundamentales para evaluar el posible daño que podrían causar en el evento hipotético de una colisión futura. Aunque insisten que es una preocupación que se extendería más de cien años.
Apophis, descubierto en 2004, está compuesto principalmente de silicatos, hierro y níquel, y se identificó inicialmente como una posible amenaza para un impacto en la Tierra en el año 2029, cosa que en 2023, según los datos recopilados estos años, sabemos que no es cierto, de hecho pasará a unos 31.860 km de la superficie terrestre el 13 de abril de 2029.
A pesar de esto, el asteroide todavía es motivo de preocupación debido a su paso relativamente cercano a la Tierra, que se espera que sea a menos de una décima parte de la distancia a la Luna y dentro de las órbitas de algunos satélites terrestres geosincrónicos, pero lo que está claro es que descartan que impacte contra la Tierra y corramos la suerte de los dinosaurios.