Realtime Worlds, los desarrolladores del reciente APB, y creadores del primer Crackworld, han pasado a estar bajo administración externa, o, lo que es lo mismo, la compañía ha sido intervenida económicamente, como un mecanismo regulador dentro de la legislación británica, y paso previo a la declaración de bancarrota y convocatoria de un concurso de acreedores, en caso de que los administradores no consigan reconducir las finanzas de la empresa.
TIGA, la asociación de empresas del sector de los videojuegos británica, ha expresado su pesar por la situación de este estudio, afirmando que "es algo muy triste para Realtime Worlds, la ciudad de Dundee, y las industrias escocesa y británica del videojuego."
El futuro de la compañía está en el aire, así como el de su juego APB, aunque la continuidad de su juego en línea debería estar asegurada por parte de su editora, Electronic Arts.
Justo durante el día de ayer se confirmaba que se habían realizado hasta treinta despidos para reducir plantilla en la desarrolladora.
