La Asamblea Nacional venezolana sigue en su progreso haica la prohibición total de juguetes y videojuegos violentos en el país, proceso iniciado en septiembre, a raíz de considerar que estos juguetes y videojuegos son los causantes de los elevados niveles de violencia y criminalidad del país. En unas pocas semanas se realizará la votación final.
En 2005, y bajo orden de Hugo Chávez, el gobierno dejó de informar sobre el volumen de asesinatos en Venezuela, pero el Ministerio de Justicia informó en 2008 de que la media era de 152 homicidios semanales.
Los críticos a la prohibición de videojuegos y juguetes presuntamente violentos alegan que es sólo una medida publicista destinada a tranquilizar a algunos padres. El gobierno, y quienes lo apoyan, han afirmado que juegos como Counter Strike, GTA IV y otros son muy populares entre los adolescentes de clase media. El congresista José Albornoz se escandalizó cuando se le presentaron algunas escenas de GTA IV.
Si se aprueba la ley, quedará prohibida la importación, fabricación, distribución y venta de cualquier tipo de juego violento o juguete belicoso. La oficina defensora del consumidor venezonano será el organismo que decidirá qué se censura, con capacidad de imponer multas de hasta 128.000 dólares estadounidenses.
También se ha señalado que esto sólo servirá para potenciar la ya de por sí elevada piratería del país, y que saturará a la oficina de defensa del consumidor, que ya tiene suficiente trabajo con intentar regular la inflación, regular el precio de los alimentos, y que cuenta con sólo 163 inspectores. Según señala el legislador Tomás Sánchez, opositor a la medida, esta medida "es una mascarada que les permita decir que hacen algo contra la tasa de criminalidad, mientras esconden el hecho de que las políticas anteriores han fallado."
