Ya queda muy poco para disfrutar de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, que se pondrá a la venta el 12 de mayo, y que como os contamos en nuestras impresiones, tiene una pinta espectacular. Para hacer más llevadera la espera, cada día de aquí hasta su lanzamiento vamos a repasar un juego de la saga, desde los más recientes hasta los más antiguos.
The Legend of Zelda: Skyward Sword (2011)
The Legend of Zelda: Skyward Sword es una de las entregas más peculiares y divisivas que podemos encontrar en esta icónica saga creada por el legendario Shigeru Miyamoto. A priori, estamos ante un título que sigue a pies juntillas los pasos marcados por anteriores entregas y, en especial, por la base establecida en el inolvidable The Legend of Zelda: Ocarina of Time. De esta manera, su estructura nos invita a recorrer una serie de regiones con biomas muy diversos en busca de unos templos que albergan una serie de poderes y artefactos que nos permiten proseguir en nuestro viaje por derrotar a Grahim, el villano de la función.
Sin embargo, Skyward Sword destacó, más allá de por su inconfundible estilo artístico o las bellas melodías que componen su banda sonora, por su posición en la cronología y, sobre todo, por romper todos los esquemas establecidos en la serie hasta el momento a nivel jugable gracias a un control fresco e innovador que nos permitió usar el Wii Mote para blandir la mismísima Espada Maestra y el Nunchuck para defendernos con el Escudo Hyliano. Como decíamos, una apuesta arriesgada que no acabó de convencer a todos los fans por la imprecisión de algunas acciones, pero que sin duda convirtió a esta entrega en algo único y especial al tratar de exprimir al máximo las capacidades que ofrecía Nintendo Wii.
El inicio de la cronología de Zelda
Skyward Sword es un The Legend of Zelda sumamente importante para comprender el origen de ciertos elementos que son reconocibles incluso para aquellos que están menos familiarizados con la franquicia, como por ejemplo la Espada Maestra o la Trifuerza. Se trata, por tanto, del punto de partida de la cronología de la serie, un detalle que fue muy destacado durante su campaña de promoción. A pesar de que en la saga podemos encontrar muchas historias que funcionan de manera independiente y que, por tanto, no requieren que hayamos jugado a otros juegos, la influencia de los acontecimientos que se narran en Skyward Sword siempre está presente en mayor o menor medida.
Un control por movimiento con margen de mejora
Llegamos al que es, sin lugar a dudas, el aspecto más controversial de Skyward Sword: los controles por movimiento. ¿Por qué el equipo comandado por Eiji Aonuma optó por este sistema en lugar de uno más tradicional al estilo de las entregas previas? Para contestar a esta cuestión tenemos dos respuestas claras: satisfacer la demanda de aquellos que pedían un evolución de los controles de la versión de The Legend of Zelda: Twilight Princess para Wii y desarrollar un título exclusivo atractivo para vender el Wii Motion Plus, un periférico que permitía al Wii Mote captar los movimientos del jugador con mucha más precisión.
Lo más fascinante del control de Skyward Sword es que todos los elementos que componen la jugabilidad -combates, rompecabezas, movilidad, uso de objetos clave, etcétera- fueron expresamente diseñados para aprovechar las características del nuevo aparato. De esta manera, tanto los enemigos recurrentes como los jefes finales cuentan con patrones de ataque y movimientos que nos obligan a observarlos con atención antes de lanzar tajos a diestro y siniestro, algo que aportó una pequeña dosis de estrategia a los enfrentamientos. Lo mismo ocurre con los puzles, que en este título presentan desafíos ingeniosos, y los objetos clave, pensados también para sacarle partido a esta tecnología.
A pesar de sus innegables bondades, es justo decir que la ejecución dista de ser perfecta. En ocasiones, el control por movimiento es un tanto impreciso y puede llegar a dejarnos vendidos, dando lugar a situaciones frustrantes que hacen que muchos prefieran los controles clásicos de anteriores entregas. Es por ello que recomendamos jugar a Skyward Sword en su remaster HD para Nintendo Switch, una versión que no solo añade controles más tradicionales para los veteranos, ajustes de calidad de vida y ofrece una resolución y tasa de fotogramas por segundo mayor, sino que mejora notablemente los controles por movimiento.
¿Demasiado guiado y limitado en su exploración?
Otro de los apartados más divisivos de Skyward Sword tiene que ver con su enfoque lineal. Debido a la importancia que cobró la historia en esta aventura, sus desarrolladores se vieron obligados a limitar un poco más la libertad de movimiento del jugador. Por supuesto, como buen Zelda que se precie, su mundo está repleto de secretos, enemigos que combatir, mazmorras que investigar y otro tipo de tareas secundarias, aunque es cierto que no hay tanto margen para la exploración y, en general, las regiones se sienten más pequeñas y con límites más claros. Aún así, no nos negaréis que surcar los cielos a lomos de nuestro fiel Pelícaro fue todo un acierto.
Imprescindible para entender el cambio de rumbo
Puede que no sea el Zelda más redondo de todos y que se quede un peldaño por debajo de los mejores representantes de la saga, pero Skyward Sword es un juego con mucho valor que nunca dejaremos de reivindicar. Es una entrega valiente que nos cuenta una historia fascinante que atrapa desde su primer minuto con personajes carismáticos y toma riesgos a nivel jugable, todo ello aderezado con una magnífica dirección de arte y una música para el recuerdo. Además, es una obra imprescindible para entender el gran cambio de fórmula que supuso The Legend of Zelda: Breath of the Wild.
A continuación podéis consultar los anteriores artículos de nuestra cuenta atrás hasta Tears of the Kingdom:
