Para muchos 1998 es el mejor año de la historia de los videojuegos. En solo doce meses llegaron a nuestras manos títulos como Metal Gear Solid, Resident Evil 2, Baldur's Gate, Grim Fandango, The Legend of Zelda: Ocarina of Time o Half-Life, poniendo patas arriba a la industria y haciendo disfrutar como nunca antes a todos los jugadores del mundo.
Entre todos esos juegos está también uno de los referentes del género de la estrategia, un juego que llegó a nuestros ordenadores el 31 de marzo de 1998 (un año después llegaría a Mac, y también a Nintendo 64 en el 2000), un título conocido por el nombre de StarCraft que fue desarrollado por Blizzard Entertainment, la "vieja Blizzard" y que hoy mismo cumple sus primeros 25 años de vida como lo que fue, es, y siempre será, un icono de uno de los géneros más importantes en PC.
Una gran historia y tres razas que marcaron época: Terran, Zerg y Protoss
Muchos de los que estéis leyendo estas líneas tendréis un montón de recuerdos y de vivencias con StarCraft y para muchos será un título especial por diversos motivos.
Para el que os escribe quizás las dos claves más importantes fueran cómo se narraba la historia en StarCraft y sus tres razas tan diferentes entre si.
Hasta ese momento en la estrategia se nos contaban historias, sí, pero en la mayoría de los casos eran más una especie de excusa para mantener una trama ligera y un motivo para luchar más que otra cosa, mientras que con StarCraft se llegaba al siguiente nivel en el género, tanto por la interpretación de sus actores de voz como por la propia historia en si y la importante carga narrativa que aportaban incluso sucesos que ocurrían en las propias misiones de cada una de las tres campañas de diez misiones para cada raza.
Y ahí está, precisamente, otro de los puntos clave, las tres razas y todas las diferencias que hay entre ellas no solo a nivel estético, sino en todos los matices y diferencias que hay en sus unidades, la forma con la que debemos de jugar con cada una de ellas o incluso como debemos de construir o hacerlas avanzar para ser más poderosas. Hasta la publicación de StarCraft no había nada similar y estábamos acostumbrados a que las diferencias entre ambos bandos fueran mayoritariamente estéticas a excepción de pequeños detalles.
Además todas las razas estaban bastante bien equilibradas y se podían beneficiar de diversas tácticas que debíamos de aprender a medida que íbamos avanzando en la campaña, lo que hacía que al comenzar a jugar con cada una de ellas tuviésemos que prácticamente aprender a jugar de nuevo a un título que, de base, resultaba enormemente divertido, desafiante y satisfactorio.
El multijugador y una auténtica locura en los esports
Dejando de lado la campaña, las tres razas y los altos valores de producción, otra de las claves del éxito de StarCraft fue sin duda su modo multijugador, el diseño de sus mapas, el buen equilibrio de sus partidas o el gran funcionamiento para la época de Battle.net, además de lograr una muy buena acogida en los cada vez más populares cibercentros de la época, en los que muchos jugamos nuestras primeras partidas "en multi", utilizando estrategias de lo más variopintas como los rush de "perrillos" Zerg o intentar abusar de los cañones de fotones Protoss o buscar lanzar la bomba nuclear Terran para destrozar a nuestros enemigos.
A este éxito online también contribuyó la comunidad creando sus propios mapas, modos de juego y mods de lo más divertidos incluyendo incluso toques roleros y, por otro lado, los esports también fueron otra de las claves del éxito, sobre todo en Corea del Sur, país en el que StarCraft se convirtió en prácticamente un deporte nacional reuniendo a miles de personas para ver la final de una liga que se celebró en un aeropuerto y en el que sus participantes Flash y EffOrt, entraban como si se tratasen de estrellas de las MMA:
El fantástico inicio de una saga que esperemos no haya llegado a su final
Esta primera entrega fue el primer episodio de una historia de éxito a nivel de licencia, dando pie primero a una expansión, Brood War, que se lanzó en noviembre de ese mismo año, además de a un montón de libros y productos de marketing relacionados con su universo de ciencia ficción y algunos de sus personajes más carismáticos como Sarah Kerrigan, Zeratul o Jim Raynor, profundizando aún más si cabe en su historia.
En 2010, doce años más tarde y con un juego cancelado por el medio, StarCraft: Ghost, nos llegó la primera de las tres entregas que compondrían StarCraft II con StarCraft II: Wings of Liberty, al que luego se sumarían StarCraft II: Heart of the Swarm y StarCraft II: Legacy of the Void para completar las entregas actuales de la saga hasta ahora (sin contar con StarCraft: Remastered, una versión remasterizada de la primera entrega que llegó en 2017).
:)— Mike Ybarra (@Qwik) January 20, 2022
El gran interrogante es saber si StarCraft II significó el final de la saga o de si Blizzard tiene planeado darnos alguna sorpresa durante los últimos años. No creemos que sea este 2023 en el que el principal protagonista será Diablo 4, pero por qué no soñar con un eventual StarCraft III en 2024, sobre todo si tenemos en cuenta que Mike Ybarra, presidente de Blizzard, ha jugueteado en ocasiones con la posibilidad del retorno de la saga.