Fortnite es un fenómeno que traspasa fronteras y ámbitos, llegando a convertirse en un problema en algunos colegios y escuelas. Por eso, si no se puede luchar contra ello, ¿por qué no usarlo como arma para hacer más atractivas las clases? Eso pensó un profesor de educación física de un instituto de Nueva York, que ahora ha sido despedido de su puesto por jugar con sus alumnos al battle royale.
Usaba el videojuego como atractivo y recompensa
Brett Belksy, informa el New York Post, había sido un irreprochable profesor de educación física en su instituto de Brooklyn, Nueva York. De 29 años, Belksy había desempeñado sus tareas sin problema alguno, al menos hasta la irrupción de Fortnite, todo un problema en los institutos del país en su formato para teléfonos móviles.
Todo ocurrió cuando, tras jugar durante más de 20 minutos con dos de sus alumnos, fue despedido. El profesor alega que se debió a una manera de conciliar una disputa y una discusión entre dos de sus estudiantes, que se peleaban por un tema relacionado con el videojuego de Epic Games. Por eso, y para llegar al fondo de la cuestión, decidió jugar una partida con ellos. La partida, según el docente, fue un premio. Si estudiaban y rendían bien en sus clases, tendrían un premio en forma de partida a Fortnite.
"Como profesor siempre debes buscar la mejor forma de llegar a tus alumnos", explica Belsky. "Esto niños, de 11 y 12 años, hablan sobre videojuegos. Y les dije que si hacían bien sus tareas, podíamos jugar una partida juntos", explicaba. Además, el profesor admite que para que esto tuviese una aplicación lectiva pidió permiso a los padres. Sin embargo, uno de los críos no recibió el permiso de su padre, que acudió al centro a quejarse.
Tras varios meses en un centro de reciclaje en el departamento de educación de Nueva York, Belksy fue despedido. "Los empleados de los colegios no deben interactuar a través de internet con sus alumnos, más allá de las medidas lectivas y razones de docentes. El señor Belsky incumplió esta norma y por eso fue despedido, además de por su rendimiento general", concluía un portavoz del departamento. El profesor admite que quizás debería haber explicado mejor sus métodos o haber llevado la idea a más altas instancias. Según explica el New York Post, recurrirá la sentencia y la decisión del departamento.
