Tras su salida de Konami, Hideo Kojima pasó varios meses recorriendo los principales estudios de desarrollo de videojuegos del mundo buscando la tecnología que le permitiese realizar su siguiente título, Death Stranding. Los afortunados fueron los responsables de Guerrilla Games, creadores de Killzone Shadow Fall y Horizon: Zero Dawn, que le cedieron el conocido Decima Engine. Ahora su director técnico, Michiel van der Leeuw explica cómo fue esa relación.
Una relación intensa y productiva
"Los que tenemos una naturaleza de inventores, como nosotros en Guerrilla, no queremos únicamente hacer cosas. También nos gusta compartirlas", explica van der Leeuw. "Compartir nos hace más fuertes.
Alguna vez no te dan nada a cambio, pero al menos te lo agradecen, que eso siempre está bien. Sin embargo, algunas veces, descubres alguien que está en sintonía contigo y te ofrece toda esa energía creativa", añade.
"En resumidas cuentas se trata de puro código, en cualquier caso. Es la mente del creativo y su enfoque lo que realmente importa. Le dimos a Kojima Productions el motor como muestra de confraternidad entre estudios afines a Sony", comenta. "Ellos perdieron toda su tecnología, y habría estado muy feo no compartir la nuestra. Pero no esperábamos que íbamos a tener tanta química como estudio con otro equipo que está en el otro punto del mundo. La colaboración ha sido muy intensa", comentaba.
"Tenemos prioridades muy similares. La manera en la que trabajamos, en la que mantenemos el código limpio, la forma en la que priorizamos la eficiencia, el sistema en el que se tienen que construir los elementos de la jugabilidad. Pero en algunos aspectos, tenemos grandes diferencias. Por ejemplo, para ellos el fotorrealismo es mucho más importante que para nosotros", concluía.