Sony ha anunciado un año de récord en beneficios gracias a su división de videojuegos, continuando con el giro positivo de la compañía desde hace unos años.
Sony espera que el beneficio operativo crezca un 18% hasta los 7700 millones de dólares a finales del año fiscal, superando las previsiones de los analistas y la propia compañía.
Más de un tercio del beneficio proviene de PlayStation, y se cita Spider-Man -lanzado en septiembre- como uno de estos contribuyentes. Se confirmó que había sido el juego más rápidamente vendido en la historia de Sony, y es el séptimo juego lanzado en una PlayStation con mejores ventas en su primer mes.
Otro de los juegos que está ayudando a mejorar los resultados -y no sólo de Sony- es Fortnite. Fortnite Battle Royale es gratuito pero cuenta con objetos virtuales -por ejemplo, apariencias- de pago. Gracias a los 86 millones de consolas la base de jugadores es muy grande, lo que supone mucho dinero para Sony con cada microtransacción. Microsoft, por ejemplo, anunció la semana pasada que la mitad de la subida en el 36% de los ingresos por juegos y servicios se debía al juego de Epic.
La división de electrónica, que fue tan importante en los 80 y 90, no daría números positivos por la alta competencia de productores de televisión y equipos de sonido de precios bajos, mientras que en los últimos años Sony ha preferido centrarse en el hardware de gama alta y los videojuegos.
Éxito en los juegos de móviles
Sony todavía no produce un gran número de juegos para el mercado móvil, pero Fate/Grand Order está superando todas sus previsiones en Asia, y en Estados Unidos está consiguiendo nuevos jugadores.
Para el año fiscal que termina en marzo de 2019 Sony espera un crecimiento en el beneficio neto del 44% hasta los 705.000 millones de yenes.
