Batman: Arkham Origins

Una precuela de la saga Arkham, protagonizada por un Batman más joven e inexperto en Navidad

Después de los triunfales Batman: Arkham Asylum (2009) y Batman: Arkham City (2011) desarrollados por Rocksteady Studios, Warner Bros. nos ofrecía una nueva ración de las aventuras del Hombre murciélago, en esta ocasión con un juego desarrollado por un estudio distinto, WB Games Montreal, que volvía a ser una aventura de acción en mundo abierto, en forma de precuela, que transcurre ocho años antes de Arkham Asylum.

Ambientado en la ciudad de Gotham City en el día de Nochebuena, controlamos a un Batman novato que se tiene que enfrentar a Máscara Negra, que ha contratado a ocho asesinos para acabar con él, en una historia en la que poco a poco iremos descubriendo la verdad detrás de este complot, mientras se encuentra por primera vez con personajes que se convertirán en figuras clave en su vida, tanto aliados como enemigos, como el mítico Joker.

Así tenemos un juego bastante continuista respecto a lo visto en Batman: Arkham City, una aventura de acción en mundo abierto con un elaborado sistema de combate cuerpo a cuerpo, exploración, sigilo y resolución de puzles, en un escenario que esconde multitud de secretos, misiones y desafíos, siendo los momentos álgidos de la aventura los elaborados enfrentamientos contra jefes finales, con villanos como Deathstroke, Bane, Copperhead o Deadshot. Como gran novedad esta entrega incluyó un curioso modo multijugador, en el que dos equipos de jugadores controlando a pandilleros, un equipo liderado por el Joker o otro por Bane, se enfrentan a tiros, mientras dos jugadores elegidos al azar asumen el papel de Batman y Robin, teniendo que acabar con todos.