Hace unas semanas os contábamos en nuestras impresiones de El disco índigo que la segunda parte de El tesoro oculto del Área Cero, la expansión de Pokémon Escarlata y Púrpura, pintaba muy bien, especialmente para aquellos que llevaban tiempo buscando un reto en la saga fuera del juego online. Efectivamente, el DLC que llegó a nuestras Switch el 14 de diciembre es un cierre fantástico a nuestra aventura por Paldea, una conclusión que nos ha encantado por su desafío, su estructura, su nuevo mundo abierto y hasta por la historia.
Una nueva Liga Pokémon en la Academia Arándano
La trama de El disco índigo continúa justo donde lo deja La máscara turquesa, la primera parte de la expansión que, aunque es más floja que esta, es igualmente disfrutable y es necesario jugarla para poder empezar este contenido. Aquí nos convertimos en estudiantes de intercambio de la Academia Arándano, un centro de estudio futurista que se encuentra en Teselia (la región de Pokémon Blanco y Negro, lo que se suma a las especulaciones sobre un remake de esos juegos).
Allí nos volveremos a encontrar con los personajes que conocimos en el anterior DLC; no queremos detenernos mucho en la historia para, primero, evitar cualquier tipo de destripe argumental, y segundo, porque al fin y al cabo estamos hablando de la narrativa de un RPG de Pokémon, que no son precisamente el culmen del buen guion. Pero como ya ocurría con cierta trama del juego principal, lo que se cuenta en El tesoro oculto del Área Cero es emotivo, importante para niños y adolescentes, y termina construyendo el mejor rival de la saga. Tampoco se olvida del lore en la última parte del contenido, centrada en conseguir al nuevo Pokémon legendario Terapagos, sobre todo con un final secreto que no responde a todas las preguntas abiertas en la aventura, pero que sí da una conclusión atractiva a la novena generación del RPG de Game Freak.
Pero lo más divertido de El disco índigo está en todo lo que viene antes de esa nueva visita al Área Cero. La Academia Arándano tiene su propia Liga Pokémon organizada por los estudiantes. Como no podía ser de otra manera, tendremos que derrotar a los cuatro miembros del Alto Mando y al Campeón. Todos son combates dobles, y todos son geniales. Hacía mucho tiempo que no nos encontrábamos con un reto así en las entregas principales de la saga. Al ir con Pokémon de nivel similar al de los oponentes (alrededor del 80), hemos sudado con varios de esos enfrentamientos, que nos han obligado a hacer retoques en los equipos, a entrenar a otras criaturas y a utilizar un montón de Revivir y objetos curativos para vencer.
Esto se debe a que en esos enfrentamientos siempre te sorprenden, sacando a relucir cuánto ha mejorado el sistema de combate de la serie en la novena generación, tanto con los teratipos como con los nuevos Pokémon, sin olvidarnos de los movimientos inéditos. Pero el reto no se limita a los cinco del Alto Mando. Hasta los Entrenadores que pululan por el Biodomo, el mundo abierto de El disco índigo, nos han puesto contra las cuerdas en más de una ocasión, sobre todo porque nos enseñan (por las malas) sinergias entre Pokémon y movimientos en los combates dobles que no nos esperábamos. En resumen, quien eche de menos el reto de los Pokémon Perla y Diamante originales, o quien disfrutara a lo grande con el auténtico final de Leyendas Pokémon Arceus, aquí se lo pasará genial.
La nueva estructura: misiones y puntos
Sin embargo, para acceder a los combates contra el Alto Mando antes hay que pasar por los Retos del Alto Mando, una serie de pruebas sencillitas pero casi siempre curiosas, que tienen cuota de entrada en forma de Puntos Arándano. Se consiguen con unas nuevas misiones, las TEA. Siempre tenemos tres mientras estamos en el Biodomo, y pueden ser actividades tan sencillas como, por ejemplo, sorprender a un Pokémon por la espalda, hacer una foto a un Pokémon que esté nadando o derrotar a diez criaturas en el Combate Libre o manejando directamente nosotros al Pokémon con el novedoso Sincromisor. Al completar diez TEA se desbloquea una especial que da más puntos y es más difícil, como derrotar a un Pokémon teracristalizado salvaje, y también existen misiones para hacer en cooperativo que dan mejores recompensas.
Aunque temíamos que este sistema conllevara una estructura rutinaria en la que tuviéramos que hacer tareas repetitivas para avanzar por la aventura, finalmente no es así gracias a que las misiones son tan sencillas que las hacemos sin darnos cuenta. Simplemente atrapando a los Pokémon nuevos que nos encontrábamos en el Biodomo y combatiendo contra los Entrenadores que veíamos nos hicimos con puntos más que de sobra. Pero estos puntos no se usan solo para eso, sino, entre otras cosas, también para personalizar estéticamente la sala del Club de la Liga Pokémon, para añadir más opciones al modo foto y para personalizar el avatar con maneras diferentes de lanzar las Poké Ball.
Lo más interesante a la hora de gastar esos PA está en la posibilidad de invitar a los líderes de gimnasio de Paldea y otros personajes al Club de la Liga, lo que nos permite combatir de nuevo contra ellos, conseguir recursos útiles para la crianza, y si invitamos a más de uno, ver cómo conversan entre ellos y se desarrollan sus historias, simples pero cálidas. Otro uso aún más útil para esos puntos está en la posibilidad de ampliar la cantidad de especies que aparecen en el Biodomo, en concreto con todos los Pokémon iniciales de las generaciones anteriores.
Un nuevo mundo abierto donde volver a conseguir a Bulbasaur
El mencionado Biodomo, por cierto, es un mundo abierto artificial subacuático dividido en cuatro ecosistemas de tamaño casi idéntico. Allí nos encontraremos más de 100 Pokémon nuevos contando los que proceden de anteriores entregas de la saga, las formas de Alola y de Hisui que se han incorporado, y algunas criaturas totalmente nuevas. Un montón de monstruos de bolsillo que añadir a nuestra Pokédex y con los que generar estrategias que no habíamos probado. Además, el lugar está repleto de cuevas y secretos, es muy vertical, y tras completar la aventura, podremos explorarlo volando, no solo planeando.
Como veis, hay mucho en El disco índigo más allá de las aproximadamente ocho horas que os puede llevar ver los créditos sin entretenerse demasiado, pero la duración más que se duplica para completar la Pokédex y para conseguir los Pokémon legendarios. El DLC ha aprovechado para traer de vuelta a un montón de criaturas de leyenda y singulares, algunas de ellas con metodología de capturas muy curiosas, y otras que se encuentran al seguir las pistas de cierto personaje, con las que debemos revisar con atención el mapa de Paldea.
Aunque nos gustaría cerrar alabando los nuevos temas de la banda sonora y los remixes, y aplaudiendo otra vez la excelente localización al español, es imposible pasar por alto lo técnico. Ya dijimos en el análisis del juego principal que Pokémon Escarlata y Púrpura es el mayor desastre en cuanto a rendimiento y estabilidad que jamás ha publicado Nintendo. Se podría intuir que aprovecharían los contenidos adicionales para lanzar actualizaciones con las que hicieran algunos ajustes aquí y allá con los que aliviar los problemas. Lo que no se nos pasó por la cabeza es que tras el estreno de El disco índigo funcionara todavía peor, con más interrupciones de la partida que duran varios segundos, con cierres espontáneos más habituales, con más momentos en los que la cámara se vuelve loca y muestra lo que hay más allá de los límites de lo que debería ser visible.
Conclusión
Es una lástima que al final Pokémon Escarlata y Púrpura siempre vayan a ser recordados así, como juegos cuyo mundo, Paldea, inspirado en España, parece sostenido con tiritas, a punto de derrumbarse en cualquier momento. Porque ya en el estreno eran, en cuanto a diseño de juego, las mejores entregas de la saga. Y tras El tesoro oculto del Área Cero, la novena generación de Pokémon es todavía mejor, con una historia simple pero capaz de emocionar; con un montón de combates dobles desafiantes capaces de satisfacer a los más exigentes con la dificultad; y con una Pokédex interesante tanto por su variedad como por la viabilidad en el juego competitivo de sus especies.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para El tesoro oculto del Área Cero facilitado por Nintendo Ibérica.