El acontecimiento que supone el lanzamiento de una nueva consola, está prácticamente ligado al acontecimiento que supone el lanzamiento de un nuevo Ridge Racer. La saga de conducción de Namco Bandai se apunta con asiduidad al lanzamiento de cada nueva máquina. Lo ha hecho con todas las de Sony, con Xbox 360 y con Nintendo 3DS. Por supuesto el lanzamiento de Vita no podía ser menos. Lo más curioso es que la saga en los últimos tiempos no suele ofrecer más entregas que la presentada en el lanzamiento. Esto puede llevar a pensar un par de cosas, que el juego no funciona y desde la compañía nipona no escarmientan, o bien lo más lógico, un inteligente plan de marketing que les presenta con asiduidad como único juego de conducción durante las primeras semanas y además con un renombre ganado con los años. Sin embargo, aunque este plan quizás sea fructuoso para la compañía, en ocasiones no lo es para una buena parte de los jugadores y la crítica.
Ridge Racer en PS Vita ha sido duramente criticado por su escaso contenido. Desde Namco Bandai afirmaron que todo se debía a un nuevo método experimental que consistía en ofrecer poco material por poco precio y luego ir añadiendo más contenido a través de los queridísimos DLC. Por supuesto, las voces que se alzaron en contra de este método no se hicieron esperar. Además, el precio rondando los 35 euros no era para nada barato si miramos a otros títulos como Dark Quest que se ofrecía a menos de 25 euros ofreciendo un contenido infinitamente más amplio. Sin embargo, poco tiempo después Hideo Teramoto afirmó que sólo habían tenido 8 meses para desarrollar el título de PS Vita, así que seguramente las prisas por tenerlo el día del lanzamiento fueron las verdaderas razones en las que presentaron este título que bien podría llevarse el apelativo de inacabado.
Siguiendo el modelo 3DS y PSP
En un momento en el que los jugadores se desviven por los poderosos Forza y Gran Turismo 5 o simuladores que siguen el modelo más realista como F1, otra buena parte de los amantes de la conducción disfrutan más con el entretenimiento más directo y sencillo que ofrece el modelo arcade de Ridge Racer. Nada de suspensiones nuevas y neumáticos semi blandos, tira de nitro y no toques el freno.
En el apartado jugable no hay demasiado que destacar, siguiendo una línea continuista especialmente con los títulos de PSP y 3DS, sobre todo de este último se nota la importación de algunos elementos escenográficos, sistemas de reflejos y uso de nitros, así como algunos menús. Sin embargo, aunque en la pista las cosas no cambian mucho, si lo hacen fuera de ellas.
El sistema general del juego es completamente diferente. Al principio del mismo tendremos que escoger entre un equipo de cuatro disponibles, así como indicar nuestra localización actual (Argentina, Japón, etc...) Una vez realizado pasaremos a un menú que comienza a crearnos una gran confusión. Prácticamente el 50% de este menú principal hace referencias a opciones sociales o de datos (trofeos, ranking, estadísticas o vídeos de las carreras). Incluso encontramos nuevas opciones como la de Hero Interview que consiste simplemente en una frase que dice nuestro corredor.
También tenemos el garaje con cinco modelos de coches, exactamente los cinco disponibles en todo el juego y cuya una diferencia es el diseño, puesto que todos tienen la mismas características de potencia y maniobrabilidad. A medida que ganemos carreras, subiremos de nivel, nuestro coche subirá de categoría y nos haremos con unos créditos para comprar una serie de mejoras para el coche. Dentro de estas mejoras situadas como un árbol de habilidades, encontraremos algunas que simplemente son textos a modo de consejos dentro de la carrera.
Durante todas estas opciones, los menús y opciones se presentan de manera confusa y no demasiada clara. Por ejemplo, la opción de carreras de un jugador se presenta en un icono particularmente pequeño, lo que da que pensar que el título prefiere destacar su vertiente multijugador, quizás debido a sus más que confirmadas carencias.
Tanto en la vertiente del juego en solitario como online, sólo tendremos tres circuitos diferentes (normal y reverse). Como decíamos al principio del artículo, seguramente causado por las excesivas prisas para presentar el título en el momento del lanzamiento de la consola. Se espera que durante las siguientes semanas se vaya incluyendo más material a modo de contenido descargable, una opción que no gusta demasiado.
Con tan sólo tres circuitos, en dos horas seremos capaces de conocer cada uno al milímetro, además ya habremos conseguido unos créditos, mejorado nuestro coche y por lo tanto sin necesidad de esforzarnos podremos quedar siempre en primera posición en el modo un jugador. Es un juego arcade, y como tal no pedimos una conducción realista, sin embargo con la escasez de circuitos y esta extrema facilidad, hace que la vertiente de un jugador sea especialmente aburrida. Así pues, el título parece querer destacar sus funciones online, las cuales consiguen atenuar el escaso contenido, aunque también contiene otros defectos propios del multijugador.
En primer lugar, cuando iniciamos el modo multijugador, conseguir entrar a una carrera con otros jugadores de nuestro nivel es algo difícil. Suponemos que una vez el juego se venda en todo el mundo este factor será menos problemático. Por otro lado, si comenzamos una carrera rápida, con toda seguridad nos encontraremos con otros jugadores con coches de más rango, y por lo tanto imposibles de superar, resignándonos a una penúltima posición en el mejor de los casos.
También tendremos la opción de competir en solitario en el modo Ghost, e incluso mediante la aplicación Near podremos subir nuestros mejores tiempos para que otros jugadores puedan descargárselos y competir mediante el modo fantasma.
En resumen, podemos decir que el título plantea un contenido muy escaso, con sólo 5 coches (similares) y tres circuitos. La experiencia en un jugador es prácticamente inexistente, y la correspondiente al modo online es, por el momento, extremadamente desigualada. Encontramos muchas nuevas y buenas intenciones, pero todo acaba planteado de manera confusa y extraña, no teniendo muy claro ni el objetivo del juego, ni algunas de las nuevas opciones. Así pues, sólo disfrutaremos de una carrera tras otra, algo que debido a la escasez de circuitos puede llegar a aburrir a las pocas horas.
Modelo 3DS con más resolución
En el apartado gráfico también se pueden percibir las prisas de las que hemos hablando durante todo el artículo. Los modelos de los coches son claramente importados de anteriores entregas, quizás más parecidos a los de 3DS, pero que una vez mostrados en una mayor resolución parecen mejor acabados. Ahora bien, una vez estamos dentro de la carrera nos damos cuenta de que se siguen cometiendo muchos fallos ya habituales en la saga.
Los reflejos en las lunas de los coches llegan a destacar de manera más fehaciente, mostrando píxeles cuadrados casi con toda claridad, exactamente igual que pasaba en la portátil de Nintendo. Los escenarios parecen pobres en detalle y las texturas, aunque se ven bien, se nota que no han recibido un trabajo exhaustivo.
En general el apartado gráfico no es destacable en PS Vita, sino que podría denominarse como un juego de PSP o 3DS al que le sienta bien la resolución de la nueva portátil. Los parecidos gráficos entre entregas hacen que lleguemos a esta conclusión tras los primeros minutos y deja claro que el trabajo podría haber sido mucho mejor.
Contenido escaso
Éste es el principal problema que acarrea la entrega de Vita de Ridge Racer. Contando tan sólo con cinco vehículos y, sobre todo, tan sólo tres circuitos, hace que la experiencia tanto en un jugador como en multi sea bastante limitada. Especialmente el modo un jugador aparece como escondido dentro del menú principal, con un desarrollo que no pasa de las carreras independientes y que dominaremos a la perfección tras 20 minutos debido a su escasa dificultad.
Por otro lado, las nuevas funciones sociales y de desarrollo son especialmente confusas, la rama de mejoras de cada coche es extremadamente simple, pero difícil de comprender en un primer momento, y algunas de las nuevas opciones incluidas no tienen ninguna razón de ser. Ahora bien, el juego online sigue siendo frenético y divertido, quizás más cuando contemos con un mayor número de jugadores y algún circuito más gracias a los DLC.
De momento el título se muestra insuficiente, aunque desde Namco Bandai quieran hacernos ver que es un nuevo modelo basado en contenido descargable. Con PS4 y Xbox 720 en camino, quizás la compañía nipona debería replantear la saga desde cero, llegar a sorprender como hicieron los primeros títulos de la famosa franquicia y en conclusión regenerar el género de las carreras arcade con nuevas ideas y un trabajo más ambicioso.