La primera expansión (la única anunciada de momento) de Leyendas Pokémon Z-A es diferente al tipo de ampliaciones a las que Game Freak nos tiene acostumbrados en Pokémon. Megadimensióntiene cosas previsibles: una nueva historia que parte de los sucesos de la trama original, trae de vuelta Pokémon ausentes en Ciudad Luminalia, y como parece que será la norma en estos Leyendas, hace multitud de guiños a los aficionados a este universo.
Pero también aborda, con más o menos éxito, uno de los problemas que arrastra la saga desde hace años: la falta de dificultad generalizada excepto en momentos puntuales.
Y lo hace quebrantando uno de sus dogmas, pues los Pokémon pueden superar el nivel 100. ¡Ah, y también hay muchos dónuts!
Un Hoopa que se atiborra a dónuts
La aventura trata, de nuevo, sobre salvar Ciudad Luminalia. En la capital de Kalos han aparecido portales que nos llevan a otra dimensión, una versión extraña, misteriosa y gris de las mismas zonas que ya exploramos en el juego principal; si en aquel el diseño artístico de las calles de las urbe ya era poco llamativo, oscurecerlas y quitarles el color le hace un flaco favor a la estética visual.
El problema es que esa Luminalia Dimensional está creciendo y amenaza con engullir a toda la ciudad. Ahí es donde entramos nosotros, nuestros compañeros del Equipo ZA, los Entrenadores que conocimos durante la aventura principal y algún personaje que vuelve de entregas pasadas. Todos ellos forman una historia que se sigue con interés (aunque no es apasionante y alarga demasiado su misterio), pero no estarían juntos si no fuera por la dupla formada por la niña Anya y el Pokémon singular Hoopa.
En ellos dos radica la estructura de Megadimensión: Anya puede cocinar dónuts con las bayas que le demos y Hoopa, tras ingerirlos, nos permite pasar por los portales hacia la otra dimensión que han aparecido por toda la ciudad, aplicando en esas zonas los efectos del dulce. Esto último, las habilidades de los dónuts, al principio no tendrá mucho peso, pero en los últimos momentos de la aventura, y sobre todo en el endgame, sí será importante.
Los desafíos de Luminalia Dimensional
Así, la historia principal se dispone de la siguiente manera: cocinamos dónuts, nos adentramos en varias áreas de Luminalia Dimensional para cumplir misiones hasta que alcancemos los puntos de investigación necesarios, y al conseguirlos, tendremos que calmar a un nuevo Pokémon que sufre la Megaevolución descontrolada. Al superar el desafío, vuelta a empezar, pero ahora podremos cocinar dónuts de más nivel con los que acceder a áreas de Luminalia Dimensional más desafiantes en las que conseguir más rápidamente la cantidad de puntos requerida, creciente tras cada bucle.
Dentro de esas áreas extraídas directamente de Ciudad Luminalia, zonas delimitadas grises, verticales y repletas de andamios que escalar, nos encontramos por primera vez en la saga Pokémon de nivel superior al 100, algunos de especies que no estaban en el juego base y muchos que ya atrapamos en octubre. Así se soluciona, en parte, el error en el que caían anteriores DLC de Pokémon: si ibas con criaturas al máximo nivel, arrasabas con todo. Aquí entran en juego los mencionados dónuts: dependiendo de la cantidad y el tipo de bayas utilizadas, aumenta el nivel de todos nuestros Pokémon, se aplican distintos efectos y se puede estar más o menos tiempo en Luminalia Dimensional antes de que se cierre el portal.
Por lo tanto, nuestras incursiones en esas zonas son contrarreloj. Los desafíos vienen en cuatro sabores. Hay zonas en las que las misiones consisten en atrapar cierta cantidad de Pokémon, de algunas especies concretas u otras actividades poco estimulantes, como romper Poké Ball gigantes escondidas. El diseño enrevesado de las áreas, tener el tiempo en contra y que los Pokémon nos ataquen en multitud le dan interés, pero la poca diversidad de las misiones hacen que esta tarea se vuelva repetitiva tras las primeras horas.
El segundo sabor replica las zonas de combate, pero esta vez con entrenadores con criaturas de nivel muy alto. Podría ser un gran desafío si no nos dijeran previamente qué tipo de Pokémon nos encontraremos y si esas especies, al menos en las primeras incursiones, no fueran de los primeros integrantes en la cadena evolutiva. Al final se vuelve un paseo, con la salvedad de cuando nos encontramos con los Entrenadores alfa, que llevan Pokémon alfa de nivel todavía más alto y en algún momento sí nos han puesto contra las cuerdas.
Esto último sí nos ha ocurrido con frecuencia en las misiones secundarias de Luminalia Dimensional. Incluso llevando un equipo equilibrado y potenciado nos ha resultado desafiante enfrentarnos a varios Pokémon con Megaevolución descontrolada a la vez o participar en combates dobles contra los principales entrenadores de la ciudad, luchas que pueden volverse caóticas (al jugar en modo portátil a veces resulta difícil seguir lo que ocurre), pero que sí ofrecen el nivel de desafío que, pensamos, debe tener un DLC.
Pero el mayor reto está en los combates en arenas contra las Megaevoluciones descontroladas que marcan los capítulos de la historia principal, ya que parten de la intensidad y dificultad que tienen este tipo de enfrentamientos en los últimos compases del juego base. Son batallas que hemos tenido que repetir en más de una ocasión y que exigen tanto elegir bien a nuestro equipo como ser hábiles a la hora de esquivar los ataques del Pokémon gigantesco. La recompensa vale la pena: nuevas Megaevoluciones, algunas más originales que otras, varias épicas y unas pocas realmente graciosas.
Secundarias que mitigan la repetitividad
Como ya pasaba en Leyendas Pokémon Z-A, el humor es constante en Megadimensión, sobre todo de parte de las misiones secundarias. A nadie se le escapa que la estructura descrita se puede hacer repetitiva muy pronto, y se le puede hacer bola a quien se centre solo en las misiones principales, que pueden llevar más de 10 horas.
Pero tras cada hito narrativo se desbloquean en la ciudad un puñado de secundarias, encargos breves que divulgan sobre mecánicas del juego quizá desconocidas para los novatos, que presentan Pokémon procedentes de otras entregas, que profundizan en el comportamiento en la ciudad de los monstruos de bolsillo y que, con frecuencia, son chistosas por lo que dicen y por cómo, al aprovechar cómicamente las limitaciones expresivas de los personajes. Una lástima que, por lo general, estas misiones sí sean un paseo a poco que se tenga un equipo bien formado, ya que en Luminalia el nivel máximo sigue siendo el 100.
Lo cierto es que a Megadimensión no le falta contenido, aunque por su precio de 30 euros es lo que se le debe pedir. Completar la historia y las secundarias fácilmente os llevará más de 20 horas, a las que tendréis que sumar un puñado más de adentraros en los portales para conseguir los nuevos Pokémon y conseguir las Megapiedras adicionales. Además, facilita la crianza y superar algunas tareas pesadas del juego base, ya que en Luminalia Dimensional podréis conseguir cantidad de objetos útiles para ello.
Conclusión
Leyendas Pokémon Z-A: Megadimensión se ha quedado a pocos pasos de que nos haga decir: "Así se hace un DLC de Pokémon". Incluso transcurriendo en lugares todavía menos interesantes estéticamente que el juego base y con la repetitividad estructural de su misión principal, la premisa (explorar, atrapar y combatir a contrarreloj) nos ha divertido, la trama vuelve a estar repleta de guiños para los fans, amplía el contador de horas considerablemente, y tiene varios momentos y enfrentamientos memorables. Su jugada estrella es sencilla, que los Pokémon puedan ir más allá del nivel 100, pero tras unas primeras horas en las que la idea se desaprovecha, después cumple su objetivo: ofrecer un reto más allá del multijugador en línea.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para Switch 2 facilitado por Nintendo Ibérica.






















