El manganime de Dragon Quest está de plena actualidad. A pesar de que la obra original de Koji Inada y Riku Sanjo comenzó a publicarse en 1989 durante siete años, convirtiéndose en uno de los shonen más queridos y exitosos en Japón, en 2020 se revitalizó con una precuela, un cómic derivado o spin-off y un nuevo anime que terminó a finales de 2022. Ese resurgir de la propiedad intelectual se rodeó de videojuegos: una recreativa con cartas coleccionables que no ha salido del país asiático, el RPG para móviles Dragon Quest: The Adventure of Dai - A Hero's Bonds que cerró sus servidores en abril, y por supuesto, la aventura de acción con toques de rol que nos ocupa, Infinity Strash: Dragon Quest The Adventure of Dai, que llegará el 28 de septiembre a PC, PlayStation 5, Xbox Series, Switch y PS4.
En gamescom 2023 pudimos jugar una breve demo ejecutada en la consola de última generación de Sony y, aunque lo que nos encontramos tenía sus claroscuros, disfrutamos de una aventura que desborda aroma shonen por los cuatro costados, que promete estar repleto de contenidos, que tiene un sistema de combate con aparente profundidad, que nos hará enfrentarnos a desafiantes jefes finales y que es toda una carta de amor para aquellos que hayan leído el manga o hayan visto el anime.
Cuatro héroes en mazmorras muy simples
La historia nos pondrá en la piel de Dai, un joven de Dermline Island que sueña con convertirse en un héroe. Aprovechando su talento nato, se forma bajo la tutela de Avan, una leyenda que en su día salvó al mundo de Hadlar, el Dark Lord. Y como no podía ser de otra manera, el gran villano renace, lo que lleva a Dai a una gran aventura donde tendrá que hacer frente a enemigos cada vez más poderosos mientras él mismo se hace más fuerte.
No estará solo, pues no tardarán en sumarse a la epopeya Popp, un mago que admira al protagonista, Maam, una luchadora pistolera también conectada con Avan, y Hyunckel, quien guarda rencor al maestro que comparten.
Así, el juego revisita la historia del anime hasta el episodio 41, la batalla del Castillo Roca Soberana. Está estructurado como una aventura lineal en la que se alternan las mazmorras, donde nos enfrentamos en tiempo real a una variedad de enemigos y que, por lo que hemos visto, deja poco margen para la exploración; con intensas batallas contra jefes finales. La primera impresión con la demo no fue muy positiva, todo sea dicho: ya fuera manejando al espadachín Dai o al mago Popp, los esqueletos y otros monstruos de distinto tamaño caían tan solo aporreando botones y esquivando de vez en cuando, aunque nos gustó que pudiéramos cambiar de personaje en cualquier momento (los compañeros nos ayudan en combate) y veíamos cierto potencial en el combate.
Disponemos de un golpe con el arma (a distancia en el caso de Popp), la esquiva, el bloqueo (que realiza un desvío al ejecutarlo en el momento adecuado), varias magias con tiempo de espera y un ataque definitivo que tarda en recargarse y se plasma en pantalla una animación vistosa, además del uso de pociones y otros objetos consumibles, que parecen ser importantes. Avanzar por esa mazmorra poco inspirada y sin personalidad machacando monstruos no nos decía mucho, pues es algo que hemos hecho mil veces y de maneras más divertidas.
En nuestra misión para rescatar a Maam, quien se sumará al equipo de personajes controlables, no tardamos en llegar al jefe final de la demo: Hyunckel, que también formará parte del grupo de héroes más adelante. Y nuestras sensaciones cambiaron considerablemente. No solo porque nos hiciera morder el polvo muchas, muchas veces (nos acordamos, salvando mucho las distancias, de Margit, de Genichiro y de otros amigos de FromSoftware), sino porque era un enfrentamiento muy bien diseñado que nos obligaba a dominar la esquiva, los desvíos, y la velocidad de nuestro movimiento y de los ataques. Ya no bastaba con aporrear botones, ni siquiera con lanzar magias. Teníamos que estudiar sus patrones, dominarlos, y repetir el proceso cuando cambió a una segunda fase todavía más temible.
Un interesante sistema de personalización relacionado con un modo roguelike
También nos hizo trastear con las Bond Memories. Cada uno de los personajes, conforme suben de nivel, desbloquean habilidades con las que equiparse y más huecos para esas cartas. Las Bond Memories vienen en distintas rarezas y sabores, mejorando atributos concretos de los héroes y de sus movimientos, y además se pueden mejorar, lo que hace atisbar que podremos personalizar mucho el comportamiento de Dai, Popp, Maam y Hyunckel. Estas cartas se consiguen avanzando en la historia o en el Temple of Recollection, y al hacernos con ellas se nos obsequia, además, con escenas del manga.
Ese Temple of Recollection es la manera con la que Square Enix ha hecho más accesible este Infinity Strash, además de un modo de dificultad Storyteller para aquellos que tan solo quieran disfrutar de la historia. El templo, que no pudimos disfrutar en la demo, es un modo roguelike en el que nos aventuramos en una mazmorra que cambia cada vez que entramos. En ella tendremos que vencer a enemigos cada vez más poderosos, y obtendremos recompensas conforme más lejos lleguemos, entre ellas nuevas Bond Memories. Así que si se nos atasca un jefe o una sección de la aventura, siempre podremos acudir aquí para hacernos más fuertes.
La producción de Square Enix no parece que vaya a venir corta de contenidos. El modo historia se antoja extenso por todos los acontecimientos del anime que cubrirá, y el modo roguelike es, por definición, infinito; hay que sumar un modo Challenge una vez se complete la aventura, que permite disfrutarla con combates y desafíos diferentes a los de la campaña principal. Probablemente no sea tan enorme como uno de los Dragon Quest principales que dan para meses, pero no tiene pinta de que sea un título de pasarse en un fin de semana ni mucho menos.
Un acabado artístico insípido
Pero como adelantábamos antes, sí hay aspectos en los que se nota que es un producto derivado, y no hablamos de lo soso que es en lo jugable cuando no estamos combatiendo contra un jefe final. En lo artístico, que siempre ha sido una de las bazas de Dragon Quest, no destaca: las mazmorras y los escenarios están vacíos, las animaciones de los enemigos son muy simples, aunque los personajes principales y los grandes monstruos son bonitos, coloridos y detallados. Las viñetas ligeramente animadas con las que se cuenta la historia parecen poco trabajadas e incluso la música nos pasó desapercibida en estos primeros minutos con Dai y compañía.
Así, Infinity Strash: Dragon Quest The Adventures of Dai se posiciona como una aventura de acción con toques RPG capaz de satisfacer a los fans del shonen original, ya sea en formato manga o anime, pero quienes busquen un gran Dragon Quest tendrán que esperar a que se compartan novedades del próximo Dragon Quest 12: The Flames of Fate o ver si sale bueno Dragon Quest Monsters: El príncipe oscuro, que llega en diciembre. Es cierto que no todo han sido combates pochos en mazmorras genéricas: el jefe final de la demo nos ha puesto en nuestro sitio y deja entrever que será en esas batallas donde esté lo mejor de esta aventura de los héroes de Avan, y el sistema de personalización de los personajes es prometedor. No habrá que esperar mucho para descubrir si la producción de Square Enix está a la altura del manganime en el que se basa, pues llegará a las tiendas en apenas tres semanas.
Hemos realizado estas impresiones tras jugar una versión preliminar para PS5 en gamescom 2023 invitados por Plaion.