Prácticamente ningún multijugador asimétrico (esos juegos en los que un grupo de personas se enfrenta a un enemigo que intenta darles caza en solitario) ha logrado tener un éxito a la altura de sus expectativas. Pocos han conseguido mantenerse en el tiempo, y aun así las compañías insisten en publicar nuevos proyectos basados en esa idea. El próximo en intentarlo será Dragon Ball: The Breakers, un juego de Bandai Namco y Dimps que, además de partir de la misma atractiva premisa que el resto de títulos del género llama la atención por ambientarse en el popularísimo universo creado por Akira Toriyama.
Aunque todavía queda un tiempo para que se estrene (tiene previsto su lanzamiento para el 14 de octubre en PS4, Xbox One, PC y Switch), este fin de semana se ha celebrado una beta cerrada a la que Vandal ha tenido acceso. Durante las sesiones de juego online hemos podido comprobar de primera mano cómo es esta curiosa propuesta, poniéndonos en la piel tanto de los villanos más icónicos de Dragon Ball como del grupo de supervivientes que tiene que escapar de ellos.
Civiles contra villanos de Dragon Ball
Lo primero que nos llamó la atención de Dragon Ball: The Breakers es que está muy enfocado a la figura de los supervivientes, tanto a nivel narrativo como jugable. Quizás tiene sentido, ya que en cada partida hay más civiles que villanos (siete contra uno), así que el juego se las apaña para crear un marco en el que más o menos ese enfrentamiento constante tenga sentido dentro del universo Dragon Ball: lo que hace es jugar la carta de las brechas temporales que absorben a los personajes a un espacio del que tienen que escapar, justificando tanto esa mecánica de huída conjunta como la ausencia de los grandes héroes de la serie (aunque están presentes de otros modos).
Para que los supervivientes hagan algo más que eso, sobrevivir, Dragon Ball: The Breakers aprovecha la faceta más techie de la saga y les da montones de gadgets que pueden utilizar durante la partida: gracias a ellos podemos saltar grandes distancias, engancharnos a superficies, despistar al villano o planear por el aire. Hay vehículos, radares de objetos y civiles, cápsulas con materiales, dispositivos de curación… También tenemos una habilidad (y aquí es donde entran en juego los héroes de Dragon Ball) que nos permite transformarnos momentáneamente en guerreros al dejarnos poseer por el espíritu de Goku, Vegeta, Krilin, Piccolo…
Esta mecánica se plantea como una de las más útiles para plantarle cara al gran villano que nos persigue, aunque durante la beta cerrada hemos comprobado que todavía queda mucho que equilibrar para que merezca la pena enfrentarse directamente contra el asaltante: todas las veces que lo hemos intentado el resultado ha sido nefasto, por lo que al final se acaba descartando esa vía de victoria y se opta por un escape directo tratando de evitar el conflicto. El propio juego reconoce que la transformación en superguerreros es útil sólo cuando se realiza en compañía de otros jugadores, algo difícil de coordinar cuando jugamos con desconocidos.
La aparición de los héroes más icónicos de Dragon Ball no sólo se limita a esa habilidad, sino que desde el principio aparecen Trunks, Bulma y Ulong como participantes de la trama que envuelve al multijugador (en el menú hay un modo 'Episodios' que aunque de momento sólo sirve para rejugar el tutorial quizás en el futuro podría recibir más contenido singleplayer). En cualquier caso, el protagonista de Dragon Ball: The Breakers somos nosotros, un avatar de apariencia personalizable siguiendo el reconocible estilo de Toriyama y con un medidor de niveles que a medida que aumenta nos otorga más habilidades y recompensas.
Estructuralmente tiene una asentada base de juego como servicio, con gestión de nuestro personaje, sus habilidades y poderes, algo que puede enfocarse a la creación de una clase más o menos especializada en ciertos estilos de juego. También hay un gachapón, un sistema que nos permite "invocar" para recibir nuevos espíritus de personajes de Dragon Ball que usar durante el combate. Esto se consigue pagando, obviamente, y hay varios tipos de moneda que anticipan una fuerte presencia de compras y micropagos (a pesar de que el juego no será free-to-play).
La diversión de jugar con los malos
También hay opciones de personalización de los villanos, aunque al tratarse de personajes ya asentados son muchas menos y enfocadas a detalles más concretos, como las líneas de diálogo que podemos activar durante la pantalla de espera previa a la partida. Grandes antagonistas como Célula o Freezer no necesitan modificaciones para llevarse el protagonismo del juego, convirtiéndose además en la mejor manera de adentrarse en esta propuesta: mientras que los civiles sólo pueden huir, el asaltante tiene una serie de poderes que hacen de Dragon Ball: The Breakers algo verdaderamente divertido.
Al controlar al villano de la partida comenzamos siendo una versión muy poco poderosa de él, como la larva de Célula. Ahí apenas podemos movernos por el mapa, que está dividido en varias zonas, aunque cuando matamos a nuestra primera víctima la cosa cambia: ya nos transformamos en un contendiente poderoso capaz de volar, lanzar ataques y terminar con la vida de los civiles absorbiendo su energía. Los supervivientes pueden esconderse de nosotros, ya que no hay ningún indicador en la interfaz que nos diga dónde están (a menos que estén muy cerca), pero nosotros podemos destrozar edificios y otros escondites limitando sus posibilidades.
Los supervivientes pueden ganar la partida de muchas maneras, siendo la principal activar una serie de llaves de cada una de las múltiples zonas en las que está dividido el mapa. De esa manera podrán llamar a una máquina con la que podrán huir. Nuestro objetivo no es sólo acabar con ellos, sino impedir que escapen: para eso podemos destrozar la máquina, distraerles antes de que activen las llaves o directamente hacer saltar por los aires zonas enteras.
Todo ello ocurre sin que los civiles tengan demasiadas opciones de victoria. Es cierto que es un multijugador asimétrico generoso con los supervivientes (un grupo de siete es bastante grande para enfrentarse a un solo asaltante), pero también hay que tener en cuenta que pese a la cantidad de herramientas y habilidades de las que disponen casi ninguna es capaz de plantarle cara al villano. Ganar al jugar como asaltante es demasiado sencillo, apenas tenemos restricciones y nos sobran poderes para detener la huida (literalmente, hay tantos a nuestra disposición que podemos vencer sin usar algunos de ellos). A la larga Dragon Ball: The Breakers puede tener graves problemas si no logra equilibrar estas desigualdades, sobre todo porque parece algo estructural difícil de solucionar con simples retoques.
También hay otros aspectos que no nos han terminado de convencer tras jugar a esta beta cerrada: la calidad gráfica del juego no es especialmente destacable y los escenarios a veces están demasiado vacíos dejando al desnudo texturas poco detalladas, entre otras cosas, y por otro lado los controles de los personajes son algo extraños, sobre todo cuando manejamos civiles, a los que notamos demasiado livianos. No obstante, ambas facetas tienen su contrapartida positiva: en la faceta gráfica destacan los efectos y el diseño de los personajes, mientras que en el control sentimos que esa ligereza también nos proporciona mucha libertad de acción para correr, escalar, saltar, planear y escondernos.
Conclusiones
Dragon Ball: The Breakers llama la atención de primeras con una propuesta extraña que combina un género tan denostado como el multijugador asimétrico con un universo tan querido como el de Dragon Ball. Ponernos en la piel de civiles supervivientes que se enfrentan a villanos tan poderosos como Célula, Majin Boo o Freezer es sin duda arriesgado, aunque atrayente; es delicado como para necesitar un nivel de refinamiento superior al de cualquier otro juego del género, ya que además hablamos de una saga muy centrada en el poder inconmensurable de los antagonistas. ¿Cómo hacer que un grupo de mindundis pueda plantarles cara a estos indestructibles seres?
Por el momento no parece que consiga equilibrar la experiencia, consiguiendo que jugar como supervivientes sea mucho menos estimulantes que ponernos en la piel de los villanos. Queda por ver si en el futuro puede salvar esa barrera a través de sus opciones de personalización estética y jugable (con gachapón y micropagos incluidos), y de paso consigue mejorar otros detalles que tampoco nos han terminado de entusiasmar, como el acabado gráfico o el control de los personajes. Si consigue encontrar el camino, Dragon Ball: The Breakers puede colocarse como una alternativa muy a tener en cuenta dentro de un género en el que es difícil asentarse.
Hemos escrito estas impresiones con un código de acceso a la beta cerrada para PS4 proporcionada por Bandai Namco.