Ha tenido que pasar más de un lustro para volver a ver un Castlevania nuevo en una consola PlayStation, y varios años para que la más célebre saga de Konami volviese a poner un pie en las tres dimensiones, de donde parece que no volverá a salir jamás salvo para hacer sus excelentes incursiones en portátiles. Es imposible entender la saga de Konami, o su estado actual, sin echar un vistazo a aquel magistral juego llamado Castlevania: Symphony of the Night, aparecido para PlayStation y, en su día, tratado muy mal por la prensa escrita ("es demasiado 2D", ejem), antes de que las publicaciones de Internet lo consolidasen como el paradigma de cómo las 2D pueden mantenerse al día ofreciendo un diseño perfecto.
Curiosamente SOTN era el más raro de los Castlevania aparecido hasta esa fecha ya que los anteriores habían sido más juegos arcade que action RPG, pero definitivamente marcó el camino que deberían seguir sus sucesores, dos entregas para Nintendo 64 en tres dimensiones que obtuvieron críticas ambiguas, y tres de Game Boy Advance de calidad y ventas ascendentes.
Los fans querían una nueva entrega de Castlevania para una consola doméstica que fuese un digno sucesor a SOTN dando el salto definitivo a las tres dimensiones, y sus plegarias (mensajes en foros) han sido respondidas por Konami, o mejor dicho, por Konami Tokio y el equipo que hizo Symphony of the Night.
¿Cómo es Lament of Innocence? Si Devil May Cry le debe a Castlevania su ambientación gótica, Konami le ha cobrado a Capcom la forma de enfocar el juego, que bien podría llamarse Vampire May Cry. Sin un ritmo tan frenético como el título de Capcom al ser el látigo un arma más pausada que las pistolas de Dante, LOI incluye la profundidad de SOTN, el inventario y los items, la exploración y el descubrimiento masivo de secretos en un castillo tan tenebroso como siempre pero esta vez con un eje más, aunque carece de los elementos RPG del juego de PSX.
La historia, que es lo de menos en un Castlevania puesto que siempre es la misma, nos cuenta como un tal Leon Belmont, aristócrata, tiene que rescatar a su amada de las garras de Drácula. Será el primer Belmont de una larga lista de cazavampiros, siendo este juego la precuela de toda la saga. Armado con un látigo mágico que luego heredarían sus descendientes, tendrá que introducirse en el tétrico castillo hasta llegar al enfrentamiento final.
Y para llegar al mismo tendremos que superar cinco niveles, que podremos acometer en el orden que deseemos, léase entrar en uno, volver hacia atrás, probar en otros, volver a la tienda del alquimista para comprar pociones y otros items, etc... No existe una interconexión entre estos, un concepto de "todo" como en SOTN o en los juegos de Game Boy Advance, sino que en realidad son mundos separados entre si, sin el nivel de integración, por llamarlo de alguna manera, de los juegos 2D de la saga. También llama la atención, negativamente de nuevo, que en el salto a las tres dimensiones se haya perdido cierto toque plataformero. Siguen existiendo los saltos, y de hecho utilizaremos el látigo en algunas ocasiones para balancearnos en objetos y saltar a plataformas lejanas, pero los niveles son mucho más lineales, pese a la existencia de secretos, y aparte de no estar conectados entre sí son, por decirlo de algún modo, muy horizontales, sin habitaciones a diferentes alturas, solo con alguna cornisa secreta donde hay un item, pero sin hacer un uso total de la altura más que para los saltos durante el combate.
Estas limitaciones en el diseño, aparte de una duración de unas 12 horas que no se antoja suficiente, son los principales fallos de Lament of Innocence aparte de las cámaras y cierta monotonía en los escenarios, con larguísimos pasillos conectando algunas habitaciones y zonas de los niveles. Como parte positiva del diseño puede destacarse la cantidad de áreas secretas y la disponibilidad de varios caminos para llegar a un mismo punto, aparte de algunos puzzles simples pero divertidos.
En cuanto al combate, Lament of Innocence tiene una considerable variedad de enemigos, muchos de ellos tridimensionalizaciones (mejorando el diccionario) de monstruos clásicos de la saga; como de costumbre, algunos atacarán cuerpo a cuerpo, otros desde lejos y otros utilizando algún tipo de magia, como la capacidad para desaparecer y reaparecer por nuestra espalda. Para lidiar con ellos y enviarlos de vuelta al infierno tendremos nuestro látigo de confianza, capaz de hacer dos ataques como prácticamente todos los arcades de hoy en día: uno débil y hacia un solo enemigo (o dos que estén muy pegados) y otro fuerte, más lento y poderoso y con capacidad para golpear a varios monstruos a la vez. Como es de esperar, se pueden hacer combos de estos ataques, combinándolos entre sí según la situación; además, a medida que avancemos en el juego lograremos nuevos ataques y movimientos que nos facilitarán la vida.
Los otros dos métodos para limpiar el castillo de aberraciones son con los clásicos items de ataque de los Castlevania tales como el cuchillo, el hacha, el agua bendita o las cruces, racionados por nuestra carga de corazones, que podremos rellenar en prácticamente todas las habitaciones haciendo el vándalo con el patrimonio artístico del castillo, como jarrones, candelabros, etc... y la magia, muy desaprovechada y con una barra de energía muy complicada de rellenar, con varios métodos como tener que parar los ataques de ciertos enemigos, que nos rellenarán dicha barra.
El combate, como ya decíamos, tiene un ritmo algo inferior al de Devil May Cry pero es extremadamente intuitivo y cómodo, con buena cantidad de ataques, combinaciones de estos y movimientos de defensa para hacer frente a muchos enemigos al mismo tiempo y salir airosos la situación. Si no lo consiguiésemos, siempre podremos ir a un punto de guardar la partida o usar una de nuestras pociones pare recuperar fuerzas.
En dos puntos más hay que incidir antes de poner punto final a estas primeras impresiones: los gráficos y el sonido. Empezamos por este último porque la música es simplemente sensacional y contribuye a crear una atmósfera muy tenebrosa, de novela romántica, mientras que los sonidos mezclan nuevos Fx con algunos clásicos de la saga. Los gráficos también se portan bien, aunque sin un exceso de espectacularidad; todo se mueve a 60 imágenes por segundo y los modelos poligonales son de buena calidad, mientras que los escenarios no son demasiado espectaculares y adolecen de cierta monotonía, además de carecer de interactividad por completo. Quizás el mayor problema de los gráficos y también del control sean las cámaras y ciertos giros y cambios que hace el juego, haciendo que de vez en cuando perdamos la orientación y tengamos que acudir al mapa para saber hacia dónde tenemos que ir para no volver por nuestros pasos, y que, al no mantenerse la orientación de los controles con los cambios de cámara, tengamos algún que otro problema si no tenemos buenos reflejos.
Castlevania: Lament of Innocence es uno de los juegos más esperados de este año aunque a España no llegará hasta Enero-Febrero. En espera de una posible última entrega para PlayStation 2 que termine de consolidar la saga en las tres dimensiones, la balanza de este celebrado retorno se inclina más hacia lo positivo que a lo negativo, pese a que no se convertirá en uno de los juegos del año.