Nos ha sorprendido muy gratamente lo bien que fusiona Cult of the Lamb los géneros de gestión y roguelite en una única experiencia con alma propia. No es el primero que lo hace, y está por ver si es de los mejores o no, pero en las horas que hemos podido probar su versión preliminar nos ha quedado claro que sabe equilibrar las dos principales facetas que componen su estructura de juego sin que una se deje llevar por la otra. Ya llevamos tiempo pendiente de esta propuesta, atraídos por el peculiar estilo satánico-adorable que pone sobre la mesa el estudio independiente Massive Monster, y tras probarlo en profundidad (con una versión preliminar más larga que la demo de Steam) no podemos más que reafirmar nuestras ganas de verlo estrenado el 11 de agosto para PS5, Xbox Series X/S, PS4, Xbox One, PC y Switch.
¡Gestiona tu propia secta satánica!
Sin duda lo que más llama la atención de Cult of the Lamb es que, como nos deja caer en su propio nombre, buena parte de su experiencia se basará en permitirnos crear y gestionar nuestra propia secta. Lo curioso es que somos animalillos adorables con un diseño infantilizado, así que el contraste entre lo satánico y lo cuqui nos atrae inevitablemente. Hay que reconocer que es un buen gancho, y aunque mantenga ese toque de juego Flash en algunos detalles, lo cierto es que Massive Monster ha sabido llevar con muy buen gusto la estética que han escogido para su proyecto.
Aunque sea la premisa principal del juego, la gestión de la secta no comenzará hasta pasados unos buenos minutos: lo primero que vamos a hacer en Cult of the Lamb está relacionado con su otra faceta, la de acción en tiempo real. Todo comienza cuando la religión establecida quiere sacrificarnos a los dioses antiguos; no a nosotros, sino al protagonista del juego, el último cordero sobre la faz de la Tierra. Al caer el hacha sobre nuestro cuello nos vemos teletransportados a un espacio completamente vacío en el que una deidad encadenada nos recoge y nos ordena líder de su culto, dándonos la misión de crear una organización religiosa a su alrededor.
Conquista la fe a base de espadazos
Como podéis imaginar, nuestra secta no va a ser precisamente pacifista. Esta deidad nos encarga fundar su iglesia, pero también acabar con la religión enemiga. Es una tarea con la que podemos estar más o menos de acuerdo, ya que al fin y al cabo sus cuatro líderes fueron quienes trataron de sacrificarnos. Así de inteligentemente se asienta la premisa de Cult of the Lamb: en apenas un par de escenas ya tenemos un motivo para fundar una secta, un número de enemigos adecuado para poder hacerles frente en solitario y un poder divino que usaremos tanto en combate como en la gestión del culto.
Ahora que tenemos la premisa, toca establecer el ciclo de juego. Es sencillo, en realidad: la parte de acción se sustenta en un formato roguelite que nos lleva a varios escenarios (cuatro, el mismo número de líderes religiosos enemigos) en forma de mazmorras dispuestas aleatoriamente. En cada nivel habrá una serie de enemigos base, otros algo más especiales y un jefe final. Cada cruzada (que es como se llaman aquí las incursiones a las mazmorras) nos dará varios recursos útiles para diferentes aspectos del juego, desde la tradicional experiencia para subir de nivel hasta materiales para mejorar el campamento base de nuestra secta, pasando por nuevos adeptos a los que podremos convertir.
Más que una fusión entre dos géneros
Al ser un híbrido entre roguelite y tycoon, los recursos que vamos a encontrar en las mazmorras son mucho más variados de lo que podrían serlo en un juego de acción pura y dura. De hecho a veces tendremos que tomar decisiones, escoger un camino u otro dependiendo de lo que queramos conseguir. Una vez completemos la cruzada, volveremos a la secta para encargarnos de aquello: dar sermones, construir nuevos edificios, hacerle la comida a los fieles… Hay un amplio abanico de opciones para gestionar la iglesia, prácticamente las mismas que podríamos esperar de un título de gestión y nada más.
Como decíamos al principio, esta buena fusión entre ambos géneros es lo que más nos ha gustado de lo que hemos podido probar de Cult of the Lamb en esta versión preliminar. El juego está plagado de detalles que demuestran saber hacer en ambas facetas, pero además hay buenas ideas que surgen en la convergencia entre los dos estilos: un detalle quizás nimio pero que nos ha gustado mucho es que los fieles de la secta pierden fe cuando morimos en una mazmorra, porque por mucho que la deidad nos resucite nuestra imagen como mesías se ha visto deteriorada.
Con más ganas que nunca de que llegue el 11 de agosto
Todavía nos queda mucho por descubrir de Cult of the Lamb, sobre todo teniendo en cuenta la profundidad que caracteriza a los dos géneros que combina, pero lo cierto es que este primer acercamiento nos ha dejado con muy buenas sensaciones: tiene una interesante variedad de contenidos, el sistema de combate promete ser muy divertido, el ciclo de juego fluye con consistencia y el tono es carismático sin dejarse llevar por lo grotesco. Sin duda hemos reafirmado nuestro interés por el proyecto, aunque nos falta por ver cómo se comporta al largo plazo, un aspecto fundamental de este tipo de propuestas.
Hemos escrito estas impresiones con un código de acceso a la versión preview del juego para PC proporcionada por Cosmocover.