Los creadores de títulos tan emblemáticos como Homeworld, Relic Entertainment, preparan el que para ellos será el año de los cambios. Y decimos a sabiendas de que estamos ante uno de los estudios de desarrollo que más novedades suelen aplicar en sus juegos a la hora de diseñar secuelas y expansiones. Sin embargo, este 2009 se superarán con creces; con todo el riesgo que ello conlleva. Y es que hablamos de la última expansión del sobresaliente Company of Heroes, título que ya recibió hace un año una primera ampliación que mantenía intactas las bases jugables del original, pero que ahora verá alterada notablemente su mecánica de juego de una forma similar al cambio que sufrirá >Warhammer 40.000: Dawn of War con la secuela que también preparan actualmente.
Cada vida cuenta
Como los más avezados en el género recordarán, Company of Heroes, como su primera expansión, se trataba de un emocionante juego de estrategia en tiempo real muy enfocado a la acción en el que, con un sistema de gestión de recursos –había que controlar diversos puntos de control en el escenario- y construcción de campamentos de lo más simplificado, debíamos controlar a un reducido grupo de tropas de combate con las que hacer frente al enemigo.
Para ello, no ya sólo teníamos que combinar las habilidades de cada una de estas unidades para derrotar a los rivales, sino sobre todo, usar intensivamente el entorno para proteger de una forma más eficiente a nuestros soldados mientras también evitábamos caer en las emboscadas que los contrarios podían tendremos usando estas mismas armas (guarecerse en las trincheras, francotiradores ocultos en edificios, etc.).
Todo esto desaparecerá en mayor o menor medida en Tales of Valor que de nuevo nos sumergirá en la Segunda Guerra Mundial, pero en esta ocasión, en un título mucho más táctico que nunca. No en vano, todos los elementos de gestión de recursos y construcción de campamentos desaparecen, del mismo modo que ahora, tampoco podremos convocar a nuevas unidades en caso de perder a las tropas en batalla. Por lo tanto, tendremos que conformarnos con lo que nos ofrezcan al inicio de cada nivel teniendo que aprovechar al máximo las habilidades de las poquísimas unidades con las que contaremos –menos que en el título original- para salir con vida de todas y cada una de las escaramuzas en las que nos veremos envueltos.
Este cambio, como os podéis imaginar, modifica notablemente la mecánica de juego de Company of Heroes ya que ahora, más que nunca, deberemos medir muchísimo nuestros pasos. Un movimiento en falso significará el fin de la partida, sin opción de remendar nuestros errores con nuevas huestes con las que batir a los enemigos. En Tales of Valor, por ejemplo, perfectamente viviremos batallas en las que únicamente controlaremos a un tanque y al equipo de soldados que irán en su interior. Y solamente con estas escasas unidades deberemos realizar las tareas clásicas de la serie: ya sea conquistar un puesto enemigo, proteger una zona, acabar con unos enemigos, etc. Por lo tanto, si no usamos con cabeza a nuestras tropas, si no aprovechamos al máximo los recursos que nos ofrecen, las perderemos sin remedio, algo realmente dramático ya que en Relic trabajan para que el jugador, con el paso de las partidas, se sienta ligado emocionalmente a los protagonistas de la acción que ya no serán simples soldaditos con mortíferas armas en sus manos, sino personas con nombre y cara que se verán envueltas en un conflicto bélico como la Segunda Guerra Mundial por diversos motivos.
Al respecto, nuestras tropas de infantería pueden hacerse con las armas que encuentren a su paso mientras el comandante ordena un bombardeo sobre una zona muy concreta del escenario, algo que permitirá posteriormente a nuestro blindado abrirse paso por entre las ruinas de lo que antes eran fortines con la potencia de fuego necesaria como para frenar al blindado en cuestión de segundos. Todas estas tropas progresarán y adquirirán nuevas habilidades con el paso de la partida, ampliándose así el abanico de opciones a la hora de superar cada contienda. Para que os hagáis una idea de la profundidad de este sistema de habilidades, en caso de llevar a un único blindado como fuerza de ataque –aunque a nuestro alrededor pueden haber tropas afines combatiendo por su cuenta-, tendremos la opción de usar las habilidades del artillero para mejorar la cadencia de recarga, el piloto hará que el tanque avance a mayor velocidad, e incluso lograremos que el comandante use la torreta de blindado para fulminar a la infantería enemiga. Hay que resaltar que el control sobre estas tropas será más directo que nunca, por lo que nosotros tendremos que apuntar y disparar en el momento deseado.
Y aunque antes indicábamos que el sistema de gestión de recursos visto en el original iba a desaparecer, algo del mismo se mantiene en Tales of Valor. En este caso, al abatir a los enemigos obtendremos una serie de puntos para reparar las piezas del blindado, las armas que nuestras tropas encuentren en el escenario –nidos de ametralladora, por ejemplo-, e incluso los puntos necesarios para hacer uso de las habilidades especiales de cada unidad. La combinación de todas estas habilidades, que obviamente dependerá de nuestra pericia, nos permitirá afrontar las batallas de forma libre, decidiendo en todo momento cómo queremos sortear los obstáculos planteados por Relic en cada escenario.
Y ya que hablamos de los entornos de combate, hay que remarcar que estos seguirán siendo tan interactivos como siempre, por lo que derribar edificios en los que los enemigos se protegen, despejar una zona boscosa con un tanque, o cargarse todo el mobiliario urbano será relativamente fácil. Sin embargo, en Tales of Valor habrá que tener en cuenta un matiz. Ahora, todas nuestras acciones quedarán registradas, por lo que si en una misión hemos derribado unos edificios, en la siguiente contienda dentro de esa misma campaña dichos edificios seguirán en ruinas, por lo que lógicamente no podremos usarlos como cobertura. Por tanto, este aspecto también modificará nuestra forma de afrontar cada partida, amén de dotar al juego de un mayor componente cinematográfico ya que Relic espera que las misiones sean tan intensas y emocionantes como en el original.
Con todo esto queda claro que Relic ha realizado una apuesta arriesgada. Tenían una fórmula de juego que gustaba a los aficionados, lo que habría hecho relativamente fácil el desarrollo de una nueva expansión, y sin embargo, como ocurre con el anteriormente citado Dawn of War 2, han apostado por algo completamente nuevo. Sí, tal vez el componente estratégico se vea relegado a un segundo plano en detrimento de la acción y las tácticas de combate; pero aún con todo esto, este Company of Heroes: Tales of Valor promete seguir ofreciéndonos horas y horas de intensa diversión, situaciones en las que, bajo la presión de la guerra, tendremos que ingeniárnoslas para sacar adelante a nuestra pequeña compañía de héroes. Toda una proeza que esperamos realizar en los próximos meses.