Hace no mucho tiempo apareció en nuestras fronteras Final Fantasy XII para PS2, el último juego numerado de la saga y uno de los más valorados entre los aficionados. Ese juego nos presentaba la aventura de Vaan, un joven que junto a sus compañeros recorría el mundo de Ivalice para liberar a su reino de los invasores. Ahora, y siguiendo la tradición que Square-Enix comenzó con Final Fantasy Xnos encontramos con una continuación, sólo que esta vez la consola escogida ha sido NDS, y no PS2 como muchos hubieran podido suponer.
En esta ocasión, en lugar de numerar el juego como una segunda parte de FINAL FANTASY XII, como ya se hizo con Final Fantasy X-2, Square-Enix ha optado por darle un sufijo al juego, y es que Final Fantasy XII: Revenant Wings es lo suficientemente diferente a su antecesor como para no tener que llevar la coletilla del dos. La gran pregunta que muchos nos hacíamos era si este juego trataba tan sólo de exprimir la repercusión de la duodécima entrega de la serie o si por el contrario, nos encontrábamos con un juego digno de entrar en nuestras colecciones por sí mismo. Tras unas cuantas horas jugando, os contamos lo que hemos podido ver.
Lo primero que nos llamó la atención fueron las secuencias de video, pues nada más encender la consola nos encontraremos con una, y no tardaremos en ver las siguientes. Estos videos son impresionantes, y juegan con las dos pantallas para ofrecernos unas escenas muy cinematográficas. Afortunadamente estas escenas no quedarán limitadas a la introducción del juego, y nos irán apareciendo bastante a menudo a lo largo de la historia para contarnos momentos relevantes de la trama. Debemos decir que estas secuencias suelen ser bastante breves y que no tienen diálogos, ni hablados ni subtitulados, pero cumplen su cometido a la perfección, además de dejarnos sorprendidos en más de una ocasión. El diseño de los personajes que aparecen en los videos de aleja de lo visto en Final Fantasy XII, ya que muestran un aspecto más juvenil, en clara consonancia con la nueva estética del juego.
La historia que nos contará el juego estará ambientada poco después de los acontecimientos finales de Final Fantasy XII, aunque bien pudiera parecer por el aspecto de Vaan y compañía, unido a la sencillez de las primeras misiones, que estamos en la adolescencia de los personajes. En seguida veremos que varios de los personajes que aparecían en el anterior título vuelven a hacer acto de presencia, aunque eso sí, con un aspecto mucho más rejuvenecido. Esto, creemos, hará las delicias de los admiradores del juego y sin duda hará más fácil que conectemos las dos historias, a pesar de que aparentemente tengan poco que ver. Todo comenzará un año después de los acontecimientos relatados en el anterior juego, aproximadamente, cuando Vaan ya tiene edad suficiente para sacarse la licencia de pirata aéreo. Así, en una pequeña nave que tendrán él y Penelo, surcarán el cielo junto a sus amigos Fran y Balthier en busca de tesoros. Pero pronto todos sus sueños se irán al traste, pues tras conseguir una extraña piedra en un antiguo templo, perderá su transporte y no le quedará más remedio que volver a Rabanastra en la nave de sus amigos. Un pirata aéreo no puede serlo sin embarcación, aunque pronto la suerte de Vaan cambiará.
Square-Enix ha decidido alejarse del enfoque habitual de la saga y nos brinda para la ocasión un juego de estrategia en tiempo real. Esto significará que en las distintas misiones podremos ordenar directamente a nuestras unidades moverse por el escenario y atacar a las unidades enemigas, las cuales no esperarán para llevar a cabo a sus acciones. Esto podría llegar a ser una desilusión para los amantes de la serie, pues el juego se centra en las misiones, no existiendo pueblos ni prácticamente personajes con los que poder interactuar. Dejando al margen ese detalle, debemos decir que, hasta donde hemos visto, el nuevo sistema le sienta estupendamente a nuestra NDS.
Gran parte del mérito del buen sistema de juego lo tiene el control y es que los creadores han sabido encontrar uno que se ajusta perfectamente al estilo de los combates, siendo intuitivo y fácil de aprender, además de darnos varias opciones para realizar las distintas acciones. Debemos añadir que el juego cuenta con muy buenos tutoriales, siendo cortos pero precisos, lo que ayudará que sepamos manejar a nuestras unidades con soltura en muy poco tiempo. Para controlar a uno de nuestros personajes tendremos distintas opciones: pulsar sobré él directamente, pinchar en el recuadro superior correspondiente a él o dibujando un rectángulo que lo enmarque. Con esta última opción podremos seleccionar a varias unidades, lo que hará más fácil movilizar de una sola vez a varios de nuestros personajes. Además de con estos métodos, podremos utilizar los distintos botones de la consola a modo de atajos. Con el botón X podremos seleccionar a todas las unidades a la vez, con A deseleccionar a las unidades que hayamos elegido y con el botónY podremos ir eligiendo sucesivamente los distintos grupos de personajes.
Este sistema funciona perfectamente, incluso cuando, más avanzado en el juego, tengamos en nuestro equipo otras criaturas, y no sólo a los personajes principales. Para solucionar el problema de manejar a tantas unidades, los creadores han optado porque las nuevas criaturas que nos ayudarán en la aventura serán asignadas a uno de los personajes principales. Así, cuando seleccionemos a Vaan, por ejemplo, también estaremos seleccionando a todas las unidades asociadas a él. Como hemos dicho, el sistema es muy bueno, y nos permite hacer distintas acciones, como hablar, atacar, moverse, curar o coger siempre de la misma forma, ya que el juego se encargará de llevar a cabo la acción adecuada dependiendo del blanco seleccionado.
La curva de dificultad del juego está bastante bien ajustada, con unos primeros niveles muy sencillos donde apenas nos encontraremos con retos, todo ello enfocado a que nos hagamos con el control del juego. Posteriormente la dificultad irá subiendo, aunque hasta donde hemos podido ver, en ningún momento el juego llega a ponernos en aprietos. Esperamos que en misiones posteriores la dificultad esté más ajustada, pues sería una lástima que el juego quedase como un simple paseo para nuestros personajes.
Como hemos dicho anteriormente, el juego se compone de misiones que iremos superando una detrás de otra, sin pueblos que visitar o zonas que recorrer. Prácticamente no hay interacción con otros personajes, quedando está limitada a nuestro barco volador, donde podremos entablar conversación con nuestros compañeros. Además, el juego, al menos hasta donde hemos llegado, es totalmente lineal, puesto que aunque en un momento dado consigamos un barco volador y podamos movernos a nuestro antojo, sólo podremos hacer una misión determinada en cada momento, no abriéndose la siguiente hasta que la hayamos completado. Esperamos que la existencia del barco volador indique que posteriormente esta linealidad sea menos acusada, pues si todo el juego guardase esta mecánica, no tendría sentido que nos diesen un barco que tan sólo nos sirve para volar por el mundo y admirar las vistas del mapa.
En cuanto a los gráficos, hemos de decir que Final Fantasy XII: Revenant Wings es una auténtica delicia. Para la ocasión los diseñadores han optado por escenarios en tres dimensiones combinados con personajes en dos, contando estos con un diseño aniñado y desenfadado que nos recuerda a juegos clásicos. Los escenarios están bien acabados y cuentan con bastante variedad y aunque es cierto que destaca su solidez frente a su detalle, cumplen su cometido perfectamente. Los personajes, por el contrario, si están muy detallados, siendo fácilmente identificables con la ilustración del personaje correspondiente.
Es cierto que quizás sean demasiado pequeños, pero sin duda esto se debe a que en pantalla podemos llegar a tener decenas de personajes y un tamaño mayor hubiera perjudicado la fluidez del juego. El único pero que debemos ponerle a este apartado es el hecho de que cuando hay un número elevando de personajes en pantalla, se aprecian ciertas ralentizaciones, que si bien no son demasiado acuciadas, si llegan a apreciarse y puede que en misiones más avanzadas, si el número de criaturas que podemos llevar con nosotros siga aumentando, lleguen a resultar molestas.
No sabemos si este Final Fantasy XII: Revenant Wings gustará a aquellos que busquen un Final Fantasy clásico, o una continuación en todos los aspectos de Final Fantasy XII, pero no podemos negar que transmite las sensaciones de estar ante un gran juego. Square-Enix parece haberle sacado todo el partido a las posibilidades táctiles de la consola, brindándonos uno de los juegos que mejor uso hace de las mismas. Además, por lo que hemos probado, se nos antoja un desarollo cuidado con mimo, tanto en los gráficos, que a más de uno le traerán nostalgia, como los videos, todos de una calidad técnica increíble. Habrá que esperar a que el juego llegue a nuestra región para poder analizarlo a fondo y ver si se confirman los buenos augurios.
