Como cada vez que sale una nueva consola de Nintendo, desde su lanzamiento todo el mundo está esperando un nuevo Mario, que aproveche sus características, que la exprima técnicamente, y que como siempre pasa con esta legendaria saga, sea una oda a las plataformas y la diversión sin complejos. Ese momento para 3DS está a punto de llegar, concretamente el 18 de noviembre, y exactamente ayer pudimos pasar tres horas en las oficinas de Nintendo España disfrutando de los seis primeros mundos de este nuevo Mario. Nuestras impresiones, excelentes, echamos a correr por su primer nivel y cuando nos quisimos dar cuenta se nos había pasado la tarde entera sin darnos cuenta, puro vicio y diversión, un control exquisito, mucha imaginación e ingenio, y homenajes por doquier y realizados con mucho gusto a toda la serie, acordándose de los primeros Mario en 2D dimensiones, pero también de los últimos tridimensionales.
Quien tuviera dudas acerca de la consola, y si le conviene hacerse o no con ella, tras su rebaja de precio, y si se es aficionado a esta saga, en cuanto vea o juegue este nuevo Mario, le será imposible resistirse. El primer gran juego exclusivo de la consola y que junto al nuevo Mario Kart que llegará en diciembre, la puede convertir en uno de los regalos estrella de estas Navidades. Aunque como veis nos ha enamorado, y nos costó mucho separarnos de la consola, también hemos visto ciertos puntos grises que estamos en la obligación de contar, que no son defectos o fallos por sí mismos, sino dependiendo de la óptica desde la que se miren y lo que se espere del título y de un juego de Mario en general.
Nos ha parecido muy fácil, posiblemente uno de los Mario más sencillos que recordamos. Llegamos al mundo siete –de ocho- sin apenas despeinarnos y con más de 80 vidas en nuestro haber. En cada mundo hay cinco fases más el nivel del jefe, y en cada pantalla hay para recoger tres monedas estrella. Al ser los niveles bastante reducidos y lineales, no es muy complicado hacerse con ellas, y casi siempre nos hacíamos con todas, dejando como mucho una en algunas pantallas. Las fases son bastante cortas, de cuatro o cinco minutos como mucho, e incluso menos, lo que nos parece apropiado para una portátil, en la que echar partidas rápidas. Pero esto unido con su baja dificultad –al menos hasta el mundo siete- no sabemos si le acabará pasando factura, y será un Mario demasiado corto.
Uno de los protagonistas absolutos de esta entrega es el traje Tanuki, basado en un animal muy arraigado en el folclore japonés, confundido habitualmente y erróneamente con el mapache, pese a ser animales distintos. Este que apareció por primera vez en Super Mario Bros. 3 en 1988, vuelve ahora desde el primer nivel de Super Mario 3D Land, y estando presente a lo largo de toda la aventura de diferentes maneras, incluso en los propios enemigos. Enfundados en él, nos permite golpear con la cola, y cuando estamos en el aire y si dejamos pulsado el botón de salto, planear durante unos segundos más que pueden ser vitales. Este traje nos hace la vida más fácil, a veces incluso demasiado, y se encuentra a menudo en casi cualquier nivel.
Junto a las nuevas acciones que nos permite este traje, podemos correr, rebotar en las paredes, realizar el triple salto, aplastamiento desde el aire, y una acción muy curiosa como es después de pulsar el botón de agacharse, si pulsamos el salto, haremos un ataque rodando. Además esta acción toma un protagonismo inusitado, y podremos encontrar muchas zonas secretas y atajos agachándonos. También tenemos la flor de fuego, que convierte a Mario en color blanco y le permite lanzar bolas de fuego, y otro ítem nuevo, el traje bumerán, que nos pone con el mismo aspecto de Hermanos bumerán, que a su vez estaban inspirados en los Hermanos martillo. Cuando cogemos este objeto, ya sea al golpear un cubo o al arrebatárselo a un enemigo, Mario se transforma con un casco y un caparazón y puede lanzar bumeranes, golpeando a todo tipo de elementos, incluso pudiendo recoger monedas. Por último tenemos una transformación que se realiza al golpear unos cubos con hélice, metiendo Mario la cabeza dentro de ellos, y permitiéndole dejando el botón de salto pulsado, ascender grandes alturas, o bien planear. Cuando vamos transformados con cualquier traje, si cogemos otro ítem pasaremos a esta nueva forma, y el ítem que antes teníamos activados pasará a la pantalla de abajo, pudiendo llevar como máximo uno en la reserva.
Como hemos dicho los niveles son bastante cortos, y dejando de lado la exploración de mundos tridimensionales de otros Mario, incluso menos que en la saga Galaxy, siendo prácticamente fases de diseño en dos dimensiones muy lineales, aunque con la posibilidad de movernos tridimensionalmente por ellas. Esto hace que sean intensas y con un ritmo muy alto, lo que no impide que tengan sus secretos y zona ocultas por descubrir. Uno de los objetivos además de superarlas será conseguir las tres monedas estrella, algo que no nos ha parecido demasiado difícil, de momento. Necesitaremos de estas monedas para seguir avanzando por los niveles, y de hecho hay una fase en cada mundo que para acceder a ella y desbloquearla nos pedirá un buen número de estas monedas.
El mapa del mundo no tiene mucho misterio, una línea recta en la que vemos las distintas fases a las que podemos acceder, estando al final de esta línea un jefe. En estas fases el scroll de la pantalla avanza horizontalmente sin pausa, hasta llegar a enfrentarnos finalmente a Bowser, o bien a alguno de sus secuaces. Cuando nos vemos las caras con el villano por excelencia de la saga, el juego se convierte en un sentido homenaje al primer Super Mario Bros., con puente final que debemos derrumbar incluido, y contra los otros enemigos lucharemos en una pequeña sala en la que tenemos que esquivarles para después atacarles de diferentes maneras.
Sobre Superguías y demás ayudas polémicas, cuando mueres varias veces seguidas –algo que tuvimos que provocar ya que en el transcurrir de nuestra partida no nos pasó nunca-, al lado del último punto de control aparece un bloque con un ítem nuevo, que convierte a Mario en un Tanuki muy especial, con el poder también de la estrella de invencibilidad, hasta el final del nivel, por lo que podemos planear, golpear con nuestra cola y encima somos invencibles. Un tipo de ayuda y guía distinta, aunque también hemos visto en algún vídeo que si mueres otras muchas más veces, directamente saldrá un acceso directo que te transportará al final de la pantalla.
Uno de los mayores atractivos de esta entrega es el 3D sin gafas, el que todos estábamos expectantes por ver, sabiendo que este Mario se hizo desde cero pensando en él, y como imaginábamos, vaya si lo aprovecha. A la hora de realizar saltos más precisos, con enemigos que parece vayan a salir de la pantalla, unas barras de pinchos desde el fondo que avanzan hacia nosotros pareciendo que nos vayan a golpear en la cara, con vertiginosos y enormes descensos que aprovechan la profundidad de una manera sorprendente, este Mario es una muestra perfecta de lo que puede ofrecer el 3D de la consola. Además su implementación no solo es brillante por las sensaciones que consigue crear en el jugador, sino también por su buen gusto, dosificado y usado con criterio, el 3D no se convierte en un mero fuego de artificio metido con calzador en todo tipo de situaciones, sino que está al servicio de la jugabilidad, de la diversión.
Hemos visto varios momentos en los que un icono 3D aparece en una esquina de la pantalla, insinuándote, si estás jugando con él desactivado, que por favor lo actives, ya que para superar esa situación lo necesitas. Por ejemplo unos pequeños cuartos con cubos en los que tienes que coger un objeto, que se encuentra en un cubo flotante, y que para alcanzarlo si no tienes el 3D activado te costará saber dónde está ubicado exactamente en profundidad, realmente muy curioso y que hay que ver para comprenderlo. También nos dan unas ilustraciones en 3D cada vez que completamos un mundo, que imaginamos se podrán compartir por StreetPass, aunque no lo sabemos exactamente, ya que esta versión estaba en japonés y algunos detalles se nos escapaban, pero el uso de esta función de la consola está totalmente confirmado. También hay en varios niveles unos prismáticos al estilo de los miradores, y exploraremos el entorno moviendo la consola, pudiendo hacer zoom, y si hayamos a un Toad a lo lejos, nos hará suculentos regalos. Estas situaciones también son una buena muestra del 3D, aunque si movemos la consola con brusquedad, como suele pasar, perderemos la visión 3D durante unos segundos.
Como lleva ocurriendo en las últimas entregas de Mario, que incluyen numerosos homenajes a la saga ya sea en forma de niveles, enemigos o músicas, en este no podía ser menos, y los fans disfrutarán con decenas de guiños. Particularmente nos ha gustado cómo recupera y actualiza temas musicales de los Mario de Nes, homenajeando el mítico y enorme Super Mario Bros. 3 en varias ocasiones. De hecho su propia jugabilidad es un homenaje a toda la saga, incluyendo elementos de todas las entregas. Desde los Mario en 2D, pasando por los 3D y los Galaxy, coge jugabilidad y detalles de todos para crear una entidad propia y única, aunque el feeling que deja es más el de estar disfrutando de un Mario en dos dimensiones, jugando muy bien con las perspectivas y la profundidad de los escenarios.
Los gráficos son una delicia, se mueve fluido, colorido, y en ciertos momentos no está demasiado alejado de lo que pudimos ver en los Mario Galaxy de Wii, salvando las distancias. No solo se va a convertir en el momento en el que salga del título que mejor usa el efecto 3D de la consola, sino también del que mejores gráficos tiene. Un ejemplo para el resto de desarrollos que vengan tras él, demostrando que la consola sin ser una bestia a la vanguardia tecnológica, puede mostrar gráficos mucho mejores de lo que hemos visto hasta ahora, y sencillamente perfectos para una portátil que recordamos tiene que hacer un doble esfuerzo gráfico, al ofrecer 3D sin gafas.
No nos cansaremos de decirlo, pura diversión, un control impecable y el mejor uso del 3D que hemos visto hasta ahora. Uno de esos títulos que sin duda justifican la adquisición de una nueva consola de Nintendo, la excusa o el motivo que muchos están esperando para hacerse con ella, y que sin duda no defrauda. Quizás demasiado fácil y un poco corto, aparentemente, veremos si en el resto del juego que nos ha quedado por ver también se las apaña para ofrecer un reto a la altura de los jugadores más hábiles, posiblemente en una segunda vuelta obligándonos a superar retos más complicados, al estilo de los Mario Galaxy. Por lo demás a partir del 18 de noviembre el nombre de Nintendo 3DS y Super Mario 3D Land irán íntimamente ligados, estableciendo un nuevo listón de lo que es capaz de ofrecer esta portátil, que ha tenido un errático arranque, pero cuya situación va a cambiar radicalmente estas Navidades con este Mario, al que los fans del fontanero no podrán resistirse.