Análisis de Crackdown 2 (Xbox 360)
El regreso del superpolicía
Hace tres años, la compañía Realtime Worlds nos sorprendió con Crackdown, en exclusiva para la consola de Microsoft, una fresca propuesta dentro del género de acción en tercera persona al más puro estilo GTA, en la que encarnábamos a un super policía modificado genéticamente al que se le había encomendado la misión de acabar con una serie de familias mafiosas que tenían atemorizada a toda una ciudad.
Gracias a la buena aceptación de este juego por parte del público, ahora nos llega su secuela por medio de la compañía escocesa Ruffian Games que cuenta entre sus filas con algunos de los integrantes que ya trabajaron en el título anterior.
La idea era la de hacer un juego que cumpliese con dos de los requisitos clave exigidos a una secuela, "más y mejor", aunque parece que no se ha conseguido del todo.
Todos aquellos que ya tuvieron la ocasión de jugar al primer título no van a descubrir nada nuevo que les haga sentir que se encuentran ante una secuela en toda regla. Crackdown 2 es un sandbox de acción algo caótico en el que, al igual que en la primera parte, nos ponemos en la piel de un super policía, pero en esta ocasión, en vez de hacer frente a bandas mafiosas, deberemos enfrentarnos a una nueva organización terrorista llamada "La Célula" así como a innumerables hordas de zombies mutantes. Sin embargo, su esquema es realmente parecido al del primer Crackdown, al que únicamente supera en lo que a cantidad de enemigos en pantalla se refiere pero, lamentablemente, el resto es prácticamente idéntico.
Básicamente, nuestro objetivo principal consiste en ir realizando misiones, conseguir objetivos, limpiar zonas y finalmente acabar con los enemigos de la ciudad de una vez por todas. Para ello contamos con una serie de armamento y multitud de vehículos que nos ayudarán a escapar de aquellas situaciones más comprometidas de las que sería imposible salir con vida sin un medio de transporte más rápido que nuestras propias piernas.
La jungla de Pacific City
Nada más empezar la partida se nos dará la opción de elegir entre cuatro rostros y cuatro indumentarias de diferentes colores para personalizar a nuestro protagonista, lo que se nos antoja algo escaso para tratarse de un juego de estas características, en el que una mayor variedad de personalización le habría dado un plus de frescura. Lo mas extraño de todo es que cada vez que reanudemos la partida se nos volverá a dar la opción de elegir el rostro y la indumentaria, lo que podrá crearnos la duda de pensar que hemos iniciado la partida desde el principio e impedirá que tengamos vínculo alguno con nuestro personaje a lo largo de la aventura.
Ya puestos en faena, nos veremos dentro de un pequeño tutorial explicado mediante la voz del mismísimo Bruce Will….. perdón, de un inspiradísimo Ramón Langa a quien seguiremos escuchando a lo largo de todo el juego, dándonos consejos e incluso reprendiéndonos cuando sea necesario, todo ello con una gran limpieza de sonido y con una tonalidad que realmente nos hará pensar que está hablando en vivo y en directo. Una vez nos hayamos familiarizado con los controles, nuestro interlocutor nos dará vía libre para comenzar nuestra misión y poder salvar a Pacific City de la pesadilla en la que se ha convertido.
El movimiento de nuestro personaje es bastante fluido gracias a un motor gráfico suave que no nos dará muestras de tirones ni ralentizaciones reseñables en ningún momento, aunque sólo veremos su potencial en aquellos momentos en los que nuestro personaje se encuentre rodeado de cientos de zombies o cuando inundemos la ciudad de fuegos de artificio con nuestro helicóptero ya que, salvo estas excepciones, los escenarios suelen estar bastante vacíos y carentes de detalles para poder poner en aprietos a cualquier motor gráfico de la actual generación de consolas con un mínimo de solvencia. Sin embargo, hemos de quitarnos el sombrero ante la distancia de visionado que, sin necesidad de ningún tipo de trucos, nos permitirá obtener espectaculares vistas desde distancias realmente lejanas.
En lo referido a la parte artística, hemos de decir que el entorno gráfico bebe mucho del comic y para ello se ha utilizado una especie de Cell-shading que sin llegar a unas cotas de calidad sobresalientes, dota de cierta personalidad a una historia como la de Crackdown 2, caracterizada por situaciones inverosímiles en la que los saltos y las caídas imposibles son la tónica principal del juego. También veremos determinados detalles que son de agradecer como el paso del día a la noche y la variedad de situaciones producida por dicho cambio horario o la amplia diversidad de modelados de enemigos tanto en lo que respecta a terroristas y civiles como a los propios zombies. Por último, también nos ha gustado que nuestro personaje sea capaz de desplazarse a nado para acceder a diferentes puntos, a través de un mar cuyo acabado es más que notable.
A lo largo del juego, mientras vayamos cumpliendo misiones, tendremos que desarrollar unas aptitudes que dotarán de mayores facultades a nuestro protagonista. Para ello deberemos ir recogiendo una serie de orbes denominados "unidades de luz" que se encuentran repartidos por todo Pacific City, los cuales potenciarán nuestra agilidad, fuerza, armas de fuego, explosivos y conducción. Entre estos orbes, nos encontraremos con algunos que se escaparán cuando vean que vamos a por ellos, de modo que tendremos que seguirlos y alcanzarlos si queremos conseguirlos. Gracias a las facultades otorgadas por estos orbes podremos, entre otras cosas, saltar y escalar sobre estructuras con mayor facilidad, pero aún así, cuando tratemos de subir a los lugares más elevados, dichas acciones supondrán más un problema que una virtud para nuestro personaje que, con su encorsetada y deficiente fluidez de escalada, hará que tengamos que repetirlas una y otra vez a la hora de cumplir objetivos en las alturas. Todo esto, después de ver la exquisita mecánica creada por los señores de Ubi Soft con su sensacional saga Assassin´s Creed, creemos que carece de sentido y más tratándose de un juego cuyos retos principales no se encuentran en la escalada de estructuras.
Tampoco faltarán a su cita los clásicos eventos de este tipo de juegos como los saltos de acrobacia, la búsqueda de objetos ocultos o las carreras de conducción de vehículos entre otros, conducción que se nos ha antojado un tanto arcade y ajena a seguir las leyes de la gravedad lo que, unido a un artificial motor de colisiones, hace que cada vez que nos veamos atropellando zombies nos venga a la mente la continua sensación de estar jugando al polémico juego de 1997 "Carmageddon".
El apartado musical está compuesto por temas de conocidos artistas como Johnny Cash o Bob Dylan entre otros grandes músicos, junto a otros de menor repercusión mediática pero ciertamente interesantes, que conforman una banda sonora realmente cuidada y de gran viveza que nos acompañará perfectamente durante el juego.
Nuestro personaje cuenta con una barra de vida y con un escudo que una vez han sido dañados, irán regenerándose si pasamos un tiempo a cubierto. Podemos elegir entre 5 niveles de dificultad que vienen diferenciados por el número de enemigos en pantalla o la vulnerabilidad de nuestro personaje, pero en ningún momento hemos observado que la IA de nuestros enemigos mejore en los niveles de dificultad más avanzados, de modo que tanto los zombies como los miembros de "La Célula" únicamente nos pondrán en aprieto por su elevado número y no por su inteligencia. Para acabar con ellos contamos con un arsenal armamentístico que nos permitirá seleccionar objetivos a los que eliminar, el problema es que el juego no distingue entre aquellos objetivos que son peligrosos y los que no lo son, de modo que en más de una ocasión nos veremos disparando a un elemento inerte mientras somos abatidos por un grupo de terroristas, algo realmente alarmante a día de hoy.
Hemos de señalar que Crackdown 2 ha sido programado pensando sobre todo en el modo multijugador, que es donde nos muestra su mejor cara, sobre todo en lo que podría ser considerado su modo estrella, el multijugador cooperativo online de hasta cuatro jugadores. Sin embargo, si nuestra idea es la de iniciar la aventura en solitario, la cosa no es tan divertida como debiera ser. Curiosamente la historia es la misma juguemos solos o acompañados, pero lo que en solitario puede convertirse en algo tedioso y monótono, al jugarlo con un grupo de amigos se transforma en una experiencia llena de emoción en la que deberemos coordinarnos para urdir estratagemas a la hora de llevar a cabo las misiones propuestas por el juego.
Por último, Crackdown 2 también cuenta con un modo multijugador competitivo en el que podrán incorporarse hasta un máximo de 16 jugadores en 3 diferentes modalidades de juego; Caza de Cohetes, Duelo a Muerte y Duelo a Muerte por Equipos, en los que podremos hacer el cabra a lo largo y ancho del extenso mapeado de Pacific City y desahogarnos con otros 15 oponentes de todo el mundo.
Conclusiones
Crackdown 2 es un juego que en su modo multijugador nos hará pasar unas cuantas horas pegados al televisor mientras vamos cumpliendo objetivos junto a un grupo de amigos, sin embargo, si lo que se pretende es disfrutar del modo individual, es más que aconsejable no precipitarse y tirar del alquiler antes de decidir su compra, sobre todo teniendo en cuenta que dentro de este género se pueden encontrar en el mercado juegos de mayor frescura y originalidad como Infamous o Prototype a precios mas atractivos, además, las novedades con respecto a su primera parte son prácticamente inexistentes.