Análisis de LEGO City Undercover (Wii U)

Lego tiene una gran cantidad de colecciones llenas de atractivo para su público tradicional, como Chima o Ninjago, sin olvidarnos de series y colecciones mucho más tradicionales que se complementan con otras que emplean marcas populares como El Señor de los Anillos, Harry Potter o La guerra de las galaxias, sin olvidarnos de superhéroes, series de temática espacial, medieval, aventurera… Desde luego, los videojuegos en las marcas propias de Lego no son poco habituales, pero es evidente que la empresa ha dado prioridad a marcas combinadas como a las que hemos ya referencia, y son populares juegos como LEGO Harry Potter, LEGO Star Wars, etc.

Una de las series más veteranas de la compañía es City, que hace las delicias de los aficionados con sus edificios, entornos urbanos y profesionales, etc. Por supuesto, esto incluye kits de profesiones diversas, como la construcción, los bomberos… y, claro, la policía. Es ahí donde llegamos a LEGO City Undercover, este juego que podría ser definido de una manera muy simple como "un GTA con Legos". La cuestión es que es una buena definición, aunque hay mucho más y el título tiene una personalidad muy definida.

Esto empieza en buena medida por un sentido del humor que es cada vez más difícil de encontrar en la industria del videojuego. No hace tantos años era fácil encontrar títulos que tuvieran chispa y, de hecho, los juegos de personajes de la industria como Tim Schafer (Brütal Legend) o Ron Gilbert (The Cave) son prácticamente de los pocos que te hacen esbozar una sonrisa porque su humor es bueno y funciona. En esto, lo cierto es que toda la saga de juegos de Lego ha hecho un gran trabajo, pero hay algo fantástico en este LEGO City Undercover: la profusión de referencias al cine, la literatura y la televisión de policías, cárceles, delincuentes y detectives. Uno no tarda mucho en ver homenajes directos a Harry el Sucio, a Colombo, a Starsky y Hutch y bastantes más. No faltan tampoco Sherlock Holmes ni el Dr. Watson y hay parlamentos y situaciones enteras extraídas de películas como Cadena perpetua o Uno de los nuestros, jugando no solo darle la vuelta a esas situaciones, sino con un humor que además de paródico es autorreferencial.

Su jugabilidad se sitúa muy en la línea de los juegos de la serie y podría decirse que es una evolución, incluso, de LEGO Batman 2: DC Super Heroes (título que no está en Wii U, pero que llegará en los próximos meses tras haber sido lanzado en junio de 2012). Esto significa que el juego mantiene muchos aspectos de aventura, puzles sencillos, elementos de exploración y acción sin complicaciones. Los elementos de acción, como los combates, están lejos en este caso de lo que se ha ido trazando en juegos "tipo GTA" de corte más serio, donde en ocasiones se ha optado incluso por integrar muy elaborados sistemas de lucha cuerpo a cuerpo y/o con armas. El tono desenfadado y sin entrar en una violencia significativa propia de la serie y de la marca hacen que se reduzca el tono y lo que gana peso es la exploración y la aventura.

Los puzles, por su parte, son bastante sencillos, como decíamos, y suelen implicar buscar en una zona, usar las diferentes habilidades que tengamos y solo ocasionalmente es realmente necesario recurrir a pensamiento lateral. Se trata, más bien, de retos poco dirigidos en los que tenemos que pensar cómo enfocar este objetivo en concreto. Desde luego, el punto fuerte del juego es la exploración gracias a las diferentes habilidades, los usos del mando de Wii U y el dinamismo que impregna el título. Desde el principio nos encontramos con montones de cosas que no podemos hacer y sitios que no podemos explorar porque necesitamos adquirir nuevas habilidades y herramientas, algo que puede parecer frustrante durante los primeros compases del juego, pero que luego deja de serlo.

Esto se debe a que la primera sensación que transmite el título es que va a estar estructurado por capítulos de una manera cerrada y muy pautada. Eso es así durante las primeras horas de juego, quizá durante más tiempo del que algunos jugadores querrían, pero en su defensa hay que decir que sirve para introducir los medios de transporte, las habilidades (y los disfraces) y el universo del juego de una manera guiada y eficaz mientras nos enfrentamos a misiones que, como todo en este título, son muy divertidas. Pasados esos capítulos iniciales, todo se va abriendo por dos razones: aunque no tengamos todavía todas las habilidades, ya tendremos unas cuantas, y el propio juego nos va dando cancha. Al final se va relajando y el peso de los capítulos es mucho más liviano.

Todo esto se consigue en el pellejo de Chase McCain, policía que regresa a LEGO City tras un periodo exiliado con una misión clara: detener a un peligroso delincuente fugado que parece tener a media ciudad en su bolsillo y no va a andarse con tonterías para seguir libre y liderando el crimen. Si eso incluye librarse de la chica de McCain, una testigo protegido, piensa hacerlo. McCain tendrá que enfrentarse no solo a este criminal, Rex Fury, sino también a un jefe de policía incompetente, furibundo y que no parece estar lejos de jubilarse. Al menos, tendrá a su lado a otros personajes que le ayudarán, incluyendo a un joven, torpe y algo iluso policía novato.

McCain es un maestro del disfraz, y esa es la clave principal para darnos acceso a todo tipo de habilidades. Esto se va consiguiendo poco a poco. Por ejemplo, nos infiltramos en la cárcel y conseguimos la habilidad para forzar puertas y cajas fuertes, que se asocian al disfraz de ladrón. Para cambiar de disfraz, debemos pulsar el botón X y con la palanca analógica izquierda podemos cambiar de apariencia y acceder a ese conjunto de habilidades. Un sistema de iconos en el escenario nos marca siempre qué habilidad usar, por si nos hemos olvidado. Por ejemplo, McCain vestido de policía puede usar un gancho para escalar y se nos indica con una placa de policía, si es necesario, que ese es el disfraz que hay que adoptar.

Las misiones que afrontamos son de muy diferente índole y pueden rejugarse cuando lo deseemos volviendo a encontrarlas en el mapa. Esto es bueno porque en realidad hay muchos pequeños objetivos, objetos escondidos por buscar, etc., y todo eso nos sirve para conseguir un porcentaje de completado de cada una de estas misiones, así que consiguen combinar un diseño arcade en una superestructura de mundo abierto, que es la ciudad. Estas misiones, propiamente dichas, son parte de capítulos, que representarían las "misiones" tradicionales de GTA. Por su concepción hay que decir que son mucho más variadas que lo que se ha dado en la saga de Rockstar y varios de sus clones. Esto es posible porque LEGO City Undercover no tiene un leit motiv tan cerrado.

Dicho de otra manera, tan pronto estamos persiguiendo a delincuentes por las azoteas de unos edificios, como colándonos en una cárcel o dando caza a unos ladrones de bancos. Y quien dice eso, dice acabar en un museo lleno de dinosaurios y en sitios de lo más improbable gracias a la libertad máxima que se ha tomado el equipo de desarrollo. La libertad en el diseño nos permite encontrarnos con todo tipo de retos que son la clave para acabar desbloqueando cantidades ingentes de vehículos, disfraces y recompensas.

El juego es enorme, aunque por su estructura de capítulos es factible llegar al desenlace con un porcentaje muy bajo del mismo superado. Esto no supone un problema, porque siempre estamos a tiempo de ponernos a superar retos, explorar la ciudad a fondo, llegar a lugares imposibles o rejugar misiones para conseguir sacar todos sus secretos. Superar el juego en su historia principal puede llevar unas 20 horas, pero esto apenas representará un 25% del total del juego (por supuesto, los porcentajes y tiempos varían según el estilo de partida que llevemos). De la misma manera, hay que recoger bloques porque luego los podemos usar para las construcciones especiales repartidas por el escenario (un almacén de vehículos, un barco… montones de cosas).

En todo esto, el papel del GamePad es clave. El mando se usa como un GPS, teléfono multimedia dentro del juego y como un rastreador que nos recuerda en ocasiones a la cámara de la saga Project Zero, pues también tendremos que levantar el mando, apuntar y ver en pantalla lo que estamos buscando gracias a sus múltiples funciones. En este caso hablamos del detector de delincuentes que también nos sirve para buscar bloques dorados, por ejemplo. Nos ponemos en cualquier lugar del escenario, activamos la función tocando la pantalla táctil, y podemos incluso rogar sobre nosotros mismos (físicamente, no el personaje) para tener una panorámica de 360º del entorno. La búsqueda de delincuentes está acotada a lugares concretos, pero el funcionamiento es igual.

El émulo virtual de Chase McCain, es decir, el objeto que él lleva en el juego, sirve además de luz negra para encontrar y seguir pistas, muy al estilo CSI. Si a eso le añadimos el mapa del juego en la pantalla táctil (dejando completamente libre la pantalla del televisor) y las videollamadas de múltiples personajes, nos encontramos una fusión muy bien aprovechada de elemento virtual en el juego y elemento real en las manos del jugador. De la misma manera, es posible también tomar fotografías, entrar en modo en primera persona si así lo queremos y compartir esas imágenes en Miiverse. Claro, de momento no es que haya mucha actividad (pues la comunidad específica del juego no está activa) pero hay que tener en cuenta que el juego todavía no ha salido a la venta en Europa (lo hará a finales de mes) ni en EE.UU. (lo hará la próxima semana). En principio, estas imágenes se pueden compartir de manera directa sin tener que pasar por los menús de la consola, lo que hace mucho más ágil todo este mecanismo. Desgraciadamente, no hemos podido probarlo todavía por las razones expuestas.

Es muy importante en el juego conseguir bloques para hacer las construcciones como las que decíamos atrás y para eso hay que romper cosas (casi todo se puede destruir, de hecho), explorar a fondo los escenarios para encontrar bloques especiales con alto valor, etc. Resulta interesante que cuando vamos en coche, podemos ir rompiendo objetos como papeleras o farolas, sin ir más lejos, para sumar bloques. Cuantas más rompamos, más puntos sumaremos porque vamos construyendo un combo, de manera que conducir es divertido porque hay saltos espectaculares y cinemáticos, sí, pero también porque hay un buen sistema de recompensas por conducir como un energúmeno. Todo ello sin tener que temer por atropellar a los habitantes de la ciudad, ya que siempre nos esquivarán en el último momento.

Esto está bien planteado porque el escenario total del juego no llega al nivel de otros juegos abiertos. La ciudad, inspirada en un cruce de San Francisco y Los Ángeles (desde luego, la huella de la costa oeste estadounidense queda patente en múltiples ocasiones), resulta de un tamaño suficiente, pero está lejos de los entornos masivos que otros títulos han ofrecido. A su favor está el hecho de que tiene ambientes muy diferenciados, acceso a misiones y a edificios y una multitud de situaciones a las que hacer frente. LEGO City Undercover no tiene la ciudad más grande del género, pero sí tiene uno de los conjuntos más variados -quizá el que más- de su especie, lo que demuestra que el esfuerzo de los programadores se ha orientado claramente en ese sentido y han preferido hacer un juego variado en una ciudad más comedida que ofrecer un mapeado mucho más extenso pero con misiones repetitivas. El conjunto global resulta, en todo caso, compensado. Eso sí, pese a que la ciudad no es tan grande como en otros juegos sí puede competir de tú a tú en pequeños secretos y detalles, que será mejor que el jugador descubra por sí mismo.

El título está completamente localizado al español y el doblaje es muy bueno (por cierto, tiene las voces en inglés y son geniales, así que pueden disfrutarse y, si hace falta, activar subtítulos). La mayoría de los papeles están muy bien interpretados, siempre con humor, y tan solo en algunos casos de personajes secundarios se nota que se repite alguna voz. La calidad de la producción en el apartado sonoro es magnífica, aunque a veces la mezcla de sonido en situaciones concretas hace que no se diferencia del todo bien el canal de sonido ambiental y la voz. En nuestro caso ha sido tan fácil de solucionar como modificar levemente la configuración de audio del televisor, así que si algún usuario nota que la voz no se distingue lo suficientemente bien del sonido y la música tan solo debe buscar una ecualización más apropiada, aunque se agradecería que hubiera una función integrada en los propios menús del juego para no tener que cambiar la configuración estándar del televisor o equipo de sonido.

En el plano visual, el juego luce muy bien, pero sorprendentemente lo hace mejor en los segmentos jugables que en las escenas narrativas. En esas secuencias se nota mucho que hay dientes de sierra y unas sombras de calidad algo baja, pero cuando estamos jugando lo que hay en pantalla es mucho mejor. Esto no empobrece el resultado visual general, pero nos llama la atención cómo las escenas predefinidas han resultado ser el punto menos atractivo en el aspecto gráfico. Cuando conducimos hay una muy buena sensación de velocidad que, por supuesto, varía en función del vehículo. Lo mismo debe decirse del control con los coches: según el que estemos pilotando hay sensaciones diferentes y algunos coches son geniales y otros un horror. Algunos, como los deportivos, exigen un buen dominio y pueden llegar a ser difíciles de controlar pese a la lógica velocidad extra pueden llegar a aportarnos. Hay que practicar bastante su conducción antes de arriesgarse a cogerlos en un momento clave de una misión.

En las secuencias de acción se busca muchas veces la espectacularidad con momentos de tiempo bala, efecto blur y giros de la cámara que le inyectan un elemento visual cinematográfico en plena acción que le sienta muy bien al conjunto. Todo esto es especialmente patente en los saltos imposibles y elementos más fantasiosos (como saltos del todo imposibles con el vehículo, sin ir más lejos).

En la ciudad pasa el tiempo, y el atardecer ofrece una gama cromática muy apropiada, por ejemplo, todo ello sin olvidar la combinación de elementos con texturas muy de plástico (los componentes Lego) con otros de aspecto más realista, aunque en esa misma línea de perseguir siempre el aire más juguetero posible. Todo esto ayuda a componer un entorno visual muy cohesionado y bien construido que se habría visto claramente beneficiado con la aplicación de anti-aliasing para reducir los evidentes dientes de sierra en algunos objetos del escenario.

En el aspecto técnico, hay solo ocasionales ralentizaciones cuando vamos en un vehículo bastante rápido y se hace patente que el juego tiene que cargar bastantes elementos. Lo mismo sucede con el pop-in, es decir, aunque en líneas generales el horizonte se dibuja muy lejos, en ocasiones aparecen objetos de manera un tanto repentina ante nuestros ojos. Estos errores son (al menos, hasta el día de hoy) inherentes al género y en el título no tienen mayor presencia que en otros juegos que son considerados vacas sagradas. Un poco más molesto pueden ser los tiempos de carga, aunque realmente el único largo y pesado es el inicial (eso sí, nosotros hemos jugado la versión de descarga; es posible que en disco los resultados sean mejores). De vez en cuando el juego tiene que cargar, por ejemplo para llevarnos del exterior -las calles- al interior de un edificio o para dar comienzo a una misión. La carga puede ser de medio minuto, lo que resulta un tanto pesado. A su favor está el hecho de que son muy poco frecuentes, así que el sacrificio de espera que hace el jugador no es tan grave. Debemos insistir en que la de inicio de partida es larga (porque carga al principio, nos lleva al menú, seleccionamos la partida guardada y vuelve a cargar), pero las demás son soportables.

Conclusiones

LEGO City Undercover será un juego despreciado por parte del colectivo de quienes se afirman fanáticos de los juegos "tipo GTA". Ellos no saben lo que se pierden, porque este título puede sentar cátedra y sacar los colores a muchos rivales malotes en cuanto a variedad de misiones, accesibilidad y diversión. Aquí no se trata de llevar a un tío de un lugar a otro en coche, o de matar a este, y vuelta a empezar: las misiones son variadísimas y extremadamente divertidas. El tiempo pasa volando con este juego y da gusto recorrer la ciudad, pese a que no es de las más grandes en el género. Si a todo esto le sumamos el derroche de humor, la excelente localización a nuestro idioma, el ingenioso y competente uso del GamePad de Wii U y el magnífico desarrollo general que despliega ante el jugador, nos encontramos con un título de referencia. Da igual que tenga Legos: si de verdad te gusta el género, no deberías dejarlo pasar. Y si te gustan los juegos de Lego, este es uno de los mejores que se pueden encontrar en el mercado.