Análisis de Calling (Wii)
Hace unos años el cine de terror japonés se hizo muy popular en occidente gracias al impacto que supuso en su momento la película The Ring, llegando incluso a aparecer distintos remakes americanos de las películas originales. A través de esas películas veíamos la forma en la que concebían los nipones sus miedos y, especialmente, a los espíritus, que por lo visto solían ser bastante vengativos. Aunque ahora el fenómeno se ha calmado un poco, gracias a Hudson podemos volver a revivir los sustos que experimentamos con estas películas, ahora en nuestra Wii.
El punto de partida del juego lo pone un chat. En él vemos como una serie de personas hablan acerca de la leyenda urbana que dice que en ese chat se puede hablar con los muertos. También se mencionan las misteriosas muertes de tres jóvenes, aunque no parece ser más que una reunión de morbosos. Pero de pronto en la sala de chat aparece un tal Kuroneko y en ese momento, la protagonista del juego, Rin, recibe una llamada al móvil y desaparecer al contestar. A partir de ese momento, y en lo que sería la introducción al juego, tomamos durante unos minutos el papel de otro de los personajes, aunque acabaremos regresando a Rin, a la que manejaremos durante prácticamente todo el juego.
No estás solo…
Con la joven nos despertaremos en un lugar extraño donde los móviles parecen ser una forma de comunicarse con los muertos y quizás, de algo más. Pero no estaremos solos, ya que nos encontraremos con otros personajes y, lo peor, con espíritus que nos perseguirán en ciertos momentos, destacando una misteriosa niña. El juego se narra a partir de escenas de video bastante bien realizadas y en general la historia es interesante (aunque bastante predecible pasando cierto punto). El gran pero que le ponemos es el doblaje del juego a nuestro idioma (aunque se pueden elegir las voces japonesas desde el menú de opciones), que en muchas ocasiones roza lo ridículo, llegando a estropear en ciertos momentos la ambientación, que en general está bastante lograda y nos pondrá los pelos de punta más de una vez.
Aunque durante el juego deberemos enfrentarnos a algunos fantasmas que nos atacarán, la mayor parte trascurrirá sin tener que preocuparnos más que de investigar para avanzar. Para ello el juego nos da una cámara en primera persona y, casi siempre, una linterna con la que iluminarnos (ya que la oscuridad será un elemento muy presente). Para avanzar usaremos la palanca de control del nunchuck, mientras que con el puntero indicaremos donde mirar, alumbrando con la luz. Al pasar el puntero sobre ciertos objetos nos saldrá un icono para interactuar con ellos, algo que haremos pulsando el botón A. Cuando lo hagamos, deberemos mover el mando (sin dejar de apuntar a la pantalla) para moverlo. El control funciona muy bien durante todo el juego y es perfecto para el estilo que presenta la aventura.
La idea será movernos por los distintos escenarios buscando donde ir y, llegado el momento, coger ciertos objetos o resolver sencillos puzles, es decir, como una aventura gráfica. El problema es que el juego es totalmente lineal y la mayor parte del tiempo sólo podremos hacer una cosa, por lo que en muchas ocasiones todo se reduce a dar vueltas por el escenario hasta entrar en la sala en la que tenemos que hacer algo (muchas veces sabremos que hacer gracias a un evento de juego que se indicará cuando pasemos por cierto punto), hacerlo y ver como se desencadena otro evento que nos indica como seguir.
Es cierto que no todo el rato es así, ya que es algo que se hace sobre todo evidente pasada la primera mitad de juego, pero si produce la sensación de avanzar sin más esperando el evento que nos dé la pista en cuestión, lo que hace que nuestras oportunidades de pensar la solución correcta disminuyan (ya que sin ver el evento no podremos hacer nada, ya que no aparecerán los objetos que necesitemos). Es una lástima porque el planteamiento del juego es bueno y durante buena parte de la aventura funciona, pero pasado el punto el patrón es evidente, lo que le quita un poco de gracia. También nos parece que ciertas ideas jugables están muy desaprovechadas, encontrándonos algunas cosas realmente interesantes que sólo se usan un par de veces hacia el final del juego.
El problema de estas partes se ve acrecentado por la escasa investigación del juego, y es que aunque podemos interactuar con bastantes elementos (como cajones o armarios), la gran mayoría de las veces hacerlo será inútil, pues estarán vacíos. Queda el consuelo de que perdidos por el juego hay varias teclas de móvil que nos permitirán acceder a ciertos contenidos extras, pero la sensación de que casi siempre que investiguemos algo no sirva para nada nos acaba quitando las ganas. Otro problema que tiene el juego es que la solución de los puzles que presenta es demasiado evidente, dejando poco margen a que pensemos la solución. Suponemos que querían un juego accesible para todo el mundo, pero es que llega un momento en que todo es tan obvio que apenas hay reto.
La otra parte de la jugabilidad son los enfrentamientos con los fantasmas. Aunque al principio del juego pueda darnos la impresión de que estos serán numerosos y que estaremos en tensión todo el rato con su aparición, pronto descubrimos que estamos equivocados. Los enfrentamientos con estos fantasmas son muy escasos y en momentos muy concretos del juego, estando totalmente seguros durante el resto del tiempo. Cuando estemos cara a cara con un fantasma y este nos coja, deberemos agitar el mando de control para quitárnoslo de encima, pulsando si podemos A en el momento justo para hacerlo más rápido. Cuanto más tardemos, más miedo sentirá Rin y si no conseguimos librarnos, acabará muriendo. Esto hace que sea recomendable tratar de esquivarlos (algo que podremos hacer, ya que los veremos en el escenario), por lo que le da cierto juego a estas partes, aunque tarde o temprano nos acaban atrapando.
Estos enfrentamientos, en muchas ocasiones, consisten en aguantar cierto tiempo hasta que se activa un evento (una puerta que se abre, por ejemplo) y podemos seguir sin más, cuando no basta simplemente con quitárnoslo de encima una vez. Sin duda creemos que está desperdiciada la idea, pues aunque es buena, el hecho de que salgan en momentos puntuales y sin demasiadas consecuencias (quitando uno o dos enfrentamientos en el juego el resto son bastante sencillos) hace que se pierda tensión. Y es que no hay demasiada lógica en cuando aparecen los fantasmas y las condiciones para escapar, por lo que todo acaba reduciéndose a eventos del juego.
La oscuridad te rodea
La ambientación del juego está bastante lograda, aunque quizás se abuse demasiado de la oscuridad. Y es que si no llevamos linterna no veremos prácticamente nada (y la protagonista no podrá interactuar con objetos ya que no los identificará) lo que aunque por una parte está bien por el hecho de no saber que hay detrás, pierde la gracia de insinuar a través de sombras u otros efectos. Por otra parte, el juego abusa de efectos de sonido para tratar de darnos un susto. Al principio puede que piquemos, pero llega un momento en que nos damos cuenta de que son poco menos que aleatorios y no tienen relación con lo que vemos. Algo parecido pasa con ciertos efectos gráficos que simulan sombras o espíritus, pero que tampoco tienen relación con el juego (son sólo visuales, no nos ocurre nada).
Gráficamente el juego es bastante discreto. Por una parte tiene una geometría bastante sencilla aunque cumplidora (eso si, a base de repetir los mismos elementos gráficos una y otra vez) pero la resolución es francamente mala, viéndose especialmente borroso cuando estamos a cierta distancia. Esto hace que se pierdan muchos detalles gráficos, como carteles u objetos ornamentales, además de dar un aspecto poco cuidado al juego. Por otra parte, los modelos de los personajes están bastante bien y cuentan con un buen modelado, aunque las animaciones no son nada del otro mundo. Debemos destacar también los tiempos de carga que son bastante abundantes en el juego, cortándonos el ritmo cada dos por tres. Esto es especialmente grave antes de las escenas de video, ya que todas se ven precedidas por una pantalla de carga, lo que hace que se pierda el factor sorpresa. Si el juego fuese un derroche gráfico podríamos entenderlo, pero teniendo en cuenta que este apartado es bastante discreto creemos que los desarrolladores deberían haber trabajado más en este aspecto. Como punto positivo hay que decir que la iluminación con la linterna está bastante bien conseguida, proyectando las sombras de los elementos que tenemos a nuestro alrededor.
En cuanto al apartado sonoro tenemos unas melodías bastante buenas que nos meterán en situación sin problemas. Los efectos de sonido tendrán un buen nivel y serán bastante inquietantes, aunque a veces se abuse de ellos para sobresaltarnos y acaben perdiendo parte de su sentido. Por último tenemos que hablar de las voces del juego. Es una lástima que en una de las pocas veces que nos llega un juego doblado a nuestro idioma a Wii tengamos que criticarlo, pero es que las interpretaciones son nefastas, rozando lo ridículo muchas veces. Siempre quedará la opción de oír las voces japonesas, mucho mejores, pero estamos seguros de que mucha gente prefiere escuchar el juego en su idioma.
La verdad es que Calling nos ha decepcionado. Desde que se mostraron los primeros videos e imágenes habíamos depositado muchas esperanzas en él, pero vemos que no ha alcanzado las expectativas. Con unos gráficos mediocres y una jugabilidad que acaba dándonos pocas posibilidades, nos queda una historia interesante (aunque algo tópica) y el hecho de que el juego acaba resultando entretenido pese a sus defectos. Sin duda hay alternativas mejores en la consola, pero los aficionados al género pueden pasar un buen rato con el título que tras su historia principal (unas seis horas), aún guardará alguna sorpresa para los que busquen más sustos. Además, hay que tener en cuenta que sale a un precio muy interesante (29,90€), por lo que pese a sus defectos, vale la pena darle una oportunidad si te gusta lo que ofrece.