Análisis Everhood, un psicodélico y tróspido viaje musical (Switch, PC)

Jordi Roca, un joven desarrollador español, y Chris Nordgren, autor sueco especializado en pixel art y efectos especiales, se han unido para crear Everhood, un sorprendente videojuego que ya está disponible en PC y Nintendo Switch. Este peculiar proyecto surge de combinar dos mundos que a priori no parecerían tener ninguna conexión: por un lado es un juego de aventuras en dos dimensiones, un oscuro RPG al estilo de grandes conocidos del género como Undertale, OFF o incluso EarthBound, mientras que por otro representa los combates con una acción en tiempo real basada en el ritmo en escenarios que recuerdan a las tablas de acordes de Guitar Hero y otros juegos musicales del estilo.

Con esta premisa se presenta un psicodélico título que nos pone en la piel de un muñeco de madera al que le roban sus brazos. Nuestros primeros pasos en el mundo de Everhood serán detrás del pequeño ladronzuelo azul que se ha llevado dichas extremidades, aunque pronto una rana con guitarra nos parará para ponernos a prueba antes de dejarnos campar a nuestras anchas por ese peligroso plano de la realidad liderado por un gran cerdo dorado. Sí, todo es tan rocambolesco como suena. En ese momento se nos explica que los enfrentamientos contra enemigos no tendrán una estructura clásica, sino que se representarán como una canción cuyas notas serán los ataques: nuestra única acción posible, al menos al principio, es la de esquivar dichos ataques.

Salta y esquiva al ritmo de la música

El grueso de Everhood, y lo que hace que este juego nos llame la atención, es este peculiar sistema de combate que va mucho más allá de un simple reclamo: es el eje central de la propuesta y lo que la convierte en un título destacable. Nuestro personaje sólo podrá moverse de izquierda a derecha para esquivar al ritmo de la música, pudiendo también saltar para evitar ciertos tipos de ataque, pero los creadores han llevado esta idea hasta el final dándole un nuevo giro de tuerca en cada combate. El resultado es una experiencia sin parangón, un desafiante viaje alucinógeno que tratará de descolocarnos a cada paso que demos.

Por un lado, este sistema de combate permite representar cada canción como una sucesión de ataques personalizados al estilo de música de cada personaje, de modo que si luchamos contra un par de hermanos gelatinosos que hacen air guitar con tablas de madera lo que escucharemos será una especie de rock de garaje con un ritmo mucho más frenético que la nana de un hada que nos encontremos en el bosque. Cada rival tiene sus propias peculiaridades basadas en el género musical que representen, y hay una amplia variedad de estilos, yendo desde la música disco hasta el flamenco. Todo con canciones compuestas con un gusto exquisito, temas que absorben y que fácilmente podríamos escuchar en bucle cuando no estemos jugando (de hecho la banda sonora está disponible en Spotify).

Pero, no contentos con representar diferentes géneros musicales, los creadores de Everhood también han moldeado el estilo de combate para cada uno de ellos. Es decir, cada vez que nos enfrentamos a un enemigo es muy probable que veamos alguna triquiñuela en el escenario, ya sea la de invertirnos los controles o la de apagar de vez en cuando las luces para que no podamos ver los ataques. Esos son, quizás, los ejemplos más sencillos de entender: las formas en las que Everhood se retuerce son mucho más fáciles y placenteras de experimentar que de explicar, con efectos especiales únicos que sorprenden de maneras insospechadas y le dan una euforia rítmica al juego, convirtiéndolo en un auténtico viaje psicodélico. Son pocos, por no decir ninguno, los enfrentamientos que presentan un planteamiento 'normal', donde no hay ningún cambio de tercio tanto para desafiarnos como para meternos en su atmósfera surrealista.

Es cierto que a veces puede ser difícil prever cuál va a ser el siguiente ataque del enemigo: las notas no parecen seguir un orden lógico, como el que se puede ver en Guitar Hero, precisamente, y al final para superar el reto nos tenemos que fiar más de nuestra vista que de nuestro oído, sentido que dedicamos más a disfrutar de los temas sobre todo cuando nuestros movimientos en la pista encajan con el momento de esquivar ataques.

Setas, magos y vampiros resfriados

A nivel mecánico, los combates son una de las partes más importantes de Everhood, pero en el conjunto destacan otros aspectos que tienen prácticamente el mismo peso en la experiencia. Uno de ellos es su historia, una trama que desde el primer momento nos demuestra que no va a ser un simple paseo agradable por un mundo de fantasía: el juego rompe la cuarta pared justo antes de empezar y nos pide que abandonemos la humanidad para abrazar la inmortalidad. Sus diálogos -que de momento no están disponibles en español, aunque hay un proyecto fan para lanzar una localización- son tan extraños como ácidos, por unos derroteros a caballo entre el humor absurdo y la reflexión filosófica.

Durante nuestro viaje de venganza iremos conociendo a extravagantes personajes que nos acompañarán durante toda la historia. Son perfiles tan peculiares como el de Nosferatchu, una especie de vampiro resfriado que estornuda en cada diálogo, o ATM, un cajero automático poseído que nos ataca cuando le pedimos que nos deje sacar unos billetes. Todos estos personajes pueblan un mundo abstracto donde nada tiene sentido, uno en el que podemos estar explorando un bosque o un castillo medieval y, de pronto, nos encontramos con una discoteca o un circuito de karts. Aquí se encuentran muchos paralelismos con la obra de Toby Fox en cómo entienden los autores el universo en el que se desarrolla su juego, incluso con un estilo gráfico similar donde destacan los fondos negros, los personajes coloridos y las formas abstractas y poco estilizadas.

Otras similitud con Undertale, por usar un ejemplo muy conocido, es la profundidad de su lore: la trama puede parecer lineal en un primer momento, pero en realidad observamos que el de Everhood es un mundo bastante más abierto y ramificado, uno que podemos explorar para descubrir su trama en profundidad y conocer en detalle qué es lo que nos quieren contar sus autores en sucesivas partidas ampliadas con diferentes formas de enfrentarnos a la trama (pacífica, genocida…). Quizás quien vaya buscando un juego de usar y tirar no profundice en el lore de Everhood, pero quienes gusten de escudriñar en este tipo de historias, buscar secretos, descifrar enigmas y compartir teorías en foros, sin duda encontrarán aquí una experiencia ideal.

Minijuegos y accesibilidad

La profundidad y los momentos sorprendentes de Everhood no se quedan en su trama y en su mecánica de combate únicamente, sino que también llegan hasta otros aspectos jugables que se presentan en forma de minijuegos. Durante la aventura nos iremos encontrando con secciones interactivas únicas con mecánicas originales que poco tienen que ver con lo que hacemos durante el resto del juego. Es una forma loable de darle variedad al conjunto y se nota que se ha trabajado bastante en conseguir que estos segmentos alternativos funcionen de una manera adecuada, sin tener que perdonarles nada por ser algo secundario: hablamos de momentos como carreras de karts, de obstáculos, batallas en tiempo real al estilo bullet hell, puzles musicales... Son pequeños bocados dinámicos de formas de juego diferentes que ayudan a hacer de esta aventura una experiencia todavía más especial de lo que ya es.

Todo esto sin intentar caer en la dificultad exagerada impostada que se lleva en muchas obras independientes: Everhood dispone de varios modos de desafío, desde el más alto, Experto, hasta el más accesible, Story Mode, que adaptan el juego a todos los tipos de públicos permitiendo que cada uno se centre en lo que busque, ya sea una experiencia más relajada centrada en la historia o bien una más enfocada al reto, con combates más desafiantes al tener una recuperación de vida más limitada. Además incluye opciones de accesibilidad específica para personas con visibilidad reducida o daltonismo, lo que siempre es de agradecer y, sobre todo, en un desarrollo humilde.

Conclusiones

Quizás la manera más ilustrativa de definir Everhood sea diciendo que es una mezcla entre Undertale y Guitar Hero porque, efectivamente, con esa sencilla asociación queda cristalina cuál es su propuesta. Sin embargo, quedándonos únicamente con esos referentes podemos caer en el error de dejar de lado todas las cosas que hace bien esta psicodélica experiencia: es cierto que su base mecánica parte de una intersección entre RPG y juego rítmico, pero sus creadores no han querido quedarse en esa ya de por sí atractiva premisa y se han atrevido a retorcer la fórmula para ofrecernos una aventura impredecible, surrealista y delirante, una historia que sustenta su guión en una fina línea entre el humor y el existencialismo, sorprendiéndonos a cada nivel con espectaculares destellos de creatividad. Es cierto que a veces su trama resulta un tanto enrevesada, sobre todo para quienes no dominen el inglés, pero quienes se adentren en ella podrán descubrir una oscura historia que da cabida a múltiples interpretaciones.

Hemos realizado este análisis en PC con un código para Steam proporcionado por Keymailer.