Análisis de Diablo III: Eternal Collection (Switch)
Blizzard es una compañía que tiene un talento increíble no solo para hacer grandísimos juegos, sino para conseguir que estos perduren en el tiempo durante años con una comunidad de jugadores siempre activa y muy numerosa. No hay más que echarle un vistazo a clásicos como Warcraft 3, Starcraft o Diablo II, juegos con prácticamente dos décadas a sus espaldas, para darse cuenta rápidamente de lo fácil que resulta encontrar partida y de la cantidad de gente que hay dispuesta a competir y cooperar con nosotros.
Y esto es algo que se puede aplicar con cualquiera de sus producciones, por lo que estaba claro que Diablo III no iba a ser diferente. Tras su accidentado lanzamiento en 2012, la compañía consiguió, en cuestión de un año, convencer a todo el mundo con el estreno de su primera expansión, Reaper of Souls, asentando así la tercera entrega de esta mítica saga como uno de sus grandes baluartes actuales.
No en vano, estamos hablando del juego que ha propiciado el regreso de la desarrolladora al mercado de consolas, algo que no tardaría demasiado en repetirse con Overwatch. Ahora, seis años después de que irrumpiera por primera vez, Diablo III se prepara para protagonizar otro histórico reencuentro: el de Blizzard con Nintendo.
Esto era algo que no se había vuelto a producir desde que se lanzó StarCraft 64 para Nintendo 64 en el 2000, por lo que es toda una alegría volver a ver a la compañía californiana trabajando nuevamente con una máquina de la Gran N, más todavía cuando nos ofrecen una conversión tan cuidadísima y a la que le han puesto tanto mimo como esta.
Cazando demonios en todas partes
Diablo III: Eternal Collection para Nintendo Switch es, tal y como podréis intuir, el mismo juego que llevamos tantos años disfrutando en el resto de plataformas, aunque incluye de base todos sus contenidos originales y los de sus dos expansiones, Reaper of Souls y Rise of the Necromancer, por lo que se podría decir que lo que aquí nos venden es la "edición completa".
¿Qué significa esto? Que tenemos un juego de rol y acción prácticamente infinito que conseguirá que se nos pasen las horas volando mientras exploramos escenarios generados aleatoriamente, destrozamos criaturas del inframundo, y conseguimos todo tipo de piezas de equipo para hacernos más fuertes y poderosos. Y todo ello tanto en solitario como en compañía, ya sea sacándole partido a su multijugador local para hasta cuatro jugadores o a través de internet.
Evidentemente, se han tomado como base las versiones de consolas, reproduciendo sus controles, interfaz y posibilidades jugables, como rodar para esquivar. Todo es extremadamente intuitivo y cómodo, y no tardaremos más de un par de minutos en hacernos a todo y en empezar a destrozar demonios sin miramientos con suma facilidad.
Aquí cabe destacar que se nos ofrece la posibilidad de jugar con un único Joy-Con, y el resultado es sorprendentemente satisfactorio, ya que el mapeado de los controles se ha estudiado y planificado con mucho cuidado para que, incluso a pesar de las limitaciones del mando, podamos luchar sin ningún tipo de problema.
Otro detalle que nos ha parecido muy interesante es que en Switch no nos hará falta completar la historia principal para poder jugar el Modo Aventura, ya que este estará desbloqueado desde el principio, una decisión que nos parece todo un acierto de cara a aquellos jugadores que la jugaron en alguna versión anterior y quieran ir directos al grano (es decir, a subir personajes y equiparse).
Por lo demás, estamos ante el mismo juego de siempre actualizado a su última versión, por lo que está a la par que las otras plataformas. Eso sí, la gran novedad es que aquí podemos jugar en modo portátil, pudiendo llevarnos nuestras aventuras a cualquier parte para disfrutar de las carnicerías del juego donde queramos.
La buena noticia es que la jugabilidad no sufre al jugar de este modo, permitiéndonos seguir la acción perfectamente en todo momento y con gran fluidez, convirtiéndose en la opción ideal para partidas rápidas. Quizá la única "pega" que podríamos poner es que la fuente de algunos textos es un tanto pequeña, especialmente en lo referente a las descripciones de los atributos de los objetos.
Por supuesto, gracias a esta opción también es posible jugar cooperativo local con una consola por jugador si así lo deseamos (cada uno con su propia copia del juego, claro), incluso con diferentes combinaciones de modo portátil y sobremesa (por ejemplo, un jugador con su dispositivo en portátil y los otros tres en el televisor con otra Switch).
A nivel gráfico, no podemos hacer otra cosa que no sea elogiar lo que ha conseguido la desarrolladora con la híbrida, ya que luce espectacular. Su resolución en modo sobremesa es de 960p, y a pesar de no llegar a los 1080p, muestra en todo momento una imagen muy nítida y limpia a la que solo se le pueden achacar unos leves bordes de sierra en los planos más cercanos.
Por lo demás, se mueve a 60 imágenes por segundo constantemente sin resentirse lo más mínimo, por más enemigos y efectos que haya de forma simultánea en pantalla, algo que tiene mucho mérito considerando la ingente cantidad de cosas que tiene que mover y mostrar a la vez de forma continuada. La fluidez es total y no hemos experimentado ni un solo tirón, ni siquiera cuando hemos propiciado de forma intencionada una gran carga gráfica.
Además, las texturas, la complejidad de los efectos, los modelados de personajes y las animaciones están a la par de lo visto en otras versiones, por lo que la única diferencia reseñable es la resolución. Todo esto se aplica al modo portátil, aunque aquí, por motivos obvios, la resolución se reduce a 720p para ajustarse a las especificaciones de la pantalla.
Finalmente, el sonido mantiene la misma y genial banda sonora, los variados y nítidos efectos de sonido para hacer de nuestras matanzas algo todavía más satisfactorio, y su grandísimo doblaje al español. Eso sí, esta vez las voces en nuestro idioma no están incluidas de base, obligándonos a descargarlas de forma independiente desde la eShop.
Conclusiones
Diablo III: Eternal Collection es una conversión ejemplar de un juegazo que lleva años bridándonos horas y horas de diversión en multitud de plataformas, manteniendo todas sus virtudes intactas y añadiendo, por primera vez, la atractiva posibilidad de jugar en cualquier parte gracias a las capacidades portátiles de Nintendo Switch. Una compra muy recomendable para todo aquel que no haya tenido todavía la oportunidad de adentrarse en el oscuro mundo de Santuario o que simplemente quiera cazar demonios tanto dentro como fuera de casa.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Blizzard.