Análisis Blaster Master Zero 2, una genial aventura retro (Switch, PC, PS4, Xbox One, Xbox Series X/S)
Justamente se cumplen dos años desde que Inti Creates recuperaba a una de esas sagas nicho tan veteranas y olvidadas como queridas por muchos usuarios de NES. Hablamos de Blaster Master Zero, un juego que a muchos nos pilló por sorpresa y que se convirtió en una de las aventuras de clara orientación retro más satisfactorias de cuantas estaban disponibles tanto en Switch como en Nintendo 3DS, dado que el título apareció para ambas consolas.
Debido a la más que aceptable acogida que obtuvo tanto por parte de dichos usuarios como de la prensa especializada estaba cantado que íbamos a disfrutar de una secuela, Blaster Master Zero 2. Y aquí está, si bien en este caso únicamente está disponible para Switch, por lo que los poseedores de Nintendo 3DS se quedan "colgados" esta vez.
Un metroidvania espacial
Centrándonos primeramente en su argumento, la historia tiene lugar unos meses después de lo que sucedió en la primera parte de esta saga. Sin querer efectuar ningún spoiler ni nada parecido, nosotros volvemos a encarnar una vez más el papel de Jason, el mismo tipo que ya protagonizara la aventura primigenia. En esta ocasión nos toca emprender un viaje por toda la galaxia para tratar de encontrar una cura para la también conocida Eve, la cual no es posible hallar en la Tierra y es necesario explorar diversos planetas para dar con ella. Un viaje al que también se apunta la rana Fred, otro viejo conocido por los seguidores de esta saga.
¿Y qué tal ha sido llevada esta narrativa a lo largo de todo el juego? Pues bien… pero sin demasiados lujos argumentales, pudiendo ir visualizando pequeñas escenas compuestas por imágenes fijas que van intercalándose de cuando en cuando. Y aquí conviene señalar que todo el juego está en inglés (o japonés), aunque también es verdad que las líneas de diálogos que se dan cita en toda la aventura es muy reducida y no tiene apenas incidencia en la jugabilidad.
Lo que sí que posee un peso considerable en el desarrollo del juego es el vehículo multifuncional que siempre ha sido el eje central sobre el que gira esta saga. Hablamos del Sophia (en esta ocasión la versión G del mismo), vehículo que nos permite explorar los escenarios de manera cómoda y mucho más segura que hacerlo a pie, algo que también es posible efectuar… y que en algunas ocasiones es incluso necesario y obligatorio hacerlo.
Si por algo ha destacado siempre esta serie es por presentar una jugabilidad bastante curiosa y atractiva que combina diversas mecánicas, para dar como resultado una experiencia de juego muy absorbente. En esencia, estamos ante un título que combina la acción, la exploración y las plataformas de desarrollo 2D de manera magnífica. Y a este desarrollo se une un estilo retro inconfundible y, también, un enfoque en plan metroidvania que le sienta realmente bien a todo el conjunto.
La mayor parte del tiempo nos la pasamos en el interior del citado G-Sophia. Este vehículo nos proporciona un blindaje muy duradero y un poder ofensivo increíble para hacer frente a los numerosos rivales que se dan cita en los escenarios. Además y a medida que jugamos es posible ir potenciándolo con nuevas armas y utilidades, ya sea flotar en el aire, adquirir escudos o misiles.
Una de las escasas innovaciones relacionadas con la jugabilidad que ostenta esta entrega está ligada justamente al G-Sophia. Para poder emplear las armas secundarias es necesario usar energía, la cual queda reflejada en el consabido medidor que aparece en pantalla. Bien, pues gracias a un gadget (que lleva por nombre Gaia) instalado en el propio vehículo es posible regenerar fácilmente dicho medidor, reconduciendo la energía que se genera tras recibir el impacto de proyectiles o tras ejecutar un salto considerable.
El control de dicho vehículo es perfecto, inmejorable, lo cual influye positivamente a la jugabilidad… así como también lo hacen otros elementos que posee el título. Como ya os hemos comentado, cuando lo creamos oportuno es posible bajarse del G-Sophia y explorar a pie los entornos con todo el riesgo que ello implica. ¿Y por qué razón íbamos a hacer tal cosa? Pues porque de vez en cuando no nos queda otra opción. Algunas partes de los escenarios sólo pueden ser alcanzadas a pie (o a rastras, vaya), y en muchas ocasiones nos permiten acceder a una especie de mini escenarios (o mazmorras) en los que la perspectiva cambia completamente, pasando de ser lateral a cenital picada.
La jugabilidad se ve también modificada, dado que la exploración y las plataformas que predominan en los escenarios "exteriores", dejan paso a unos instantes en los que la acción es la reina del baile. Y… sí, durante estos escarceos lo normal es acabar entablando un combate bastante desafiante contra un jefe final, cuya presencia es bastante habitual en esta aventura.
La buena noticia es que la mayoría de las veces que derrotamos a uno de estos monstruos adquirimos una recompensa muy sugerente, ya sea el acceso a uno de los muchos planetas de pequeño tamaño que pueblan cada sector espacial que visitamos… o, mejor todavía, un buen surtido de mejoras para Jason y su vehículo. Y algunas de ellas son nuevas, como el blast counter, una técnica de contraataque que es capaz de ejecutar Jason y que viene a ser otra de las exiguas novedades que presenta esta segunda parte.
A pesar de eso y de su algo exigua duración (sobre todo si no intentamos descubrir todos los secretos que oculta la aventura), estamos ante una obra muy cautivadora en términos globales que posee un desarrollo que se sale de la norma habitual y que resulta muy absorbente… y también desafiante, algo que nos ha gustado mucho experimentar.
Además esta jugabilidad tan resultona queda bien rematada por un acabado visual en plan retro más que llamativo. El título intenta imitar la estética 8 bitera del original de NES, gozando por otra parte de una excelente ambientación y un diseño de niveles muy acertado.
Y para acabar con este análisis, el sonido también alcanza unas cotas notables dentro de sus "limitaciones", dado que por ejemplo no posee ningún tipo de doblaje ni voces ni nada que se le parezca (algo lógico teniendo en cuenta su carácter retro). Pero lo que sí que tiene es una inspirada banda sonora que se compone de un buen puñado de melodías bastante sugerentes, que se convierte en la gran estrella de este apartado. Los efectos adquieren un protagonismo menor y los hay que se perciben de manera demasiado "enlatada", más incluso de lo que seguramente sus desarrolladores pretendían, pero tampoco molestan en absoluto.
Una notable aventura de estilo clásico
Sin reinventar prácticamente nada ni proponer apenas innovaciones reseñables de entidad en comparación con lo disfrutado en la primera parte de Blaster Master Zero, esta continuación sigue gozando de una gran calidad. Se nota que los desarrolladores han invertido bastante tiempo diseñando cada centímetro de los variados planetas que podemos visitar durante esta aventura de corte espacial. Acción de naturaleza 2D, plataformas, exploración y pequeñas dosis de RPG se combinan de manera sensacional para proporcionar una experiencia de juego muy satisfactoria. Puede hacerse algo corto si no queremos descubrir todas las posibilidades y secretos que oculta, pero se trata de un título muy notable dentro de su terreno… y encima posee una excelente relación calidad-precio.
Hemos realizado este análisis mediante un código de descarga enviado por Inti Creates.